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Redescubriendo a Chaplin, digno príncipe gitano: "mi abuelo nunca se avergonzó de sus orígenes"

La nieta de Charlot, Carmen Chaplin, debuta como directora con un documental que bucea en el espíritu romaní de su abuelo a través de la mirada compasiva de uno de los hijos del actor, Michael Chaplin
Chaplin en una de las imágenes del archivo familiar que aparece en el documental
Chaplin en una de las imágenes del archivo familiar que aparece en el documentalBteam
  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

Madrid Creada:

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Como todos los episodios ordinariamente vitales que tienen naturaleza de predestinación y un porcentaje considerable de romanticismo, todo empezó con una carta. "Cuando mi madre murió, nos repartimos las cosas de Mansion de Ban (la casa familiar). En un mueble enfrente de su cama había un pequeño cajón que estaba cerrado con llave. Recuerdo encontrar la carta, sola, al margen de las demás, leerla y pensar que debía ser una de estas personas que decían que eran una de sus mujeres, había mucha gente así de loca. En cambio era un hombre que decía que conocía a Charlie muy bien y me pareció curioso, así que se la enseñé a Michael. Semanas después, se obsesionó con la carta", relata en forma de prolegómeno una entusiasta Victoria Chaplin, artista performática de circo hija del artista en el revelador documental que se estrena el próximo 13 de diciembre "Chaplin: orígenes gitanos" con el que la nieta de Charlot, Carmen Chaplin debuta en la dirección apostando por una exploración hasta ahora poco transitada de la vida del símbolo del cine mudo: la implicación de su raigambre romaní en la configuración de su figura artística y la de sus personajes cinematográficos pero también en la superstición de su intuitivo, libérrimo y perceptivo carácter. 
"Ya sabes, soy medio gitano, tengo instinto", admite el propio Chaplin en los travesaños de una actuación teatral durante una de las grabaciones inéditas del largometraje. 
"Este documental ha sido curativo para entender a mi padre y para que él conociera mejor al suyo"Carmen Chaplin

