El cartel del arte amenazado por la lluvia (adiós a la normalidad)

No era poco. Más bien era mucho. Una pandemia. Una guerra y la sequía. Volver ya eran palabras mayores. El regreso de los toros a Fallas y en concreto el cartel del arte en el que se anuncian esta tarde con toros de la ganadería de Juan Pedro Domecq, Morante de la Puebla, Juan Ortega y Pablo Aguado se ve amenazado por la lluvia. En el año de la sequía y precedido por una calima que ha convertido casi todo lo que pisamos y vemos en un manto anaranjado. De locos.

La Feria de Fallas fue aquella que se anuló en última instancia antes de que nos metieran en casa. Cuando aún pensábamos que la covid era algo de dos semanas y volveríamos a recuperar nuestras vidas. Esas que dos años después todavía no hemos alcanzado a tener como antes.

Es una de las tardes más esperadas del abono fallero. Está todo preparado y la lona puesta. Arrecia el viento, como ya pasó ayer en la novillada de El Pilar. Dista mucho de ser uno de esos días soleados de marzo de Valencia, pero esto entra dentro de los imprevisible o lo previsible. Como todo lo que ocurre en una plaza de toros. Como todo lo que viene detrás del primer clarín que sucede a las cinco en punto de la tarde.

Morante hoy. Y Juan Ortega, el torero sevillano que revolucionó a la afición en tiempos de pandemia junto a Pablo Aguado, que reapareció en Illescas el otro día después de su rodilla dijera “No” la pasada campaña.

Todo esto si el tiempo no lo impide... Tiempos heroicos estos en los que la normalidad directamente ha desaparecido. Ese es el gran descubrimiento. El paso de gigante. Y si hay dudas, abre los ojos y mira.