El órdago de Quartararo a Marc Márquez por el trono de MotoGP

La desescalada de Fabio Quartararo tras el coronavirus está siendo brutal. Dos carreras y pleno de «poles», victorias y puntos. Decía el francés a LA RAZÓN antes del comienzo del campeonato que no pensaba en si era o no el nuevo anti Márquez, pero que sí que estaba listo para luchar contra él. Y vaya si lo está. Si alguien buscaba al hombre fuerte de MotoGP más allá de Marc ya lo ha encontrado. «No me creo todo lo que me está sucediendo ni que me vaya a subir al avión para volver a casa con dos trofeos», reconocía Fabio ayer nada más arrasar, literalmente, a todos sus rivales. No dio opción en ningún momento y pasó en primer lugar todas las vueltas. Sólo al principio estuvo a punto de ser superado por Viñales, que se fue largo y no pudo volver a la pelea.

Quartararo quiso marcar territorio y lo hizo con un ritmo infernal. Buscaba abrir hueco y lo que creó fue un océano entre su Yamaha y todos los demás. Es el más fuerte ahora mismo y el gran dominador mientras Márquez se recupera. «Con Marc es más difícil ganar, pero es bueno tener un rival que te lleva al límite en todo momento. Eso hizo conmigo el año pasado y ahora estoy aprovechando lo que aprendí», reconocía el galo. Quartararo está sólo en el comienzo de su segundo año en MotoGP, y todas las victorias que se le escaparon por poco en 2019 las está atrapando ahora. Confirma cada día los pronósticos que hablaban de él como el enemigo más amenazador para el trono de Márquez y también le está dando la razón a los jefes de Yamaha, que apostaron por él en lugar de Rossi a partir de 2021.

Esos años, 21, tiene Fabio, a lo que se añade una madurez brutal. Está sereno, tranquilo y convencido de sus posibilidades. Dice que ha entendido muchas cosas y que el confinamiento le ha servido para ser más paciente. Encabeza el Mundial con 50 puntos, todos los posibles, mientras que el vigente campeón va a llegar a la tercera cita del curso con cero en el bolsillo. No puede ser más interesante lo que nos espera: con el número «93» en modo remontada y Quartararo tratando de defender la ventaja adquirida.

El año pasado todos los cara a cara fueron para el español, mucho más experimentado y con el colmillo afilado. En este campeonato post COVID-19 todavía no se ha podido ver un enfrentamiento directo, porque en la primera carrera Marc tuvo que remontar desde atrás y se cayó cuando iba tercero. Y ayer, aunque lo intentó, finalmente no pudo estar en la parrilla de salida. Ésta es la incógnita que le queda por resolver al francés: si podrá en el cuerpo a cuerpo con el devorador. El resto ya sabe que actualmente está un poquito por detrás del chico de Niza. Viñales se asfixió en el calor de Jerez y pescó un segundo puesto gracias a los problemas de los que iban por delante de él. Con todo y con eso sumó 20 puntos y va a ser el otro hueso duro de roer para Marc cuando arranque su remontada.

El de Cervera va a tener que recortar diferencias con dos rivales y eso multiplica la dificultad. Una de sus esperanzas es que la fiabilidad de los motores juegue una mala pasada a Yamaha. De momento ya se han roto dos propulsores en sendas carreras. Hace una semana, a Rossi y ayer, a Morbidelli. El de Quartararo aguantó bien, así que seguramente se ha ganado otra ronda de portadas en los diarios de su país. Francia no es una gran nación motera a día de hoy, aunque el despertar de un nuevo ídolo está haciendo que el deporte de las dos ruedas gane terreno. «L’Equipe» ya le ha dedicado alguna primera página completa y con lo de ayer se ha ganado alguna más.

En Jerez encabezó un triplete de Yamaha que no se daba en años y demostró que él es capaz de llevar muy lejos esta moto satélite de la marca francesa. Muchos creen que ha sabido copiar el estilo de pilotaje de Lorenzo, que fue tricampeón con la fábrica de los tres diapasones. Y el propio Jorge bromeaba en Twitter con lo bien que había sabido imitar Fabio su estilo. De momento está por delante de las oficiales de su marca y muy por encima de todos los demás. Está aprovechando el tropezón del campeón y lleva bien la presión de ser la gran alternativa. Marc le va a llevar al límite y él se siente preparado. Por ahora, el «Diablo» mete bastante miedo.