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En la mencionada carta de 1964 enviada justo después de la publicación de sus memorias preñada de revelación y misterio con la que Michael –padre de la propia directora– se obsesiona, tal y como indica una de sus hermanas, un romaní llamado Jack Hill informa a Charlie de que ha mentido en la descripción de la casa donde nació "pero se te puede perdonar, porque no sabes dónde naciste o quién eres de verdad". 
El auténtico lugar de alumbramiento según la información aportada desinteresadamente por el enigmático remitente fue la caravana de una reina gitana –tía de Hill– enclavada en el asentamiento gitano de Black Patch, en Smethwick, cerca de Birmingham, al más puro y blindersiano estilo Tomy Shelby. "Creo que soy el único que queda que puede contarte lo que te has estado preguntando durante tantos años, tuvimos infancias muy parecidas", añadía el texto presente en una misiva de cuyo contenido si bien es cierto que nunca renegó Chaplin, tampoco compartió abiertamente con su familia. 
Sin embargo, su consciencia en ese momento sobre sus orígenes ya era ligeramente parcial: "Cuando la madre de Charlie, es decir, mi abuela, le contó que era medio gitano, él ya era una estrella internacional pero era joven y evidentemente habló del asunto en cuanto se enteró. Le encantaba el dato, se sentía muy orgulloso en el fondo, porque pasó del recuerdo de una terrible miseria durante su infancia a sentirse parte de una especie de nobleza, de algo especial. Mi abuelo nunca se avergonzó de sus orígenes gitanos", expone en entrevista con LA RAZÓN la realizadora sobre el orgullo manifestado por el autor de "El gran dictador" y sobre la utilización íntima que hizo de ello como un elemento de satisfacción conscientemente alejado de la vergüenza.
"Creo que ahora mismo, con todos los acontecimientos sociales que están pasando, no creo que sea tan difícil ser gitano en el siglo XXI como lo podía ser en el XX, porque las percepciones afortunadamente están cambiando. Cuando Charlie era niño, ser un músico gitano en Inglaterra era un auténtico estigma, era algo que se ocultaba, la gente no quería hablar de ello. Sin embargo para mi abuelo era un distintivo. Cuando uno es artista necesita tener una narrativa, un relato que lo haga diferente a los demás o incluso lo romantice y cuando se trata además de un artista grande, uno puede ser todas las cosas", añade Carmen. 
Siempre con la intención de dotar de misterio y belleza la narración de una pobreza terrible, Hannah, la madre de Chaplin, intentaba aderezar el relato de las carencias de su infancia con toda clase de inventivas sobre su procedencia. "Es lo que hacían los gitanos, se presentaban como aristócratas aunque fuera todo mentira pero siempre con una tremenda dignidad. Esta carta formaba parte de ese sueño, de ese cuento", subraya Michael, un hombre enjuto y poderoso en lo estético –también discreto, pudoroso y parco en lo expresivo–, de largo pelo y barba blanca con estética zíngara, destacado por un parecido físico con su padre indiscutible (con quien actuó por preferencia y confianza del propio Chaplin en "Un rey en Nueva York") a través de cuyos ojos, recuerdos y tiranteces con su padre se vertebra esta historia de redescubrimientos culturales y litúrgicas búsquedas genealógicas.
Precozmente aventurado en los asuntos del corazón y la cama, algunas de las sombras y contradicciones que salpican la biografía del genio analizada con las pautas morales actuales tienen que ver con las mujeres, varias de ellas menores, con las que se casó, estuvo y tuvo hijos. "Estamos en una época en la que el enfoque se centra mucho en el pasado y en destrozar parte de él. Creo que esto es interesante pero a la hora de hacer este documental, he intentado en todo momento buscar información sobre la vida de mi abuelo dentro de las pautas de su época, que fueron las que le tocaron. Si ahora colocas aspectos de su trayectoria en el presente, claro que hay episodios que puede uno juzgar, pero en el contexto de su infancia en la miseria, de su educación a través de una madre que le tuvo muy joven, criarse sin padre... y no es cuestión de excusar o justificar, simplemente me parece importante observar a la gente en su tiempo para comprender de dónde procede esa persona, sin defenderlo ni juzgarlo", aclara la realizadora.
Michael Chaplin explorando en sus raíces durante una escena del documental «Chaplin, espíritu gitano»
Michael Chaplin explorando en sus raíces durante una escena del documental «Chaplin, espíritu gitano»Bteam
"Si solo quieres ver el lado bueno cuando diriges un documental sobre alguien, no va a ser verdadero porque lo interesante precisamente de ser humano, es que todos tenemos sombras, luces. No hay que tenerle miedo a las primeras y Charlie era un personaje muy complejo, procedía de la más absoluta pobreza y consiguió llegar a los renglones más altos del éxito", reconoce la directora antes de explicar la elección de la voz narrativa: "La mirada de mi padre me parecía la más cercana y la más personal como punto de entrada para hacer este trabajo. Es un homenaje a mi abuelo, pero sobre todo a mi padre, como hija. Se han hecho tantos documentales sobre Charlie que necesitaba ofrecer un aspecto nuevo que yo en este caso era capaz de aportar".
"Si colocas aspectos de la vida de Charlie en el presente, claro que hay cosas que uno puede juzgar"Carmen Chaplin
Ese elemento de novedad consciente se introduce entre imágenes inéditas del archivo familiar –donde vemos a un Chaplin cotidiano, tierno, reservado, titiritero y cambiante–, intervenciones confesionales de los numerosos hijos del artista e intervenciones sensibles y emocionantes de figuras del mundo de la cultura y del arte como Farruquito, Johnny Depp –con el que Michael protagoniza un encuentro de lo más significativo en la caravana del actor estadounidense–, Emir Kusturica o la talentosísima Lita Cabellut que se vanaglorian de su pertenencia o relación directa con el pueblo gitano y que lejos de aprovecharse estratégicamente de ese origen con fines comerciales o de utilizarlo como herramienta de victimización social, lo asumen como un rasgo identitario lleno de estrella, de luz y de sentido.
Johnny Depp y Michael Chaplin en una escena del documental
Johnny Depp y Michael Chaplin en una escena del documentalBteam
Cuando preguntamos a Carmen por la gestión que ha hecho de sus propios orígenes, la nieta de Charlie comenta que "el apellido Chaplin ha tenido sus cosas grandes y sus cosas pesadas. Creo que es muy interesante mirar hacia tus padres, hacia tu pasado, porque genéticamente nosotros llevamos los traumas de nuestros antepasados. Yo por ejemplo tengo una hija y soy consciente de la influencia que puedo tener en ella, de modo que como persona es muy importante mirar en nuestras raíces. Por eso este documental ha sido curativo para entender a mi padre y también lo ha sido para él a la hora de poder indagar y entender mejor al suyo. Somos una telaraña infinita de conexiones", remata. 
Nadie recuerda dónde nace, solo dónde nos contaron que lo hicimos. Por eso el origen de Chaplin es el resultado de un relato repleto de dignidad cuyo final podría estar protagonizado por ese Calvero de "Candilejas" que dice que el tiempo es un gran autor porque "siempre da con el final perfecto".