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Michael Jordan

Diez claves para entender el documental de Michael Jordan “The last dance” en Netflix

Se estrena hoy en Estados Unidos y mañana en el resto del mundo

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"The last dance", el documental sobre Michael Jordan se estrena en España mañana en NetflixJohn SwartAP

Ni siquiera el coronavirus puede con la leyenda de Michael Jordan. Hoy llega en Estados Unidos, a través de la ESPN, y mañana en el resto del mundo, por Netflix, el documental de Jordan “The last dance”. Se centra en la última temporada del número 23, la del sexto anillo con los Bulls, pero va más allá en diez capítulos que retratan al mejor jugador de todos los tiempos. Éstas son algunas de las claves para entender mejor “The last dance”.

El adolescente Michael

Antes de ser Jordan, de ser “Air” y del número 23 de los Bulls estaba Michael. Uno de los momentos más emotivos en “The last dance” es cuando su madre lee una carta que escribió Michael en sus primeros años de universidad en Carolina del Norte. “Te paso mi número de cuenta para que me ingreses dinero porque sólo me quedan 20 dólares. Sonríe porque Dios y yo te queremos”, dice en la misiva y pide disculpas a su madre Dolores por la cuenta del teléfono. Luego llegaría el título de la NCAA en su primera temporada (1982) y el oro olímpico en Los Ángeles antes de dar el salto a la NBA como número tres del draft de 1984. Olajuwon y Sam Bowie le precedieron en el podio.

Jordan antes de los anillos

El carácter competitivamente enfermizo de Jordan llega antes que los títulos. Lo cuenta Dominique Wilkins, alero de los Hawks de Atlanta: “Jugábamos en Chicago en 1987 y Jordan entró en nuestro vestuario. Se acercó a Randy Wittman -escolta blanco que se emparejaría con Jordan esa noche- y le dio unos toquecitos en la pierna. Y le soltó: ‘'Ata bien esos cordones de tus zapatillas porque va a ser una noche jodidamente larga'’. Se fue y nos metió 61 puntos”. Tuvieron que pasar siete temporadas hasta que los Bulls lograran su primer título. Los “Bad Boys” de los Detroit Pistons frenaron los primeros intentos de asalto a la gloria de Jordan.

Títulos, primer adiós y el regreso

En 1991 se imponen las “Jordan Rules” -las “Reglas de Jordan”- y los Pistons caen por 4-0 en la final del Este. Los Lakers de Magic Johnson tampoco fueron rival en las finales pese a ganar el primer partido (4-1). Las imágenes de Jordan llorando, abrazando el trofeo del campeón en el vestuario y con un puro dan la vuelta al mundo. Sus Bulls repiten antes de los Juegos de Barcelona y en 1993 “tripiten”. Jordan ya es la bestia competitiva que sirvió como inspiración a Kobe Bryant. “Ganar tiene un precio y cuando la gente vea el documental va a pensar que soy una mala persona”, asegura en “The last dance” sobre su personalidad. El verano después del tercer título es asesinado su padre y Jordan anuncia su primera retirada. Después de dos años jugueteando con los Chicago White Sox, el equipo de béisbol de la ciudad, el 18 de marzo de 1995 sale un fax en las oficinas de los Bulls: “I’m back”. Vuelve en el final de esa temporada, pero tiene que esperar a la 95/96 para ganar el cuarto anillo.

La última temporada

Con cinco anillos en siete años, los Bulls afrontan su gran desafío. Jordan quiere un anillo más que Magic Johnson. Más de la mitad de la plantilla supera los 30 años y el “New York Times” define así a los Bulls antes de empezar la temporada: “Viejos, lesionados e infelices”. Jordan tiene 35 años y llega con cinco anillos, cinco MVP’s de las Finales, cuatro MVP’s de la temporada, nueve veces máximo anotador, nueve veces en el mejor equipo de la Liga, ocho veces en el mejor equipo defensivo de la Liga... Su salario -33 millones de dólares- supera al total del resto del equipo -30 kilos- y los problemas físicos se multiplican: Pippen se pierde más de 40 partidos; Kerr y Longley más de 20... Jordan lo juega todo. El “breakfast club” -"Club del desayuno"- adquiere categoría de mito. Jordan, Pippen, Rodman y Harper se juntan todos los días a las 08:00 en casa de Jordan para comenzar a trabajar con el preparador físico de Michael, Tim Grover. Si alguien no aparece, que se prepare para ser humillado en el entrenamiento con el resto del equipo. Llegó el sexto anillo.

