Deportes
Ale Galán y Juan Lebrón conquistan el triplete del sufrimiento
Este ha sido, sin lugar a dudas, el título más peleado y sufrido al que se han enfrentado hasta ahora Juan Lebrón y Ale Galán.
Si en el primero dominaron y en el segundo ya tuvieron algún pequeño susto este ha sido el que más complicaciones han experimentado y no por demérito suyo, sino más bien por mérito de los rivales, que parecen haberles encontrado alguna grieta, algún resquicio por el que atacarles. El caso es que en semis ya sudaron sangre para dejar fuera a Sanyo y a Stupa y en la final, ante los también jóvenes Juan Tello y Fede Chingotto, pintaron bastos.
Porque comandados por un maestro como Gaby Reca desde el banco, supieron encontrar la fórmula para convertir en oro todo lo que tocaban, desdibujando a Galán y a Lebrón, haciéndoles herida (que no sangre) y venciéndoles en la suerte del tie break para ponerles contra las cuerdas.
Alarmas encendidas, pues ambas parejas venían con claro desgaste del sábado y otro partido a tres sets significaba que el depósito de la gasolina debía durar más de lo esperado y aunque no está ni mucho menos cerca de llegar a la reserva, todo lo que se ahorre tras tantos partidos seguidos es bienvenido.
Chingotto y Tello no bajaron los brazos y quisieron seguir con los mismos derroteros, pero en el segundo asalto fueron una sombra del primero, superados en todo por un Lebrón que aullaba cada vez más y un Ale Galán que se iba creciendo y cubriendo cada vez más pista, sosegando a su compañero y pidiéndole calma y cabeza para no desmelenarse en exceso y autoflagelarse al dejar huecos. Así, con esa nueva receta, los de Mariano Amat impusieron ritmo de abordaje y finiquitaron este segundo parcial en poco más de 20 minutos con un rotundo 6-1 y citarse en el postre.
Postre que para unos sería copa grande de helado con tres guindas (los españoles) y para los otros la tarta entera. Buscando cada lado de la red su recompensa, fueron midiéndose punto a punto, juego a juego, rompiéndose mutuamente el saque y llegando al noveno juego empatados (4-4).
Había que romper la baraja y en eso Lebrón es especialista. Decidió sacar de su chistera además de su remate desde el fondo de la pista, buen toque de muñeca para anular a un Chingotto que hasta ese momento era el metrónomo de los argentinos y a un Tello que por alto estaba siendo todo un seguro. Nuevo break a favor de los números 1 y saque en blanco en el juego siguiente. Alegría desmedida y triplete (Liga, Copa y Champions) con un 6-7, 6-1 y 6-4.
Los torneos a puerta cerrada han sido su jardín, su terreno de cultivo para crecer, confirmarse y reforzarse, y ahora a ver quién es capaz de ‘‘podarles’' y derrotarles. Nuevo triunfo para ellos y confirmación para Juan y Fede, una pareja que, de una vez por todas, debe dar ese salto cualitativo que ya han demostrado que tienen dentro.
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