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Un número 1 perseguido e inevitable

Jon Rahm nació para ser un número 1. Es algo que está escrito en su ADN, algo por lo que ha trabajado muchísimo, un sueño que ahora se ha hecho realidad pero que lleva un largo camino detrás

Jon Rahm, durante su etapa de amateur
Jon Rahm, durante su etapa de amateurRFEG

No cabe duda que hay gente que nace dispuesta a todo en el mundo del deporte, que persigue un sueño y que se esfuerza en conseguirlo por muy difícil y largo que sea el camino. Jon Rahm es uno de ellos y desde la Real Federación Española de Golf dan buena prueba de ello.

Un jugador que ya en categorías inferiores dejó evidentes signos de que tenía algo especial, de que no se conformaba. Y es que, como cuentan en este artículo en el que repasan su trayectoria, ya en la Escuela Nacional Blume dejó muestras de su calidad.

30 años después de que bajase del podio Severiano Ballesteros, el golf español ha encontrado a su segundo Número Uno mundial, Jon Rahm. Ha sido en The Memorial Tournament, no un torneo cualquiera, y semanas después de la reactivación del PGA Tour tras el forzoso parón a causa del COVID-19 cuando el genial golfista vasco ha encontrado recompensa al trabajoso viaje emprendido años atrás.

Este domingo 19 de julio, Jon Rahm, a cuatro meses de cumplir los 26 años, no demoró más una situación que parece inevitable: la consecución del número uno del Ranking Mundial. Rory McIlroy, uno de los mejores golfistas de la última década, ha puesto todo de su parte para frenar durante meses lo inevitable. Pero no se pueden poner puertas al campo ni negar el paso a un torbellino como Rahm.

Porque Jon Rahm es eso mismo, un torbellino. Lo era desde que comenzó a dar bolas en Larrabea, lo siguió siendo a su llegada a Madrid para continuar con su formación en la Escuela Nacional Blume y no se detuvo al cambiar de país y de idioma para sumar a los ‘diablos’ de Arizona State. Siempre un ciclón.

Aquí tienes el artículo al completo.