Lecturas

Los libros de la semana: de los conflictos familiares a la novela histórica de Juan Ramón Lucas

Otras de las novedades que llegan en estas fechas son la última intriga de Jo Nesbø y una monografía de mujeres filósofas

Juan Ramón Lucas: "Ver la historia desde lo contemporáneo es un rasgo de la ignorancia actual"
El escritor Edgar Allan PoeGONZALO PÉREZ MATA

«Voroshilovgrado», Serhiy Zhadan.★★★

En un paraje asolado podría estar el sentido de la vida

Serhiy Zhadan presenta una novela que tiene que ver con el desamparo y los férreos lazos que nos unen a la familia pese a conflictos y diferencias

Por Diego GÁNDARA

La guerra lo trastoca todo. Que lo diga, si no, el escritor, poeta y rockero ucraniano Serhiy Zhadan (Lugansk, 1974), que desde que estalló el conflicto bélico en su país en enero de 2022 no ha dejado de moverse y de movilizarse, por un lado, para ayudar a las víctimas, y por otro, para abogar por la paz. Y lo ha hecho, y lo hace, con tan esmerado afán que los libreros alemanes (en ese país sus libros son muy bien acogidos) no dudaron en condecorarlo con el Premio de la Paz.

En cualquier caso, después de su novela anterior, «Orfanato», que tiene como escenario una zona de guerra, Zhadan presenta ahora «Voroshilovgrado», una obra que, si bien nada tiene que ver con los conflictos bélicos,sí se relaciona con el desamparo y mucho, también, con los lazos familiares y con los nudos que nos atan y nos unen a ellos.

La historia de «Voroshilovgrado», en ese sentido, se centra en Herman, un joven que vive en Járkiv, al noreste de Ucrania, en un piso que le han prestado, pero que debe regresar a su tierra natal en Lugansk, en la región del Donbás, porque su único hermano, que tiene una gasolinera, ha desaparecido y no se sabe dónde está. Herman, pues, emprende un largo viaje por carretera hacia una zona árida, devastada y abandonada a su suerte, y cuando llega allí enseguida descubre que su hermano no sólo se ha ido sin dejar rastro, sino que ha dejado, tras él, un paisaje desolador.

Así, en un sitio en el que sólo crecen hierbajos y matojos, un sitio sacudido por la bruma matinal y el azote del viento, bajo un calor tan húmedo como insoportable que hace que la vida parezca un juego infernal, Herman intentará recomponer la vida de su hermano y, además, la suya propia. Pero no será fácil: tendrá conflictos con los viejos empleados, con la antigua contable y con los mafiosos de la zona, que pretenderán quedarse con la gasolinera. Pero acabará comprendiendo algo importante: que en ese lugar, donde vivió su hermano, y no en otro, es donde encontrará algún sentido a su vida.

▲ Lo mejor

El pulso narrativo, que no deja indiferente en ningún momento al lector ni por asomo

▼ Lo peor

No hay nada que cuestionar de esta obra, que depara una sorpresa al final de cada parte

«Animales metafísicos»», Clare Mac Cumhaill y Rachael Wiseman.★★

Atención, mujeres: los pantalones están prohibidos

Dos profesoras inglesas han estudiado con minuciosidad un cuarteto de filósofas de Oxford de gran actualidad editorial

Por Toni MONTESINOS

De un tiempo a esta parte, el estudio del contexto sociohistórico de las pensadoras contemporáneas ha ido cobrando una notable fuerza bibliográfica. Sólo hace falta echar un vistazo a la mesa de novedades de los últimos meses para, por ejemplo, conocer «Una aventura terriblemente seria. La filosofía en Oxford de 1900 a 1960» (Paidós). Aquí, Nikhil Krishnan hacía un análisis de diferentes filósofos que deambularon por este rincón ilustre de Inglaterra y que enseñaron al mundo la importancia del lenguaje. Así, surgían en aquellas páginas autoras como Philippa Foot (creadora del famoso dilema del tranvía), Iris Murdoch o Elizabeth Anscombe, que teorizaron sobre el lenguaje desde la filosofía de la experiencia cotidiana. Y tuvimos al alcance «El cuarteto de Oxford» (Shackleton Books), de Benjamin Lipscomb. Por supuesto, el nexo común de todas ellas era ejercer el pensamiento o la docencia en un ambiente dominado por hombres. Y ahora se suma «Animales metafísicos», una biografía coral escrita por dos profesoras de la Universidad de Liverpool. Un trabajo denso y magníficamente documentado que nos lleva a conocer la relación de esas mujeres en una realidad marcada por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Lo interesante es comprobar que estas filósofas fueron tomando partido, como Anscombe, que se opuso a que la universidad diera un título honorífico al presidente Truman. «Se había hecho famosa por ir a clase en pantalones, una prenda que, según los estatutos de la universidad, las mujeres tenían prohibido llevar», leemos. «Esa tarde, los asistentes experimentaron un gran alivio cuando se puso de pie y vieron que debajo de la toga llevaba falda y medias». Anécdotas se mezclan con la exposición de cómo ese cuarteto anheló «reconocer que somos criaturas vivientes cuya naturaleza modela nuestra manera de seguir adelante»..

