Música

Música

Calamaro, dispuesto a cantar...y a ofender

El argentino, experto en provocar e ir a contracorriente, llega a Madrid después de ensalzar en Barcelona la Cataluña española y echar un capote a Vox en campaña.

Andrés Calamaro ha publicado «Cargar la suerte», un disco que toma el título de una expresión taurina. Foto: Bojan Hohnjec © Miracle Productions LLP
Andrés Calamaro ha publicado «Cargar la suerte», un disco que toma el título de una expresión taurina. Foto: Bojan Hohnjec © Miracle Productions LLPlarazon

El argentino, experto en provocar e ir a contracorriente, llega a Madrid después de ensalzar en Barcelona la Cataluña española y echar un capote a Vox en campaña.

En la distancia corta, en entrevistas, o compartiendo con la Prensa la escucha de su último disco, «Cargar la suerte», Andrés Calamaro no es el histrión de algunas de sus declaraciones en redes sociales o sobre el escenario. En la jornada que compartió con algunos periodistas antes del lanzamiento del álbum, Calamaro se mostró afable, ingenioso e inspirado, con su proverbial capacidad para la digresión. Contenido y sin intenciones de polemizar. Sin embargo, tras las rondas de entrevistas que superó sin mayores sobresaltos, el argentino (con casa y pasaporte en España) se echó al monte, nadó contracorriente de opinión políticamente correcta, como los salmones. Muy contra del pensamiento hegemónico declaró su simpatía hacia Vox, luego ensaló la Cataluña española en el Liceo, y después, el autor del magistral «Alta suciedad» ha dejado algunas perlas más en su página personal. Para su presentación en Las Noches del Botánico de hoy, armado de su repertorio nuevo y parte de lo mejor de lo antiguo, no ha querido conceder entrevistas. Pero seguro que esta noche encuentra algo que decir que no esté escrito de antemano en una de sus letras.

Ya recuerdan: plena campaña electoral. Debates de los candidatos a presidente del Gobierno de los que queda excluido Vox por ser una formación extraparlamentaria. Calamaro escribe: «Prefiero el vértigo de los patriotas y reaccionarios, a su modo, me representan más que los moderados». Cierto que de moderación ha entendido poco Calamaro, pero en este caso estaba hablando de política, no de costumbres, y a continuación ensalzó a Morante y Sánchez Dragó, apoyos del partido de Abascal. Luego borró el mensaje y escribió otro en el que defendía «la libertad y el bien común», pero la sola mención al patriotismo erizó los vellos algunos de sus seguidores.

«Voy a seguir ofendiendo»

Lo de reaccionarios fue un puñal afilado como su declaración de amor a la Cataluña... «española» en el templo de la lírica catalana, el Teatre del Liceu. «El rock no es complaciente, el rock gusta, pero ofende», comenzó exponiendo su ética. Después, vista la reacción del patio de butacas a la palabra España, soltó un recado a un compatriota que precisamente había atacado a Vox por usar una imagen de una de sus películas para un cartel. «Decir lo que la gente quiere oír es demasiado fácil. Para eso está Viggo Mortensen». De fondo, sin duda las posiciones en torno al independentismo que han calado en el actor argentino y hasta un dardo por lo personal: Mortensen «le robó la novia a un amigo», recordó. Y una verónica para cerrar: «Barcelona, voy a seguir ofendiendo, gracias».

¿Quieren más incorrección? Citamos sus declaraciones en la revista Zenda: «Un nuevo proyecto de ley propone igualdad estadística de géneros para celebrar eventos musicales, y no me consta que las prostitutas califiquen para este 50/50... No creo que me hagan quemar mis discos de Miles Davis grabados por el patriarcado heterosexual que sometió a la música en el siglo XX. O Camarón con Paco de Lucía, uno de los cuales debería ser suplantado por un artista transgénero... o similar. Me temo que soy un señor del siglo pasado». La mención a las prostitutas ocasionó un tsunami en su contra. Después matizó que no se oponía a la paridad y que todo había sido una broma. En tiempos de feminismo, patriarcado. Si está en boga la protección de los animales, tauromaquia. Precisamente en Granada estaba esta semana con su camisa de cachemir para ver a José Tomás. Y al final, sus opiniones no le han salido gratis del todo. «En algunos casos, el acoso cibernético puede traer consecuencias, es verdad, pero tampoco es mi mayor preocupación», decía recientemente, tras las polémicas. Pero no duden de que Calamaro seguirá haciendo de su capa un sayo, en cualquier faceta de su vida. Esta noche, sus canciones.