
Galardones
Andrés Amorós arremete contra el ministro Urtasun al recibir el premio de Tauromaquia en Madrid
El catedrático reivindicó la libertad cultural y denunció la cancelación del arte taurino desde el poder político, en un acto que combinó emoción, firmeza y compromiso con la tradición

Andrés Amorós no se mordió la lengua al recibir el Premio de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid. En un auditorio lleno de artistas, gestores y creadores, el catedrático y escritor se alzó como una voz firme en defensa de la Fiesta. Su discurso, lejos de fórmulas institucionales, fue un alegato por la libertad cultural y una crítica directa a quienes pretenden silenciar la tauromaquia desde los despachos ministeriales.
La ceremonia, celebrada en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, formaba parte de los Premios de Cultura 2025, organizados por el gobierno madrileño. Allí, Isabel Díaz Ayuso entregó el galardón al intelectual, destacando su "defensa inteligente y documentada" de una de las expresiones más antiguas de la identidad española. No fue un acto más: fue una declaración de intenciones por parte de una administración que apuesta abiertamente por los toros.
Amorós, que ha volcado su conocimiento en obras como la colección "Piel de toro", no se quedó en la gratitud. Al contrario, se permitió decir lo que muchos piensan y pocos se atreven a verbalizar: "Los toros son un arte, aunque un ministro inculto opine lo contrario." Fue una alusión directa a Urtasun, titular de Cultura, que eliminó el Premio Nacional de Tauromaquia en un gesto que muchos han interpretado como un acto de censura ideológica.
"Me emocionan los toros, pero también una buena película o una buena novela", afirmó Amorós, insistiendo en que no se trata de imponer preferencias, sino de permitir que todas las manifestaciones culturales tengan su espacio. Su mensaje no fue excluyente, sino profundamente pluralista: "La cultura no se segmenta, no se censura, no se elimina. Se defiende y se celebra."
El acto sirvió también como plataforma para visibilizar el compromiso de la Comunidad de Madrid con una cultura libre, plural y sin complejos. Ayuso lo dejó claro en su intervención: aquí caben todos, desde artistas emergentes hasta maestros consagrados, y la tauromaquia no será una excepción. Una postura que contrasta con la de otros gobiernos, que optan por reprimir en lugar de dialogar.
Con su intervención, Andrés Amorós no solo recogió un premio: levantó una bandera. Una bandera que representa la dignidad de quienes creen que el arte también está en el ruedo, en la emoción, en la liturgia del toreo. Y que, por mucho que se intente borrar desde arriba, seguirá viva mientras haya alguien dispuesto a nombrarla sin miedo.
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