▲ Lo mejor

Tomar conciencia de cómo se impidió en el siglo XX que las mujeres estudiaran filosofía

▼ Lo peor

Tal vez las autoras podrían haber profundizado más en el pensamiento de cada pensadora

«La casa de la noche», Jo Nesbø ★★★★

Jo Nesbø, entre Stephen King y un ingenioso divertimento?

Tras trece títulos de Harry Hole, el noruego se aleja de lo detectivesco para apelar de forma ingeniosa a clásicos del género fantástico

Por Lluis FERNÁNDEZ

Después de trece títulos del detective Harry Hole, el noruego Jo Nesbø le ha concedido un descanso a su héroe y escrito un librito entre el terror y la fantasía alejado de la temática detectivesca que lo ha hecho famoso en todo el mundo. Con «La casa de la noche» parece cumplir dos deseos: concebir una novela de iniciación –a los 64 años–, mezclada con el típico relato de terror, con homenajes a los clásicos del género fantástico. Resultan evidentes las citas a la cucaracha de Kafka, a los niños de W. Golding y las referencias a Stephen King: el teléfono succionador, la entidad metafísica que abduce a las personas y la casa embrujada tentacular. Y de forma difusa a la serie de terror juvenil «Pesadillas», de R. L. Stine.

La diferencia reside en el juego con la historia circular en tres tiempos. «La casa de la noche» es una novela dentro de otra que se repite en bucle como el pez que se muerde la cola. Una variante de la «mise en abîme»: un narrador poco fiable, una intriga que se refleja en un espejo deformante y un paradójico final.

La cita del poema de Edgar Allan Poe «Un sueño en un sueño» le sirve al narrador/protagonista para interrogarse sobre la estructura novelesca y la verosimilitud: «¿Es un sueño dentro de un sueño o estás soñando un brote psicótico?» Poco importa, pues los tres planos narrativos que dividen la novela de Nesbø se superponen. En el relato resulta indistinguible lo real de lo imaginario, pues todo es ficción. Y en este divertimento del autor brilla una ingeniosa intriga..

▲ Lo mejor

Los tres cambios que se van intercalando en esta ingeniosa intriga

▼ Lo peor

Que las nociones de psiquiatría del capítulo final son meros conjuros mágicos

«Melina», Juan Ramón Lucas ★★★★

Melina, la guisandera insumisan

Juan Ramón Lucas publica un libro que se transforma en una oda a esa Asturias que se rebeló en octubre de 1934 y que fue aplastada con saña por el Ejército

Por Sergi SOL

La última novela de Juanra Lucas es una oda a la emancipación de la mujer trabajadora, una oda a la vida y a la justicia social, una oda al arte culinario de las «guisanderas», una oda a la familia y al sacrificio, una oda a Asturias, su Asturias, esa Asturias minera que se rebeló en octubre de 1934. Y que fue aplastada con saña por el Ejército que sofocó la revuelta, un ensayo de lo que luego serían los criminales abusos de los Regulares sobre la población civil. En particular, de las mujeres.

Chirría alguna omisión en el episodio de la represión de la revuelta minera del 34. Pero no le quita un ápice de verdad. De esa coyuntura parte una novela que narra la vida de una dicharachera mujer que decide gobernar su vida yéndose a América a labrarse un futuro. Huyendo de la miseria y de la derrota. Pero sobre todo de una sociedad que la condenaba, por mujer, a la subalternidad. «Melina» tiene ritmo, sensibilidad, y se lee de un tirón. La protagonista nace justamente en esa Asturias revolucionaria, es la hija de uno de los líderes locales que pese a ser un insigne revolucionario se desespera cuando no tiene un hijo varón. Al punto de verbalizar que desea la muerte del bebé. Por niña. La revolución y los revolucionarios no eran diferentes en ese aspecto. Querían cambiar la sociedad, el orden social. Pero no la desigualdad entre hombres y mujeres. Y en esa maldita injusticia hace especial incidencia Lucas. Sin duda, su condición de padre (tres hijos, dos chicas) ayuda a ver el mundo deseando la igualdad de oportunidades entre géneros. Es de hecho la trama argumental de la novela que arranca en el seno de una quebrada familia socialista que sobrevive gracias al tesón de Chayo, la madre de Melina, mientras el Padre, «Pepín el Carpinteru», sacrifica la familia por la épica de la solidaridad obrera.

Sigue sus andaduras Melina en Argentina, donde se emancipa al cobijo de los exiliados españoles. Y vuelve luego a Asturias, donde todo culmina. Su boda a la fuga y el rotundo triunfo como cocinera de la protagonista.

Lucas puede estar satisfecho. «Melina», la que se casa por amor, la revolucionaria silenciosa, es, con mucho, mejor que su anterior «Agua de luna» que, siendo una entretenida novela, no llega tan hondo como ésta. Mantiene Lucas su prosa fluida, sencilla, que invita a leer sin pausa. Sólo que en esta ocasión los personajes están más vivos y la trama atrapa. Engancha sobre manera desde el primer capítulo. Para luego precipitarse súbitamente en el último trecho. Hay, en algún momento, un salto temporal desconcertante. Tal vez porque el lector apasionado desea más chicha. Si de algo te quedas, cuando la novela toca a su fin, es con ganas de más..

▲ Lo mejor

Sus profundos personajes y que la trama se ambienta en la Asturias aplastada por el Ejército

▼ Lo peor

Que posee un desenlace demasiado rápido que, quizá, podía haber dado más de sí