Caza F-35

Este país europeo se rinde y se ve obligado a comprar el caza F-35: "Debemos aceptar esta situación"

El programa de adquisición de cazas F-35 en Suiza se dispara en precio, obligando al Consejo Federal a buscar alternativas y encontrarse verdaderamente apresado por la idea

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Sicilia vuelve a ser la perla del Mediterráneo y no es por el comercio: todo está relacionado con los cazas F-35USAF

Suiza se enfrenta a un desafío económico considerable con la adquisición de su flota de F-35A. El Consejo Federal mantiene el proyecto, pero la operación con Lockheed Martin está generando un importante sobrecoste que complica su financiación.

Asimismo, el punto central de esta discusión es el precio de compra. Estados Unidos exige a Suiza que asuma los costes adicionales derivados de la inflación, a pesar de que el contrato inicial se selló con un precio fijo.

De este modo, tras "discusiones intensivas", Washington ha logrado que Suiza ceda. Este cambio obliga al país alpino a buscar soluciones para afrontar un gasto extra estimado entre 650 millones y 1.300 millones de francos suizos (lo que equivale aproximadamente entre 690 y 1.380 millones de euros). Este escenario financiero supone un desafío considerable para las arcas federales suizas.

El dilema suizo con los cazas F-35

En este sentido, el acuerdo actual implica para Suiza asumir estos costes adicionales por la inflación, según apuntan desde BFMTV. El ministro federal Martin Pfister busca no rebasar los 6.000 millones de francos suizos (alrededor de 6.400 millones de euros). La consulta popular de septiembre de 2020 validó la compra, fijando un límite presupuestario que ahora se ve amenazado. No obstante, el coste total exacto es aún incierto, condicionado por la evolución de la inflación en EE. UU. y los precios de las materias primas.

Por otro lado, para financiar este excedente, Martin Pfister ha planteado tres vías principales: reducción de aeronaves, incremento de "compensaciones industriales" (offsets) o un crédito parlamentario específico. Expertos en defensa ven difícil reducir los 36 aparatos previstos, pues esta cifra ya se consideró el mínimo necesario para garantizar una capacidad de defensa aérea efectiva y permanente. La reducción implicaría comprometer la seguridad nacional.

Además, este escenario financiero se agrava por los aranceles del 39% impuestos por EE. UU. desde el 7 de agosto, que ponen en riesgo sectores clave de exportación suizos como la relojería o el chocolate. A esto se suma el aplazamiento indefinido de cinco sistemas antimisiles Patriot encargados por Suiza, una decisión que obedece a la priorización de las necesidades de Ucrania en el contexto del conflicto actual. Esta situación complica aún más la modernización de la defensa suiza.

Finalmente, la adquisición de los 36 cazas F-35A, rubricada en septiembre de 2022, prevé entregas a partir de 2027. Estos aviones de quinta generación reemplazarán a las anticuadas flotas de F/A-18 Hornet y los F-5 Tiger, estos últimos diseñados en los años 50. La flota actual de 18 Tiger, con tecnología obsoleta, llegará al fin de su vida útil operativa en 2027, lo que exige su sustitución urgente para mantener la operatividad de la fuerza aérea.