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"Yo soy Karina"

Karina: "Mis canciones eran sencillas, pero mira ahora el reguetón..."

La cantante reivindica en un musical a Maribel Llaudes, la mujer que siempre estuvo detrás de la artista

En Resumen
Karina en el Teatro Bellas Artes de Madrid David JarPHOTOGRAPHERS

 Maribel Llaudes Santiago sube al escenario del Teatro Bellas Artes para reivindicarse, para decir que detrás de la “frágil” Karina hay una mujer “luchadora que no se ha rendido nunca”. Ni cuando cuando le llamaron “horterita” en los 70: “Aquí sigo y ya no me importa lo que me digan”. Asegura que ya no quiere gustar a todos, “sobre todo, después de ver cómo se visten ahora y de lo que cantan...”. Ella apuesta por lo suyo, “por unas canciones monísimas” que defiende, junto al resto de su vida, en Yo soy Karina, que se estrena hoy.

−¿Todavía no conocemos a Karina?

−Han sido muchos años de ignorancia hacia mi persona. Cuando se hablaba de Eurovisión se pasaba del 70 al 72 y siempre se pasaba por alto el 71. Eso me ha dolido.

−¿Por qué ese salto?

−No sé. He sido muy querida por el público y... no me gusta la palabra “odio”, pero digamos que no he caído muy bien a los medios. Sería que mis canciones eran sencillas y ligeras, pero fíjate ahora en el reguetón, me hago cruces.

−En esta obra se reivindica el nombre de Maribel Llaudes Santiago...

−Sí, muy poca gente lo conoce porque Karina lo absorbió todo de una manera brutal.

−¿Viene a reivindicar a la mujer detrás de la artista?

−Un poco sí. También una época muy dura en la que fui una joven que luchó por sus ilusiones.

−¿Y las consiguió?

−Algunas, como grabar un disco y ser número uno con 20 años.

−¿Por qué Yo soy Karina habla de una cantante “no tonta”?

−Siempre se me ha tachado de ñoña, aunque no se ciña a la realidad. Sí he sido soñadora y confiada.

−¿No es un mundo para confiados?

−Ya hace tiempo que no. Hay que ser más prudente. Hoy no se puede ser buena persona.

−El musical se presenta como una “tragicomedia”, ¿así define su carrera?

−La vida tiene de todo, como cuando la casa de discos no me renovó...

−...Por “horterita” si no recuerdo mal.

−Sí, estábamos al borde de los 80 y yo quería renovar el repertorio pero... Todavía hoy no me he quitado la palabra de encima. Pero ¿qué es hortera? ¿Dónde está el baremo para decir quién lo es?

−El escenario recrea su salón, ¿qué no puede faltar en él?

−Un tocadiscos con sus discos y algunos libros.

−¿Ha llegado a renegar de la música, de su música?

−No. Tengo baladas que, aunque menos populares, tienen unas letras preciosas, como Yo te diré, dedicada a mi abuelo paterno, que fue uno de Los últimos de Filipinas. Algo poco conocido pero que ahí está: vino sordo y contagiado de todo lo que podía pillar. Luego, solo le gustaban las películas de vaqueros... Sería porque lo único que escuchaba eran los disparos.

−¿Por qué entró en “Gran Hermano”?

−Me llegó la noticia de que querían ampliar la edad de los concursantes y me ofrecí para ayudar a mi nieta, que tiene una enfermedad rara y los medicamentos son muy caros. La abuela va a ayudar siempre en todo lo que pueda porque Ana se lo merece.

−¿Definiría la casa como una buena experiencia?

−No pienso volver, pero fue buena. Discutían mucho, como el perro y el gato, aunque, claro, sin tele, ni radio, ni teléfono, ni reloj algo tenían que hacer.

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