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Coronavirus

La emotiva carta de Pau Gasol en plena pandemia de coronavirus

Apela a la mentalidad que tenía Kobe Bryant para superar la crisis que afecta a todo el planeta

Pau Gasol visita en Murcia a doctor De Prado, especialista en lesiones de pie
Pau Gasol tenía la intención de retirarse tras los Juegos de TokioMarcial GuillénEFE

Pau Gasol no sólo ha emprendido junto a Rafa Nadal y la Cruz Roja una acción humanitaria para recaudar once millones de euros destinados a 1.350.000 personas afectadas de alguna manera por el coronavirus. El mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos ha escrito una carta en “The Players Tribune” sobre la pandemia del COVID-19. Las reflexiones de Pau sobre todo lo que rodea a esta crisis no tienen desperdicio.

“Es como si hubiéramos vivido un año en las últimas dos semanas”, dice Pau. “Un día estábamos yendo a nuestros trabajos, pasando el rato con amigos y comiendo en restaurantes. Los playoffs de la NBA estaban a un mes de distancia. Yo estaba ocupado rehabilitándome de una lesión que me había dejado fuera del baloncesto competitivo por poco más de un año. Los Juegos Olímpicos de Tokio aparecían en el horizonte y esperaba estar listo para sumarme a la selección de España, para los que habrían sido mis quintos Juegos Olímpicos. Y entonces, de pronto, todos estábamos en aislamiento. Estado de alarma. Restricciones de viajes. El mundo se había paralizado y nuestros mundos se han reducido al tamaño de un salón”.

El pívot confía en que las medidas adoptadas sirvan para que la situación mejore poco a poco. “Nuestro confinamiento ralentizará la transmisión del virus. Pero para mucha gente no se trata en absoluto de un tiempo afortunado. Se han perdido trabajos. Las tiendas y las escuelas han cerrado. Los hospitales están desbordados y las provisiones médicas escasean. La incertidumbre nos invade. El daño en nuestra salud mental puede ser más grande del que nos imaginamos”.

Pau también ofrece su visión de España. “Mi país es uno de los lugares más afectados del planeta en este momento. He escuchado describir a la situación como “apocalíptica”. Una de las historias que me llegan realmente me ha conmovido. En Madrid, hay un centro comercial llamado Palacio de Hielo. Es un gran complejo y la atracción principal es una pista olímpica de patinaje sobre hielo. Hoy, sin embargo, el centro comercial está vacío, porque los españoles están obligados a quedarse en sus casas por la medida nacional. Y la pista de hielo, mientras tanto, se ha convertido en una morgue improvisada. Los sitios a los que solíamos ir para divertirnos y para estar juntos se han convertido en tristes recordatorios de la gravedad de esta crisis”, comenta y añade: "Es difícil no sentirse indefenso”.

Y recuerda la campaña emprendida junto a Nadal y la Cruz Roja "a la que llamamos #NuestraMejorVictoria para que los deportistas colaboren en la lucha contra la COVID-19. Espero que este sea apenas el comienzo. Necesitamos que los deportistas de todo el mundo unan fuerzas, que sigan utilizando sus plataformas para compartir información vital sobre la pandemia y que puedan unir a la gente más allá de las culturas y las fronteras. ¡Hagámoslo!”.

Pau añora muchas cosas de su rutina: “Los conciertos, eventos deportivos, fiestas de cumpleaños, reuniones, restaurantes, viajes. Esas son algunas de las cosas que les dan significado a nuestras vidas”. Y trata de ser optimista: “Incluso en aislamiento encuentro muestras de esperanza. Tras el aliento y los cánticos todos regresan a su confinamiento hasta la noche siguiente. Este también es un símbolo poderoso. Los seres humanos deseamos conexión y comunidad. La gente que aplaude desde las ventanas nos recuerda la sed de solidaridad y humanismo, incluso en el más difícil de los tiempos. Como humanos, todos queremos fundamentalmente las mismas cosas: seguridad, afecto, salud, libertad y una buena vida para nuestros niños”.

No está siendo una etapa sencilla para Pau. A su lesión se sumó hace semanas la muerte de su excompañero Kobe Bryant y también tiene un recuerdo para él. “Todo esto me hace pensar en algo que aprendí de un excompañero. El modo en el que respondía a los contratiempos fue una de las cosas más sorprendentes que vi en mi vida. Para él, la adversidad era una gran maestra y una oportunidad para crecer. Ese compañero era Kobe Bryant. De veras que echo de menos a Kobe en estos días, y las cosas que él me enseñó se escuchan en mi mente y en mi corazón más fuerte que nunca. Ahora mismo necesitamos esa mentalidad. El modo en que respondamos a esta pandemia, y a lo que vendrá después, definirá este momento en nuestra historia. ¿Saldremos de esto agradecidos y unidos o resentidos y divididos? Depende de nosotros".