Fernando Alonso
Fernando Alonso, un piloto para todo
Después del Dakar y el fin del contrato como embajador de McLaren, su objetivo son las 500 Millas de Indianápolis, ganar el rally más duro del mundo y, lo más complicado, volver al Mundial de F-1 en un asiento competitivo
Fin de una etapa. Otra que se abre. Fernando Alonso no tiene en la actualidad ningún contrato que le vincule a una marca de coches una vez terminado su periplo en el Dakar con Toyota y el fin del contrato que tenía como embajador con McLaren. A nivel deportivo, su acuerdo con el equipo de F-1 apenas tenía relevancia. Era la manera de conservar la vinculación entre piloto y la estructura inglesa, pero más que nada, se trataba de una relación para que el asturiano estuviera presente en algunos eventos durante determinados Grandes Premios o que atendiera a algunos clientes muy VIP de la compañía, sobre todo cuando las carreras se disputaban en Emiratos Árabes. En el último año sus aportaciones técnicas no fueron numerosas y sólo realizó un test de neumáticos en Bahrein.
¿Qué ha provocado la ruptura de la relación? McLaren y Alonso van por caminos separados. La escudería quiere pasar página a una de sus peores etapas, responsabilidad compartida con Honda y sus unidades de potencia, y desgraciadamente Alonso no está en los planes del equipo, que ha encontrado en Sainz y en Norris un equilibrio muy positivo y es por lo que apuestan en estos momentos. Andreas Seidl, jefe del equipo procedente de Porsche, quiere dejar atrás el pasado y confía plenamente en su dupla de pilotos. Fue él mismo el que cerró la puerta a Alonso. Además, gestiones como la realizada por McLaren en la Indy500 del pasado año terminaron de colmar el vaso. El equipo fue un desastre y Alonso cayó en la trampa de creer que, de la nada, los de Woking podría tener una estructura competitiva para ganar en Estados Unidos. La realidad, cruda, se impuso.
De momento, el único proyecto que tiene en marcha (al margen de otros como Kimoa o su Museo-Fundación) es el documental que está rodando para Netflix. Tendrá varios capítulos. En ellos se abordarán su retirada de la F-1 en 2018, la impresionante doble victoria en Le Mans y el Mundial de Resistencia, la preparación y la disputa del Dakar y en el futuro, la participación en la edición 2020 de Indianápolis y una posible vuelta a un asiento competitivo en la F-1.
El asturiano está negociando su participación en las 500 Millas de Indianápolis en un equipo con todas las garantías como es el de Andretti, el mismo con el que casi toca la gloria en 2017. El pasado año, Honda, que suministra motores a este equipo, vetó la presencia del asturiano por los comentarios y humillaciones públicas a cuenta del pobre rendimiento del motor japonés en McLaren y ahora, años después y con la compañía japonesa funcionando a las mil maravillas en Red Bull, las aguas pueden calmarse.
Con el fin del Dakar, Alonso se desvincula de Toyota y, de momento, no hay proyecto a la vista salvo la próxima edición de la prueba que acaba de terminar en Arabia Saudí. Alonso está convencido después de esta edición que tiene opciones de imponerse en el raid más exigente del mundo.
Volantes imposibles
La F-1 sigue estando en la mente de Alonso en 2021, pero hoy, la F-1 no parece estar interesada en él. Al menos, en un equipo grande, porque otros pertenecientes a la clase baja-media podrían hacerlo y no todos, ya que muchos de ellos necesitan que sus pilotos realicen alguna aportación económica en forma de patrocinador, algo que no cuadra con el bicampeón del mundo. En Ferrari la apuesta es clara por Charles Leclerc, aunque en 2021 Vettel podría salir de la «Scuderia» y dejaría un asiento libre, aunque para entonces quizás el perfil de piloto que busque la escudería italiana sea precisamente el del asturiano, que podría provocar un gran conflicto de intereses. En Mercedes, Hamilton manda y en caso de que emigrara a otro equipo, Toto Wolf encontraría rápidamente el recambio. Y en Red Bull, tras la fastuosa renovación de Max Verstappen, no parece que quieran a Alonso, que ya ha declarado que sólo volvería a la F-1 si existe un proyecto ganador.
Los últimos rumores apuntan a Renault, pero lo cierto es que la escudería gala tendrá en los próximos años una de las mejores duplas con Ricciardo y Ocon. El francés procede de la cantera de Mercedes y es uno de los fichajes más importantes de la marca gala, que ha podido recuperar a una de las grandes promesas francesas. Por muy mal que salgan las cosas, no parece que en 2021 vaya a cambiar la alineación de pilotos, ya que ha conseguido unir experiencia y juventud y eso es algo muy importante para un equipo.
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