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Santificado sea Iker Casillas

Se va el portero de los milagros, leyenda del Real Madrid y capitán de la selección que ganó el Mundial y las Eurocopas. Hace un año y tres meses sufrió un infarto

Iker Casillas resumido en una imagen: Robben le encara en el minuto 62 de la final del Mundial de 2010, el 11 de julio. El partido entre España y Holanda va 0-0. El delantero remata y parece que ha engañado al portero, que tapa todo lo que puede y saca el pie para despejar la pelota. Su bota se queda temblando cuando se ve en televisión, añadiendo dramatismo a la escena. El partido se queda 0-0 y en la prórroga marca Iniesta para que, minutos después, Casillas levantara los 6,170 kilos que pesa la Copa del Mundo.

Otra más: 15 de mayo de 2002, César era el guardameta titular del Real Madrid en la final de la Champions contra el Leverkusen. A la hora de partido, se lesiona en un salto con Lucio. Tiene que salir Casillas a jugar y el equipo de Del Bosque resiste el resultado en los minutos finales, con su portero volando de lado a lado y parándolo todo, especialmente un tiro de Berbatov que sacó... de nuevo con ese pie derecho, cuando parte de su cuerpo estaba ya metido en la portería. Los «galácticos» ya tienen su Copa de Europa. Iker termina el partido llorando.

Y así se podría seguir con infinitas paradas milagrosas que hicieron que lo llamaran «Santo».

1 de mayo de 2019, salta la noticia: Iker Casillas ha sufrido un infarto en un entrenamiento con el Oporto, su destino después del Real Madrid. Le tienen que operar de urgencia. Le ponen un stent, un muelle que ayuda a corregir el estrechamiento de las arterias, y a la semana sale del hospital. La opinión de médicos en periódicos y radios, como Juan Mari Irigoyen en LA RAZÓN, es unánime: con 38 años y después de lo que ha pasado, se tiene que retirar. Pero Casillas se resiste. Cada vez que en la prensa portuguesa dicen que se acabó, él lo desmiente; quiere ser él el que lo anuncie cuando llegue el momento. Incluso se le inscribe para jugar la liga portuguesa 2019/20 y a mitad de temporada saca las botas de la taquilla y se da unas carreras suaves. Cambia de puesto en el Oporto para convertirse en el enlace entre la plantilla y la directiva, anuncia su intención de presentarse a las elecciones de la Federación Española de Fútbol, aunque finalmente no lo ha hecho. Pero sigue sin decir lo que ya todos dan por hecho. Espera hasta el 4 de agosto de 2020, una jornada que, asegura, es complicado, pero no triste»: «Hola a todos, hoy es uno de los días más importantes, y a la vez difíciles, de mi vida deportiva: ha llegado el momento de decir adiós», comienza en una carta en la que no quiere dejar de dar las gracias a nadie: a los que le enseñaron de crío, a sus entrenadores, sus presidentes, el Madrid, el Oporto, la Selección, la familia, sus hijos Martín y Lucas, los compañeros, los rivales, los aficionados propios y los contrarios, los trabajadores de los clubes... «Y a esos tres palos que me vieron crecer como portero y que en cada momento me colocaron en mi sitio y me obligaron a mantener los pies en la tierra; esos tres palos a los que tanto debo y que seguro que echaré de menos. Allí también os dejaré a vosotros, mis fieles aliados, allí colgaré los guantes», añade el guardameta.

Quizá no sea la retirada que esperaba porque el infarto ha terminado siendo el empujón definitivo, pero Casillas ya no tenía nada que demostrar. Su leyenda empezó a tomar forma el 22 de noviembre de 1997, cuando el director del instituto en el que estudiaba interrumpió la clase y lo llamó, no precisamente por alguna trastada que hubiera hecho: el Real Madrid lo convocó para un partido de la Champions en Noruega. Con sus 16 años, se fue a casa, se cambió, cogió un taxi a Barajas y se reunió con Morientes, Seedorf, Mijatovic, Suker... No jugaría ni un minuto ante el Rosenborg, pero fue un comienzo. El estreno con la camiseta del equipo blanco sería casi dos años después en Liga contra el Athletic en San Mamés. Después de ese sumaría hasta 725 partidos con el Madrid durante 16 temporadas en las que conquistó 19 títulos, entre ellos tres Copas de Europa y cinco ligas, y donde también vivió en sus últimos años una guerra fría con el entrenador Mourinho que creó una división en el madridismo. Todo eso ya está olvidado y ahora Casillas va a volver al club al que llegó cuando tenía nueve años. Su otro equipo ha sido el Oporto, con el que ha ganado dos Ligas, una Copa y una Supercopa y que le ha hecho partícipe de los trofeos logrados este año.

Casillas será siempre el capitán de la España que ganó su primer Mundial. Fue internacional en 167 ocasiones y también conquistó dos Eurocopas. Lo que ha anunciado sólo es el final de su carrera deportiva. «El viaje no acaba aquí. Esto sigue y seguro que pronto nos encontraremos de nuevo», dice en su carta.