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Kim Ho-Yeon: ¿por qué este autor coreano arrasa en las librerías de medio mundo?

Publica en español «La asombrosa tienda de la señora Yeom» una historia humana de olvido, comunicaciones complejas y dilemas morales

El escritor coreano Kim Ho-Yeon
El escritor coreano Kim Ho-YeonJesús G. Feria

La cultura coreana vive un momento álgido. La música, el cine, la televisión y la literatura de Corea del Sur ha alcanzado tal calidad y proyección que ha conseguido brillar fuera de sus fronteras. Occidente abraza su contenido y lo toma como algo exótico, diverso, y que a la vez conecta a la perfección con nuestras ideas. Entre la fiebre del K-pop y la oleada cinematográfica que desató «Parásitos» (2019), figura la literatura coreana como una conceptual, de amplia visión social y también con cierto discurso reivindicativo. Es ejemplo de ello Kim Ho-Yeon, uno de los autores más reconocidos de su país y best-seller cuya obra se traduce ahora al español: publica «La asombrosa tienda de la señora Yeom» (Duomo), novela más vendida actualmente en Corea –un millón de ejemplares-, y que aúna perspectivas sociales y sentimentales.

Sigue los pasos de Dokgo, indigente que un día lo perdió todo, incluso la memoria, lo que le llevó a dormir en la estación de Seúl. Su vida comienza a mejorar cuando, al encontrar un monedero y dárselo a su dueña, ésta le agradece ofreciéndole trabajo en una tienda que abre las 24 horas. Allí Dogko, torpe a veces, silencioso otras, vende productos y se involucra emocionalmente con las personas del barrio, una bondad que pronto presentará un dilema para quienes le rodean. La tienda, el entorno, explica el escritor Kim Ho-Yeon a este diario, «tiene un papel muy importante, pues es un lugar repleto de historias humanas». Y uno de los principales objetivos de la novela es el de retratar a la sociedad coreana y, por extensión, reflejar valores universales.

Asegura el escritor que Corea «siempre ha sido un país en el que se ayuda bastante al prójimo, se le trata con bondad. Pero ahora la sociedad se ha vuelto más fría y egocéntrica. Estoy seguro de que en el fondo hay buenos corazones, pero que se demuestre es raro». Porque, ¿cuánta gente se para a ayudar a una persona sintecho y le da de comer y, es más, le ofrece trabajo? Cuando ocurre algo así suele aparecer en las noticas, lo que significa, puntualiza Ho-Yeon, «que no es algo frecuente». Dicha frialdad la relaciona, principalmente, con la tecnología, «que ha alterado la forma que tenemos de comunicarnos. Antes no había móviles, quedabas con alguien y confiabas en que se presentara. Ahora se puede cancelar en cualquier momento. Pienso que la comunicación, cuanto más incómoda y difícil, más valor tiene».

El escritor coreano Kim Ho-Yeon
El escritor coreano Kim Ho-YeonJesús G. Feria

Perdonar o arrepentirse

Ho-Yeon se define como un autor «que retrata la vida de las personas, de lo que está pasando en la humanidad». No solo la coreana, sino la asiática, la universal, pues «represento en mis libros valores que afectan a todos. Mi libro está traducido a 23 idiomas y en todos esos lugares los lectores se sienten identificados, tanto en Europa como en Estados Unidos o los países arábicos», explica. Se refiere a aspectos como la bondad entre las personas, la importancia de la comunicación, o el perdón: «¿Hasta qué punto podemos perdonar a personas que han cometido un gran delito y luego se arrepienten? ¿Son importantes en todos los casos las segundas oportunidades? Son algunas de las preguntas que planteo al lector. A través de Dogko, confecciono un dilema que hace reflexionar, que hace sentir incomodidad».

El autor invita a salir de cada zona de confort, para así adentrarnos en una tienda que es algo más que estantes y comida, que funciona centro neurálgico de la comunicación en su versión más fiable y natural. Analiza el entorno terrenal, la vida de las personas que se cruzan a su paso, sin adornos ni pretensiones. Reflexiona sobre ello, y busca conclusiones o, al menos, profundiza en dilemas a través de su literatura. ¿Cómo debemos estar o comportarnos en el mundo? «Si yo supiera... Pienso mucho en eso, y siempre coincido en que hay que vivir con calma. Sin esperar y sin correr demasiado. Vivimos acontecimientos muy diferentes, sean buenos o malos, y cuando mantenemos la calma evitamos vivir con depresión, nos volvemos más positivos», concluye el autor.