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Manu Tenorio: “Me gustaría tener la voz de Camarón y la cabeza de Einstein”

En su nuevo single, «Llevo tu luz», homenajea a todas las mujeres que lo han acompañado a lo largo de su vida

Manu Tenorio / Foto: Rubén Mondelo
Manu Tenorio / Foto: Rubén Mondelolarazon

En su nuevo single, «Llevo tu luz», homenajea a todas las mujeres que lo han acompañado a lo largo de su vida.

Manu Tenorio lleva la luz de todas las mujeres que lo han acompañado a lo largo de su vida. Y con ella ha iluminado una canción con la que les rinde un homenaje y que sirve como adelanto de su décimo álbum, cuyo lanzamiento está previsto para junio. Será un disco entretenido, grabado a caballo entre el estudio y los conciertos en directo, que sonará a él, a un artista con color especial, como su Sevilla natal. Tras el grave accidente doméstico que sufrió hace unos cuantos meses, se encuentra casi totalmente recuperado y muy agradecido de quienes, como su esposa, tanto le han ayudado.

–Tras el accidente doméstico, ¿ha vuelto a nacer?

–No fue para tanto, aunque es cierto que se podría haber complicado mucho más. Tengo que dar las gracias.

–Y si volviera a nacer, ¿qué cambiaría de su vida?

–Nada, porque de todo se aprende, incluso más de los fracasos. Estoy orgulloso de lo que he conseguido a base de tesón y esfuerzo.

–¿De quién lleva la luz?

–De la gente que diariamente trabaja conmigo; de mi familia, que siempre ha estado apoyándome; y de todos los que me han ayudado a ser lo que soy.

–¿Y qué ilumina?

–Mi interior, mi mente, mi cabeza, mis acciones... En definitiva, mi día a día.

–¿Nunca se apaga?

–No, pero a veces tenemos derecho a tenerla un poco más tenue y a no estar al 100% de revoluciones.

–¿Hay miradas que queman?

–Hay una energía vital, una motivación, una luz que desprenden ciertas miradas que ayuda a levantarse y sentirse fuerte.

–¿Quiénes son las mujeres de su vida?

–Ellas han estado en mi vida más presentes que los hombres. Nunca me han abandonado. Sobre todo, mi mujer, que en los últimos meses ha sido una pieza clave en mi recuperación y evolución. Son muy comprometidas.

–¿Más que los hombres?

–Es más habitual y probable que un hombre abandone a su familia a que lo haga una mujer.

–¿Nosotros nos damos antes por vencidos?

–Las mujeres tienen un espíritu, un resorte, un código en su ADN que les hace tirar para adelante hasta en los peores momentos. Ellas aguantan y superan el dolor mejor que nosotros. Tienen más energía.

–¿Es usted feminista?

–Por supuesto. Todavía hay que reconocerles muchos derechos, sobre todo a nivel laboral. En ciertos círculos profesionales deberían tener más presencia.

–¿Le siguen llamando triunfito?

–Nunca me ha molestado que me llamen así, no me parece peyorativo. Lo asumo con mucho gusto. Es un orgullo haber pasado por ahí.

–¿Qué le dio?

–Fue mi alternativa. Llevaba muchos años cantando en la BBC (bodas, bautizos y comuniones). Y me ofreció la oportunidad de dar el salto al gran público y de poder dedicarme de manera sólida a la música.

–¿Qué le quitó?

–El anonimato. Nunca he perseguido la fama o la popularidad, sino lo que me hacía vibrar. Y la verdad es que echo de menos poder andar por la calle sin que nadie me moleste, aunque al final uno se acostumbra y no hay que darle mayor trascendencia.

–¿Ha sido su vida una operación triunfo?

–No. Ha habido etapas dulces, otras en las que he tenido que empezar desde el principio, algunas más duras...

–En el single dice que tiene vicio al fracaso.

–Siempre he elegido los caminos más complicados, lo que me ha llevado a equivocarme. Pero si no, me hubiera fallado a mí mismo. Me gusta seguir mi instinto y ser responsable de mis decisiones.

–Y tirarse de cabeza a los charcos.

–Hace años me obligaron a hacer un repertorio que no quería y eso me llevó a elegir el camino más difícil, a hacer mis discos y mis canciones a mi manera.

–Este disco está compuesto y escrito íntegramente por usted. ¿Qué le inspira?

–Todo. La inspiración es como una ventana con vistas a un mar por el que pasan muchos barcos. Unos son emociones y sensaciones; otros, recuerdos; otros, historias...

–¿Usted elige sus canciones o ellas le eligen a usted?

–Es una cuestión de constancia, de trabajar y de echarle muchas horas a la guitarra, no de esperar a que entren por la ventana. Pero, de alguna manera, nos vamos encontrando por el camino.

–¿De quién le gustaría tener la voz?

–Con la mía estoy contento, pero Elvis Presley y Camaron me parecen los mejores.

–¿La cabeza?

–De Albert Einstein.

–¿Y el corazón?

–Me quedo con el mío, que está hecho de muy buena madera.