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Cara a cara: ¿Debe Bartomeu rechazar las amenazas independentistas para el Clásico?

De Cibeles...a Canaletas

Bartomeu, en una imagen de archivo
Bartomeu, en una imagen de archivolarazon

► Alfredo Duro: Sí, ni a la «gent blaugrana» respetan

Están a punto de cumplirse cuatro años desde aquel nombramiento de Puigdemont como presidente de la Generalitat de Catalunya. Entonces, el Barcelona publicó un tuit en el que felicitaba y deseaba acierto a Puigdemont en «esta histórica y apasionante etapa que hoy inicia nuestro país, Catalunya». Cuatro años en los que el Barça no ha dejado de posicionarse junto al independentismo, hablando sin tapujos de «país» y menospreciando la ideología de miles de socios y quizá millones de aficionados que no piensan igual. No sólo debería rechazar las amenazas del independentismo más radical, el Barça debería haberles plantado cara y demostrar que eso de «més que un club» es una ferviente realidad en lugar de una ridícula pose que ya no se cree nadie.

Una sociedad civilizada

¿De quién es propiedad el Barça, Carme? ¿De sus socios? ¿De los nacionalistas? ¿De Tsunami Democràtic? A eso ha llegado Bartomeu con esta directiva. A ponerse en manos de gente que, en nombre de la «libertad de expresión», alimenta el insulto, el enfrentamiento, el odio y la segregación. Gente que si no piensas como ellos te llama «traidor» o «español». Gente que me califica a mí de «fascista» por el simple hecho de ser español y vivir en un país que defiende de manera constitucionalista los derechos a los que aspira cualquier sociedad civilizada.

¿Libertad de expresión?

Llamar fascista al estado español es el tipo de «libertad de expresión» con el que se pretende pisotear los derechos de la mayoría y evitar que se dispute un partido que todo el planeta está deseando ver. Los responsables de esta amenaza se dan vergonzosamente la mano con Bartomeu y la directiva del Barça, colocan sus pancartas, engañan a la ciudadanía de buena fe y se cargan la convivencia. ¿Qué fue de la gent blaugrana?

► Carme Barceló: No, el Camp Nou, un espacio de libertad

Bartomeu está tranquilo. Y yo, también. Lo que tú, apreciado Duro, ves como una amenaza yo lo veo como un partido de fútbol en el que socios y aficionados se expresarán en libertad, faltaría más. Si ello se hace bajo la premisa del civismo y la serenidad, la jornada transcurrirá sin mayor problema. Y pienso que así será. Otra cosa es que a Tebas y a ti os apetezca nada o poco que el Camp Nou se convierta en un altavoz del deseo de un determinado número de personas. Ese ya es otro tema y aquí debo decirte que por más palos que queráis poner a estas ruedas, quien lo desee podrá manifestar con la mayor libertad sus anhelos políticos, sean del signo que sean, siempre que formen parte de un contexto democrático. En vez de perder el tiempo en cargar contra Bartomeu y el Barça, mejor sería que os preocupárais de xenófobos, homófobos y racistas que campan a su aire por los estadios de fútbol, muchas veces sostenidos por un silencio cómplice por parte de directivas y organismos políticos.

Miedo a Leo

El F.C. Barcelona es un club catalanista, transversal y coherente con sus estatutos. Bartomeu ha sido el presidente elegido por una mayoría que sabía perfectamente qué y a quién votaba. A partir de aquí, hablemos de fútbol. Y si lo hacemos, el gran peligro de este Clásico es un tsunami que se llama Messi y que le puede pintar la cara al Real Madrid. Eso sí que da miedo. Y de ello prefieres no hablar, querido Alfredo. Desviar el foco te va de cine, pero ve haciéndote a la idea.

«Tot el camp será un clam»

Las reivindicaciones en el Camp Nou forman parte de su historia, del mismo modo que la «manita» que el año pasado le endosó el Barça al Real Madrid (por recordarte solo la última). Por cierto, sin Messi. «Tot el camp será un clam» y valdrá para todo y para todos.