Historia

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Ortega y Gasset, el padre de la «nueva política»

En 1917 el pensador constató el final de una era y el comienzo de otra en la que las masas serían el eje.

José Ortega y Gasset recorrió medio mundo dando conferencias sobre sus ideas políticas
José Ortega y Gasset recorrió medio mundo dando conferencias sobre sus ideas políticaslarazon

En 1917 el pensador constató el final de una era y el comienzo de otra en la que las masas serían el eje.

El Teatro de la Comedia estaba abarrotado. Entre el público, hombres y mujeres escuchaban atentos al catedrático de Metafísica. Ortega y Gasset se mantenía de pie en el escenario, con una mesa de despacho delante, como si fuera una clase. La conferencia se titulaba «Vieja y nueva política». Era el 23 de marzo de 1914. La idea era clara: el país pasaba por una crisis histórica resultado de siglos de malas instituciones y costumbres, de abandono y retraso. El cuadro de esa «vieja política» era negativo pero optimista. Ortega apuntó que era precisa una «nueva política» con otra élite que sacara al país de la decadencia regenerando las estructuras desde sus pilares y mirando a Europa.

El discurso marcó una época aunque la propuesta no estuviera acompañada del método para conseguirlo. La regeneración ya se había convertido en un mantra de la generación del 14 en el que se podían depositar todas las ilusiones y soluciones, pero faltaba una reflexión sobre la articulación de la política de masas en un régimen de libertades y democrático, o del riesgo de la idolatría del Estado como agente constructor y controlador, que acabó llevando a autoritarismos y totalitarismos.

José Ortega y Gasset (Madrid, 1884-1955) había nacido en una familia muy acomodada, propietaria de «El Imparcial». Estudió con los jesuitas, luego en Deusto, y finalmente en Alemania. Fue allí, especialmente en la Universidad de Marburgo, en 1905 y 1906, donde asumió el idealismo kantiano y el imperativo del deber ser. A su regreso a España comenzó la labor intelectual: debates, polémicas y críticas duras que le llevaron a la política en 1914.

La Liga de Educación Política Española se convirtió en su primer instrumento para la «nueva política» y reclutar a esa élite que todo lo cambiaría. Ese mismo año publicó «Meditaciones del Quijote», donde dio un giro a su pensamiento, pasando del idealismo a la vida como realidad radical, al apego a la circunstancia, a la libertad de decisión como base del ser humano. Había que nacionalizar, decía, construir nación como un proyecto, alejarse de la tradición que retrasaba la modernización, según contó después en «España invertebrada» (1920).

Fin de la nueva era

En 1917 Ortega y Gasset constató el final de una era y el comienzo de otra en la que las masas constituían el eje, y así lo dijo en las páginas de «El Espectador», y luego en su libro «La rebelión de las masas» (1930). Su empeño fue desde entonces crear el hombre nuevo para una sociedad nueva desde la política, la cultura y la educación. «El Sol», «La Voz» y «Revista de Occidente» destilaban realismo y profundidad. Quizá por eso Ortega confió inicialmente en la dictadura de Miguel Primo de Rivera, para luego, defraudado como muchos otros, considerar que aquello era el fin de la monarquía en España y el paso a un tiempo bastante distinto. Por eso fundó Agrupación al Servicio de la República, junto a Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala, e intentó encauzar aquel régimen hacia una democracia liberal. Fue imposible: la violencia política, el partidismo egoísta, los nacionalismos o el enfrentamiento con la Iglesia, le empujaron a decir aquello de: «No es esto, no es esto».

No lo era y en septiembre de 1936, con el comienzo de la Guerra Civil, huyó de España. Empobrecido y entristecido viajó por Francia, Holanda y cambió de continente hacia Argentina. En 1945, volvió a su país. La campaña crítica contra su persona le animó a salir de nuevo de nuestras fronteras para pronunciar conferencias por medio mundo. Una mañana fría de octubre de 1955 murió en su casa. Los periódicos no habían informado sobre su enfermedad, de la que solo su familia y discípulos tuvieron conocimiento.