Stephen King, una resurrección muy animal

Kevin Kölsch y Dennis Widmyer se atreven a debutar con la arriesgada adaptación de uno de los libros más famosos y terroríficos del icónico autor, que ya fue llevado a la gran pantalla en 1989 por Mary Lambert.

Meter mano a una novela de Stephen King para adaptarla al cine genera responsabilidades en múltiples direcciones: con los lectores, con el propio autor y con la tradicional buena suerte que ha tenido el escritor norteamericano en las versiones cinematográficas. Ahí están: «El resplandor», «Misery», «Carrie», «La zona muerta»... Muchas de sus novelas, ya éxitos sobre el papel, han sido «pelotazos» u obras de culto en el celuloide.

Por eso, al productor de «Cementerio de animales», Lorenzo di Bonaventura, uno de los más exitosos de Hollywood, le temblaron las piernas a la hora de lanzarse con este «remake» de una cinta de 1989 que, eso sí, no es precisamente una de sus adaptaciones más logradas. «Me gusta proteger el material original, pero que al mismo tiempo sea una nueva experiencia», explica Bonaventura sobre sus reparos. Su solución fue elegir a Kevin Kölsch y Dennis Widmyer para dirigir esta cinta que nos sumerge en el mundo rural y oscuro clásico de este autor. La cinta narra la llegada del doctor Louis Creed (Jason Clarke), su esposa Raquel (Amy Seimetz) y sus hijos, Ellie y Gage, a una vivienda próxima a una carretera con mucho tráfico. Cerca de la casa hay un sendero que lleva a un claro en el bosque en el que Ellie encuentra un cementerio de animales que está sobre el mismo terreno que un antiguo camposanto indio, según una leyenda de la zona que rescata el vecino de los Creed, Jud Crandall, interpretado por John Lithgow.

A Ellie, la niña protagonista, le da vida Jete Laurence, que a sus 11 años ya ha trabajado en las series «The Americans» y «Jessica Jones» y, también en el género de terror, en «El muñeco de nieve», con Michael Fassbender. «Hemos tenido mucha suerte con ella –asegura Kölsch–. Ha interpretado el papel muy bien. Nos costó encontrarla porque hicimos muchas audiciones, pero cuando la vimos sabíamos que era ella la adecuada para interpretarla. A pesar de su edad no hay prácticamente que dirigirla. Se iba a una esquina y volvía sabiendo exactamente lo que tenía que hacer. Es increíble».

Por su parte, Widmyer explica que el «remake» «es un proyecto que llevaba en desarrollo en Paramount durante bastante tiempo». El apabullante éxito hace dos años de «IT», dirigida por Andy Muschietti, también un «remake» de un novela de King, hizo que pensaran «que sería una buena idea ponerse a ello y finalmente hacerlo». Rápidamente rebuscaron entre los derechos de obras de King y revivieron este proyecto un poco olvidado. De repente, continúa Widmyer, «se abrió la oportunidad de nuevo y la realidad es que tuvimos que competir contra otros 50 directores que también estaban interesados».

Esencia y frescura

«Principalmente la idea era mantener la esencia de la novela –señala el director–. Se pueden variar ciertas cosas, pero la esencia tiene que ser la misma. Que los fans se quedaran contentos, pero al mismo tiempo que tuviera algo de frescura». King no se ha implicado en el proyecto a nivel creativo, pero la importancia de este autor ha estado siempre presente en el rodaje. Según Kölsch, «estábamos atacados de los nervios porque hemos hecho algún que otro cambio y no sabíamos si iba a ser de su agrado. La presión de hacer un filme sobre unos de sus libros más emblemáticos no es moco de pavo. Stephen King no es particularmente discreto en Twitter sobre lo que le gusta y lo que no. Cuando le enseñamos la película, la hora y cuarto que dura estábamos mirando el teléfono para ver si posteaba algo. Al final puso un tuit diciendo que le había gustado, que daba mucho miedo». Un tuit favorable de King ya es un impulso enorme a nivel de publicidad y un gran alivio para los responsables del filme. Ahora queda el aval de los fans: «Creo que antes de ver la película, si te han dicho que han cambiado algo, te echa un poco para atrás, pero una vez que la vean se darán cuenta de que tiene sentido», asegura Widmyer, mientras que Kölsch opina que «hay cambios, pero mantienen la esencia y eso es lo importante».

Además, Paramount colaboró en el tono del filme. Según señalan los realizadores, «sabían que el filme tenía que ser oscuro y estuvieron de acuerdo. No puedes hacer algo como ''Cementerio de animales'' y no hacerlo oscuro o solo a medias». Ambos saben bien de lo que hablan al hablar de «oscuridad». Llevan años trabajando mano a mano en el mundo del terror, ya sea en series de televisión como en largometrajes como «Starry Eyes», pero «Cementerio de animales» es material sensible. Su nombre lleva tiempo sonando para la segunda parte de la terrorífica «Mamá». «No sé porque siguen diciéndolo, porque no la vamos a dirigir –aclara–. Es algo con lo que estábamos comprometidos antes de esta cinta pero que finalmente no haremos. Nos gustó el guion, aunque desconocemos cuál es el estatus del proyecto actualmente».

De «IT» a «Mamá»

¿Acabará en manos de Andy Muschetti, director y guionista de la primera? Aún no se sabe mucho más de este proyecto, pero, según Kölsch, «tenemos sin duda mucho que agradecerle, porque si hemos hecho ''Cementerio de animales'' ha sido en cierta forma gracias a él». Por lo demás, admiran al argentino: «Nos conocimos en una reunión informal de directores. Creo que fue justo antes de que empezara a dirigir ''IT''. Es un tipo estupendo. Imagino que al final si ''Mamá 2'' se hace él será el productor», apunta Widmyer.

Widmyer y Kölsch trabajan en sintonía. «Llevamos trabajando juntos casi 25 años y congeniamos muy bien, nos gustan las misma cosas. Es muy agradable poder trabajar con alguien con quien te llevas bien y estás en sintonía. Hemos aprendido a hacer este trabajo así, uno con el otro, y nos apoyamos todo el rato». No son ni mucho menos la primera pareja de hecho en la dirección, aunque en este caso cada una de ellas tiene un «librillo». Ellos no saben explicar a las claras su método, pero, eso sí, «no nos dividimos el trabajo».

Así pasen las décadas, el cine asociado a las obras de Stephen King no decae en popularidad. El ejemplo de «IT» (2017), que comparativamente ha sido el más exitoso en taquilla, con 330 millones de dólares, demuestra que el fenómeno sigue vigente, a pesar de que no siempre las versiones que traen de vuelta sus historias sean del gusto mayoritario, como en el caso de «Carrie» (2013). Con King existe también ese riesgo: situarse por debajo del alto listón que han dejado muchas de las adaptaciones de los años 70 y 80. El maestro del terror es un mundo propio en el cine, con más de 100 adaptaciones en distintos formatos.