Phil Jackson, el gurú

El título del documental es culpa de Phil Jackson. Él bautizó como “The last dance” la última temporada en los Bulls antes de que arrancara. El técnico, Jordan, Pippen y Rodman tenían solo ese año de contrato y 1998 fue el punto y final. Jordan lo tenía clarísimo: «Amo la ciudad, pero necesito jugar para Phil. No jugaré a menos que sea para Phil». La relación de Jackson con el propietario era de todo menos amistosa. Se asegura que el dueño de la franquicia dijo al técnico que no iba a seguir, “aunque el récord sea de 82-0 y ganemos otro anillo”. Así fue.

Jerry Krause, el malo de la película

Fue el constructor de una franquicia legendaria y también el que acabó con ella. Presumía de que los títulos llegaban gracias al potencial de la organización, nada de mencionar a jugadores o entrenador. Los dardos de Jordan en las últimas temporadas fueron constantes. También era el dueño de los Chicago White Sox, el equipo de béisbol en que se probó Jordan en su primera retirada. Desintegró a los Bulls, trató de rehacerlos, pero era imposible. Estuvo 18 años al mando de la franquicia. Falleció en 2017.

Pippen, el otro

“Cuando hables de Michael Jordan, debes hablar de Scottie Pippen”. La frase de un periodista estadounidense resume perfectamente lo que significaba el número 33 en aquellos Bulls. Scottie era más importante en aquel entramado de lo que todo el mundo, salvo Phil Jackson, pensaba. Por eso es complicado entender como Pippen estuvo casi siempre envuelto en rumores de traspaso y su salario era ridículo comparado con otras estrellas de la Liga. En la última temporada de Jordan, el alero tenía a cinco compañeros que cobraban más que él. Nunca superó los 3,5 millones de dólares por temporada, un contrato entonces típico de un jugador de clase media. Por eso Pippen no habla precisamente bien de Jordan como compañero. Elegido entre los 50 mejores jugadores de la historia siempre se sintió menospreciado.

Rodman, el que faltaba

Dennis Rodman, una de las pesadillas de Jordan en la etapa de los “Bad Boys”, llegaba a los Bulls en la segunda etapa de “Air". El ala-pívot estuvo tres años en Chicago, ganó tres anillos y en las tres temporadas fue el mejor reboteador de la NBA. En la mesa de despacho de Phil Jackson había una imagen de Rodman disfrazado de ángel. Llegó de los Spurs en el año de las 72 victorias, en el año del cuarto anillo, con él la defensa del equipo dio un paso adelante y Jordan lo admitió como un complemento perfecto para poder seguir ejecutando sus planes. Tatuajes, pelos de colores, escándalos sexuales, rebotes, victorias, anillos... Dennis Rodman.

Kukoc, de repente un extraño

Jerry Krause, el malo de la película, se enamora a finales de los ochenta y primeros noventa de un croata que gana tres Copas de Europa seguidas. Es elegido por los Bulls en el draft del 90 con el número 29 en la segunda ronda, aunque su aterrizaje no se produce hasta la 93/94, en el primer adiós de Jordan. Llega con un contratazo y nadie le habla en el vestuario. En los Juegos de Barcelona, en el partido de la primera fase entre el Dream Team y Croacia, Pippen y Jordan se ensañan con él. En la final Kukoc responde y Jordan le abre la puerta de los Bulls. Pero en el resto de la plantilla no le quieren ni ver. “Lo de Jerry Krause con Kukoc es como aquel padre que tiene a todos sus hijos y de pronto ve a otro niño y empieza a amarlo más que a los suyos”, se asegura en el documental.

Dónde y cuándo verlo

El estreno de “The last dance” estaba previsto para este verano, pero... en Estados Unidos la ESPN lo estrena esta noche y en España se verán Netflix a partir del lunes. Habrá dos capítulos cada lunes desde el día 20 de abril hasta el 18 de mayo. Hay más de 100 entrevistas a jugadores, incluida una a Kobe Bryant de quien Jordan habla como su “hermano menor”, entrenadores y periodistas; ocho horas de grabación con Jordan; material inédito de NBA Entertainment... «Michael Jordan y los Bulls de los 90 no fueron solo estrellas del deporte, sino un fenómeno global. Dirigir ‘The Last Dance’ fue una oportunidad increíble para explorar los extraordinarios impactos de un hombre y un equipo. Nos llevó casi tres años poder presentar un contenido completo y definitivo de la historia de una dinastía que define una era, presentar a estos héroes deportivos como seres humanos. Espero que los espectadores disfruten la serie tanto como nosotros lo hicimos realizándola», asegura Jason Heir, director del documental.