Reflejo de los valores de la empresa familiar

José Manuel Lara representa mejor que nadie los valores atribuidos a la empresa familiar: compromiso –con su país y con su gente–, visión a largo plazo y espíritu emprendedor. No es casual que el presidente de Planeta formara parte de ese pequeño grupo de empresarios que fundó, en 1992, el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), organización que a lo largo de sus 23 años de historia ha centrado su actividad en defender los intereses de las compañías familiares españolas, en identificar las mejores prácticas en gobierno corporativo y gestión y en velar por la formación de las siguientes generaciones. Lara fue el quinto presidente del IEF. Durante su mandato, entre los años 2001 y 2003, impulsó la adopción por parte de las empresas de protocolos familiares, tratando además de dotar a los mismos de carácter de instrumentos jurídicos públicos. Gracias a esta visión y a su gran labor, buena parte de las compañías familiares españolas cuentan en la actualidad con un protocolo en el que se definen cuestiones fundamentales para el gobierno de una empresa, como son la sucesión, el reparto de responsabilidad, la política de dividendos o la transmisión de acciones, entre otras cosas. También defendió con pasión una de las características que forman parte del ADN del Instituto de la Empresa Familiar y que él aplicó igualmente en su actividad empresarial: la independencia total del poder político. Un rasgo que tanto a él como al IEF les ha valido el respeto generalizado.

La muerte de José Manuel Lara deja un profundo vacío en el mundo económico y empresarial español. Queda, sin embargo, su legado. Se dice que el empresario familiar no es el dueño de su compañía, sino un mero custodio, encargado de trasmitirla a las nuevas generaciones en las mejores condiciones posibles. Nuestro presidente cumplió con creces con esta misión y siempre estaremos en deuda con él.

*Director General del Instituto de la Empresa Familiar