Crítica de teatro

“El viento es salvaje”: El oráculo del jolgorio ★★★★☆

Cuesta entender que un montaje como este no tenga mayor recorrido y mayor visibilidad en Madrid

Las Niñas de Cádiz están de visita en la Cuarta Pared de Madrid
Las Niñas de Cádiz están de visita en la Cuarta Pared de MadridLas Niñas de Cádiz

Autora y directora: Ana López Segovia (con la colaboración de José Troncoso). Intérpretes: Alejandra López, Teresa Quintero, Rocío Segovia y Ana López Segovia. Sala Cuarta Pared, Madrid. Hasta el 15 de mayo.

Cuesta entender que un montaje como este no tenga mayor recorrido y mayor visibilidad en Madrid, más allá de la que sí ha podido y ha querido darle la Sala Cuarta Pared. Avalado por el Max al Mejor Espectáculo Revelación de 2020, entre otros premios, creo honestamente que es un espectáculo que merece, por su calidad y por su capacidad de llegar a todo tipo de públicos, mayor atención entre los programadores.

Tal y como escribía la semana pasada acerca de la compañía Ron Lalá y de su Villa y Marte, también lo que hacen Las niñas de Cádiz aquí es levantar una obra de teatro puramente popular, y muy gamberro, a partir del conocimiento de lo clásico y lo culto. Desde luego, no pueden ser más variados los ingredientes que ha empleado Ana López Segovia, al frente de esta divertidísima troupe, para cocinar El viento es salvaje: desde la tragedia griega a la chirigota, pasando por los romances de ciego, Shakespeare, el sainete, Lorca, el sketch paródico de televisión, la copla o incluso el clown.

Todo eso sobrevuela de manera ingeniosa en una desopilante historia escrita en verso –con alguna disculpable licencia métrica– que se desarrolla en el escenario apoyada primordialmente en las capacidades cómicas de las cinco actrices, las cuales se ayudan de unos pocos elementos de vestuario y escenografía –muy básicos y eficaces– para agilizar las transiciones y dar dinamismo a la evolución desbordada de la trama. Esa trama gira en torno a la estrecha relación, desde la infancia, de dos amigas gaditanas muy diferentes: una de ellas, con muy mala fortuna para todo, y la otra, exageradamente exitosa. Como en la gran literatura de todos los tiempos, los temas que salen a colación son el destino, el sacrificio, el deber, el deseo, el azar, las traiciones, los celos…; pero aquí están enfocados con mucho tino para que solamente veamos de ellos su cara más risible.

Lo mejor

No tiene precio, por salirse de los parámetros habituales en estos casos, la interpretación que hace Rocío Segovia de Juandesito.

Lo peor

Sería imperdonable que la función no se viera en más salas de Madrid.