F-1

Carlos Sainz

Carlos Sainz, tras los pasos de Michael Schumacher

El piloto español vivirá en Maranello en 2021, cerca de la fábrica de Ferrari. El cinco veces campeón del mundo con la «Scuderia» pasaba largas temporadas en un edificio situado en Fiorano, el circuito privado del equipo

F1 - BRITISH GRAND PRIX 2020
Carlos Sainz, en SilverstoneAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Nunca en Ferrari se había reconocido con tanta antelación y franqueza una crisis deportiva como la que vive la «Scuderia». Las dos primeras carreras de 2020 han servido para admitir una cruda realidad que ha servido para mirar al futuro. Y no para 2021… sino para el siguiente año, para la campaña en la que cambiará el reglamento técnico del Mundial y en la que todos partirán de cero. Así de claro. Sin miramientos. Y quien ha tomado esta decisión no es un alto mando de Ferrari. El cambio de rumbo procede de Estados Unidos, sede de FCA, el grupo automovilístico italiano que ahora opera desde Nueva York y que posee marcas como Fiat, Jeep, Dodge, Maserati y, por supuesto, Ferrari. Ha sido John Elkann, nieto del fundador Agnelli, y que ahora dirige los destinos del conglomerado.

Elkann ha dado orden de trabajar para 2022 y ha llevado a cabo una pequeña reestructuración en la que descarga de trabajo a Mattia Binotto, el jefe del equipo, que sorprendentemente conserva su puesto y sigue al frente. Y en este plan cobra especial fuerza la presencia de Carlos Sainz, que en enero de 2021 entrará a formar parte del equipo. «En los últimos diez años hemos tenido campeones como Fernando Alonso y Vettel. Pero indudablemente es más difícil reconstruir un ciclo y pedir paciencia a quienes ya ganaron en comparación con quienes tienen el futuro por delante. Estamos sentando las bases para construir algo importante y duradero, y el contrato que firmamos con Charles lo demuestra. Son cinco años, nunca hubo un contrato así en la historia de Ferrari», dice Elkann. Y da más detalles de los planes: «Leclerc y Sainz tendrán una casa en Maranello, estarán cerca de nuestros ingenieros. La nueva máquina nacerá con ellos. Debemos ser realistas y conscientes de las debilidades estructurales con las que hemos estado viviendo durante una década, y que la transición a las unidades de potencia híbridas ha acentuado. Hemos dado el visto bueno a las nuevas reglas que comenzarán a partir de 2022 porque creemos que es correcto que haya más competitividad en la F-1. No vemos la reducción presupuestaria como una limitación a nuestra capacidad para ganar. Nos lo tomamos como un desafío. Nuestros ingenieros, nuestros mecánicos y nuestros pilotos sacarán fuerzas y creatividad, para hacer que Ferrari vuelva a funcionar». Elkann, en la entrevista en «La Gazzetta dello Spot», afirma: «Personalmente, nunca he visto en los últimos diez años un espíritu tan cohesionado y fuerte. Cuando Jean Todt abrió el ciclo histórico de títulos en 2000, veníamos de una sequía de más de 20 años desde 1979. Desde que llegó a Maranello en 1993, y con la llegada de Michael Schumacher al equipo en 1995, le llevó cinco años de trabajo y preparación, hasta que Ferrari volvió con un nuevo ciclo victorioso. Lo importante es trabajar en la pista y fuera de manera coherente, construyendo paso a paso el Ferrari que queremos».

La idea de que un piloto viva en Maranello no es nueva, aunque han sido muy pocos los que lo han hecho. La localidad, ubicada al norte de Italia, vive por y para Ferrari. Tiene una superficie de 32 kilómetros cuadrados (algo menos que Majadahonda), 17.000 habitantes y se sitúa a 40 kilómetros de Bolonia (con aeropuerto) y a 17 de Módena.

La sensación de aislamiento del verdadero centro neurálgico de la F-1, en los alrededores de Londres, siempre fue un obstáculo para que grandes figuras de este deporte decidieran fichar por el equipo. De hecho, es conocida la animadversión de Adrian Newey, director técnico de Red Bull, para vivir en Italia a pesar de las increíbles ofertas económicas que recibió por parte de Ferrari para crear sus coches en los últimos años. James Allison, que ahora triunfa en Mercedes, también abandonó Maranello, aunque en su caso también se debió a una triste cuestión familiar.

La máxima figura de Ferrari, Michael Schumacher, pasaba largas temporadas en la sede de la fábrica, algo que quiere repetir Carlos Sainz, que en las negociaciones con la escudería ya adelantó su idea de vivir allí para estar cerca del centro de trabajo. Schumacher tenía habilitada en Fiorano, el circuito privado que Ferrari tiene a las afueras de Maranello, la planta superior del edificio que acogía el despacho de «Il Commendatore» Enzo Ferrari. Y lo hacía fundamentalmente por un motivo. En aquellos años no estaba limitado rodar con el monoplaza y entrenar en cualquier sitio. Por eso, Michael pasaba semanas en Fiorano, probando y probando cosas, piezas, neumáticos…tenía el box a escasos 75 metros de la casa y sólo dejaban de rodar cuando ya no había luz natural.

El objetivo de Ferrari es que los pilotos se involucren en las mejoras del coche, aunque sea a nivel virtual, porque los entrenamientos están prohibidos. El trabajo en común con los ingenieros será vital para la recuperación de Ferrari, algo que Sainz ya ha hecho en McLaren viviendo en Surrey, muy cerca de la sede en Woking. A día de hoy, ni siquiera Vettel o Leclerc viven en Italia. El primero regresa siempre a Suiza y el segundo, a Mónaco, aunque en su caso es por nacimiento y lugar de residencia y no por impuestos, que también.

Tampoco vivió en Maranello Fernando Alonso, aunque lo hizo en Chàteau-d’Oex (Suiza) a unos 400 kilómetros. Lo «normal» es que los pilotos no vivan cerca de sus «oficinas». Incluso, hubo una época en la que Alonso residía en Dubai, como hoy hace Kevin Magnussen, de Haas, un lugar estratégico para reducir las horas en avión. Muchos los hacen en Reino Unido y otros en Suiza por motivos financieros. Por este motivo, la decisión de Sainz es muy acertada porque será estando allí la única manera de aprender y sentir un equipo tan especial para todo como es Ferrari. El objetivo es que gane la marca, el equipo, y en ese sentido Carlos Sainz «enamoró» a los responsables del constructor por su implicación colectiva. Sus conocimientos y su «obsesión» por la ingeniería le ayudarán a adaptarse rápidamente a un equipo donde la presión es muy fuerte y no todos han sabido llevarla.