
Pamplona
Y ahora empieza la verdadera broma macabra, ¿quién torea a "Caminante"? (El toro que la ha liado en el encierro)
El gran problema de los encierros comienza por la tarde

A las ocho de la mañana nos hemos quedado sin aliento cuando "Caminante" el toro de Cebada Gago se ha dado la vuelta en plena calle de Estafeta sembrando el peligro y estirando el capote de San Fermín hasta el infinito. Pero la verdadera broma macabra viene ya. ¿Y ahora quién torea al número 23? Porque Caminante, negro entrepelado, bragado, corrido y meano, no es ya uno más de Cebada Gago. No. Hoy, 8 de julio, se ha ganado un sitio aparte. El suyo. Pero entra en sorteo como uno más dentro de un rato para lidiarse a las seis y media de la tarde.
En pleno encierro —ese rito cronometrado y colectivo que se ejecuta cada mañana a las ocho en punto— Caminante ha roto las reglas del juego. Se ha dado la vuelta en la calle Estafeta y ha sembrado el pánico. Ha desafiado el sentido único de la carrera, ha confundido a los corredores, ha desordenado la lógica y ha convertido los 5 minutos y 22 segundos del encierro en una auténtica prueba de fe y un arduo trabajo para los pastores.
Paradas a diestro y siniestro, recortes arriesgadísimos, huidas al límite, improvisaciones que, más que reflejos, parecían milagros. Y en medio de todo eso, él. Caminante. Marcando el compás de una mañana que ya es historia en estos Sanfermines.
Pero claro, esto no es solo un espectáculo matinal. Al toro, después de correr, hay que torearlo. Y ahí es donde empieza la verdadera broma macabra: ¿quién se pone delante de un animal que ya ha demostrado que no atiende a convenciones, que ha perdido la integridad —ese concepto sagrado en la lidia—, y que llega a la plaza sabiendo más lo que es el hombre?
La divisa difícil... más aún
Hablar de Cebada Gago es hablar de una ganadería que ya carga con la etiqueta de complicada. Por su sangre, por su historial, por su movilidad impredecible. Pero lo de hoy ha sido otro nivel. Un toro que ha aprendido, que ha visto, que ha olido el miedo. Y, encima, en Pamplona. Con el toro de Pamplona, que no es el toro medio: es más fuerte, más serio, más exigente. Aquí el toro tiene plaza, calle, prensa… y memoria.
Los héroes con nombre y apellido
Esta tarde, ese toro, Caminante, será lidiado en la plaza de toros de La Misericordia. Y los encargados de ponerse delante no son corredores, que deciden sobre la marcha si hacen la carrera o no. Son toreros que sí o sí salen al toro, a jugarse la vida, el respeto y su carrera. Carreras teñidas de pundonor y cuerpos que a veces cuesta que cicatricen porque no tienen piel sin cornada. Esa esa la vida de un Antonio Ferrera, castigado también está Román, que jamás pierde la sonrisa. Viene Pepe Moral a sustituir a Víctor Hernández que, precisamente está convaleciente. El toro no perdona. Este es el camino del héroe. Y precisamente a Pepe Moral le ha caído en suerte este "Caminante".
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