Tenis

Garbiñe Muguruza

Garbiñe Muguruza no para de crecer y ya está en semifinales

Superó a Pavlyuchenkova por 7-5 y 6-3. Es la primera española que alcanza la antepenúltima ronda en Australia en los últimos 20 años

Dos años después de su última semifinal en Roland Garros, Garbiñe Muguruza vuelve a estar en la antesala de la final de un Grand Slam. La española derrotó en dos sets (7-5 y 6-3 en 93 minutos) a la rusa Anastasia Pavlyuckenkova. En semifinales espera mañana Simone Halep. La número tres del mundo arrasó a la estonia Kontaveit por un doble 6-1 en 53 minutos. El paso por el torneo de la rumana, donde ya fue finalista en 2018, está siendo avasallador. No ha perdido un set y ninguno de sus partidos ha ido más allá de los 97 minutos, pero los precedentes entre Garbiñe y Halep son favorables a la española: 4-2. Los tres últimos duelos fueron para Garbiñe. La otra semifinal, que también se jugará mañana, medirá a la australiana y número uno del mundo Ashleigh Barty con la estadounidense Sofia Kenin (15).

La solución al primer set ante Pavlyuckenkova pasó por comprobar quién era capaz de disimular mejor las debilidades con su servicio. Y fue la española. Hubo cinco breaks (3/2 para Garbiñe), hubo 8 dobles faltas (3/5), la rusa sólo ganó uno de los doce puntos que tuvo con su segundo servicio y ahí estuvo la clave para decidir los 56 primeros minutos de partido. Garbiñe fue valiente y atrevida. Trató de ser agresiva desde el principio y las flaquezas que mostró con el saque no alteraron su plan de partido. Se mantuvo firme. Logró sostenerse en pie después de las rupturas que sufrió en el tercer y el séptimo juego. La exnúmero uno del mundo fue capaz de levantar los dos breaks de inmediato y de sobreponerse a unos datos inquietantes: en apenas siete juegos había cedido cinco puntos de ruptura, había cometido dos dobles faltas, superaba a duras penas el 50 por ciento de puntos ganados con el primer saque y se quedaba en el 33 con el segundo. Todo eso logró obviar la española para resolver antes del tie break. En el duodécimo juego y sobre un segundo saque de Pavlyuchenkov, cómo no, cerró el primer set.

La inseguridad de las dos jugadoras al servicio se mantuvo en el comienzo del segundo parcial. Un break por raqueta para empezar. Garbiñe dio un paso al frente y superó las inseguridades con el saque. La rusa siguió siendo un flan. El segundo saque fue su tumba. Un nuevo break en el sexto juego fue el impulso definitivo hacia la semifinal. Con la confianza por las nubes, la dos veces campeona de un Grand Slam no dio más síntomas de flaqueza y resolvió el partido con una volea magistral. Su calmada celebración revela que Garbiñe está convencida de que puede ir más allá.

En el torneo no ha hecho más que crecer. "Comencé encontrándome no muy bien y siento que mi cuerpo se está recuperando”, afirmó después de la cuarta ronda. La victoria en cuartos ratifica las buenas sensaciones de los partidos anteriores. Arrancó con muchos problemas (rosco incluido en el primer set después de pedir la intervención del médico) ante la estadounidense Shelby Rogers. Necesitó tres sets para deshacerse de la 155 del mundo, una jugadora procedente de la fase previa. Desde ahí no ha parado de crecer. Superó a la australiana Tomljanovic (52) y luego cayeron dos “top 10”: ante Svitolina (5) sólo cedió tres juegos y ante Bertens (10) fueron seis. Su entrenadora Conchita Martínez tiene claro que la clave de la nueva Garbiñe es que la pretemporada ha sido buena, ha trabajado con tranquilidad y ha ido cumpliendo los plazos según estaba previsto. Arrancó el 28 de noviembre en San Diego y ya en los dos primeros torneos -Shenzhen, donde llegó a semifinales, y Hobart, donde una infección vírica la frenó en cuartos- se vio que la ganadora de dos Grand Slams era otra. “Como entrenadora es muy bonito ver que está aplicando las cosas que hemos trabajado durante la pretemporada”, afirma Conchita, que fue la última española, hace 20 años, que llegó a semifinales en Melbourne. Ahora es el turno de su pupila. Enfrente estará Simona Halep.