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cultura
¿Por qué decimos que alguien 'habla por los codos'? Este es el origen de la expresión
A pesar de que se usa a diario y muy comúnmente en varios idiomas, se cree que podría provenir de hace más de dos milenios

Afortunadamente, todavía resta en España alrededor de una semana de este periodo festivo, una etapa para pasar en compañía de familiares, amigos y seres queridos. En estos días abundan las comidas, cenas, fiestas y reuniones sociales, donde lo que prima es el sentimiento y la voluntad de unión. Muchas personas aprovechan para ‘ponerse al día’ sobre la situación actual de sus semejantes.
Sin embargo, esto puede llegar a resultar algo agobiante para algunas personas, especialmente cuando su familiar o conocido comienza a reiterarse una y otra vez. No todo el mundo tiene el mismo nivel de tolerancia y aguante a continuas reuniones sociales, y hay incluso para quien, a final de las fiestas, estas actividades pueden resultar agobiantes.
Raro es no encontrarse cada año, en alguna fiesta o comida con un cuñado, suegra o amigo del amigo que ‘habla por los codos’, como se suele decir popularmente. Por muy social que sea el ser humano, hay ocasiones en la que la información compartida en exceso, tanto en volumen como en contenido, acaba siendo contraproducente.
Existen decenas de formas de referirse a esta clase de personas que acaban resultando pesadas, algunas más amables que otras: cansino, cargante, ‘más pesado que una vaca en brazos’, parlanchín, charlatán… Pero la expresión de la que hablaremos hoy es probablemente una de las más antiguas de todas ellas.
¿Por qué decimos que alguien 'habla por los codos'? Este es el origen de la expresión
A veces resulta inevitable no rozar la línea de lo cargante cuando se lleva mucho tiempo sin ver a la otra persona, se han tomado alguna copas de más y hay mucho que compartir. Puede que esto lleve siendo así desde que la raza humana inventó el lenguaje verbal, una herramienta compleja que depende tanto de la palabra como del contexto en sí.
Cuando un miembro de la conversación acaba por acapararla o por resultar repetitivo y pesado, decimos en España que esa persona ‘habla por los codos’. Nuestro idioma castellano, con todos sus siglos de antigüedad, no fue sin embargo el origen de esta popular y divertida expresión. De hecho, en nuestra vecina Portugal también se utiliza: “falar pelos cotovelos”.
Los españoles, a pesar de la gracia que nos caracteriza al hablar y de nuestra facilidad para hacer de la ofensa un arte, no fuimos quienes ideamos este término. Tenemos otros igual de ocurrentes como ‘no se calla ni debajo del agua’ o ‘se repite más que un disco rayado’, pero de este en concreto no podemos hacer gala de haberlo inventado.
Se cree, aunque existe cierta controversia al respecto, que la expresión ‘hablar por los codos’ fue usada ya en el siglo I a.C. (hace más de dos milenios) por Quinto Horacio Flaco, un poeta romano de renombre, en su colección de poemas ‘Sátiras’. Hay quien ha apuntado que esta fórmula u ocurrencia podría partir de varios supuestos.
- Gesticulación. En muchas culturas, la española entre ellas, es normal acompañar las conversaciones con muchos gestos y movimientos de brazos.
- 'Desbordamiento'. Al igual que se utiliza ‘las palabras ya no caben por la boca’, esta expresión del poeta podría venir motivada por esa imagen metafórica y exagerada de que no hay espacio suficiente para tanta información en el cuerpo del hablante.
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