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Curiosidades
¿Por qué se llama "luna" a los cristales? El origen histórico que poca gente conoce
Un término que nos acompaña desde hace décadas y recoge en su nombre una mezcla de seguridad, diseño y toque poético

Si alguien te dijera que tu coche tiene varias "lunas", ¿pensarías en astronomía o mecánica? Lo cierto es que el término nos acompaña desde hace décadas pero pocos saben de dónde viene. Las lunas del coche no tienen nada que ver con el espacio, aunque sí con el brillo y la forma del satélite que vemos cada noche.
En los primeros tiempos del automóvil, los coches eran totalmente abiertos, más parecidos a un carruaje con motor que a los vehículos actuales. Los conductores iban expuestos al viento, la lluvia y el polvo, y se protegían con gafas y abrigos gruesos. Poco a poco, se fue incorporando un parabrisas plano para evitar las salpicaduras y los insectos, aunque ese vidrio podría resultar peligroso al romperse.
De coches sin techo a cabinas cerradas
Con la llegada de los coches cerrados, se añadieron también las ventanas laterales y, más adelante, la luneta trasera que completaba el habitáculo y ofrecían mayor comodidad y seguridad. Estas piezas de vidrio conocidas hoy como "lunas", se convirtieron en un elemento esencial del vehículo.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el gran reto fue fabricar un cristal resistente, seguro y transparente. Henry Ford impulsó la búsqueda de soluciones más económicas y seguras, mientras que el químico francés Èdouard Benedictus patentaba el vidrio laminado, que al romperse no se hacía añicos.
Con el tiempo, este tipo de vidrio se perfeccionó gracias al uso de butiral de polivinilo (PVB), un material que mantenía la estabilidad y la transparencia. En los años veinte aparecieron los primeros cristales curvos, y en los cincuenta, el revolucionario proceso de vidrio flotado permitió fabricar paneles totalmente lisos y brillantes, como los que se usan hoy en día.

Por esto se llama "luna" a los cristales del coche
El cristal trasero del coche se llama lunera, un nombre que viene de la forma de media luna que tenían las ventanillas de los primeros automóviles y carruajes. Con el tiempo, la palabra se extendió al resto de los cristales, hasta que todos pasaron a llamarse "lunas".
Además, el término tiene una explicación lógica y poética: los cristales del coche reflejan la luz igual que la Luna. Por la parte que da el sol se ven iluminados, mientras que por dentro permanecen más oscuros, como ocurre con los cristales tintados.
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