Tour de Francia

Tour de Francia

El Tour más extraño de la historia

El duelo entre Bernal, el ganador del año pasado, y Roglic, el vencedor de la Vuelta, el más esperado. Dumoulin aguarda su oportunidad y Mikel Landa espera ser algo más que un espectador

«Estoy feliz de poder estar en la salida y trataré de hacerlo lo mejor posible». Las palabras de Primoz Roglic tranquilizan después de su caída en el Dauphiné, que hizo pensar que la batalla que se anunciaba para el Tour, que arranca en Niza, entre el equipo Ineos y el Jumbo-Visma no sería posible. El esloveno, ganador de la Vuelta el año pasado, se exhibió en el Tour de L’Ain y en el Dauphiné hasta su caída y el equipo Jumbo dio la sensación de ser más poderoso que el Ineos, dominador en Francia en los últimos ocho años.

Porque la lucha entre la dos escuadras más poderosas del mundo había quedado reducida a la pelea entre el ganador, Egan Bernal, último vencedor del Tour, y el aspirante, Primoz Roglic, con la incógnita del estado físico de Tom Dumoulin, que ha vuelto a competir tras el confinamiento después de más de 400 días sin participar en ninguna carrera.

A la batalla se le fueron cayendo soldados. El Ineos decidió prescindir de Geraint Thomas y de Chris Froome, visto su rendimiento en las carreras previas. Entre los dos suman cinco de los últimos siete Tours, pero el líder indiscutible es Egan Bernal, el ganador de la pasada edición, y en Ineos lo saben. Froome tendrá que esperar a 2021 para intentar ganar su quinto Tour ya con el maillot de su nuevo equipo, el Israel.

A Jumbo también se le cayó el tercer hombre, el holandés Kruiswijk, que el año pasado fue tercero en el Tour. Pero una caída, también en el Dauphiné, le provocó una fractura en el hombro que le impedirá tomar la salida en Niza.

El Tour se abre a otras posibilidades diferentes al control del Ineos. Y en una carrera tan montañosa como la que se presenta este año puede pasar cualquier cosa. Incluso que Nairo Quintana recupere su terreno. El colombiano cambió el Movistar por el más modesto Arkea. Tuvo un comienzo espectacular de la temporada, pero el confinamiento lo frenó. Con libertad y sin necesidad de estar en la primera fila, sin un equipo que le exija los resultados y sin nadie que discuta su liderazgo en el Arkea, espera su momento.

Igual que Miguel Ángel López, Supermán, un ciclista extraordinario que empieza a padecer el «síndrome Nairo». Tiene 26 años, todavía es joven, pero corre el riesgo de pasar de ser joven a hacerse mayor sin pasos intermedios. Como su compatriota Quintana, Supermán comenzó a conseguir buenos resultados desde muy joven, sin necesidad de un prolongado proceso de adaptación al profesionalismo. En 2018 fue tercero en el Giro y en la Vuelta y en sus cinco participaciones en las grandes siempre ha estado entre los diez primeros.

Supermán López debuta en el Tour, pero su liderato no se discute en Astana a pesar de que Fuglsang y Vlasov han demostrado estar en mejor forma en las carreras previas. Pero la burbuja del danés y del ruso es diferente. Ellos hacen el camino de las carreras italianas, López es el jefe en Francia en su debut en el Tour. «Me encuentro feliz porque hago realidad uno de mis sueños, estar en el Tour de Francia. Me siento contento, muy motivado. Es mi debut y vengo sin presión, a disfrutar de esta bonita carrera», asegura.

Las posibilidades españolas pasan por las piernas de Mikel Landa. El alavés se presenta como líder del Bahrain-McLaren, que ha confiado claramente en él. Su rendimiento en el Dauphiné, hasta la última etapa, hace que se pueda confiar en él. Ya fue cuarto en 2017, cuando corría prácticamente en contra de su propio equipo, el Sky entonces, y en los dos últimos años ha tenido que manejarse en el nada claro triunvirato de líderes de Movistar. Ahora, con 30 años, llega por fin como lider único y apoyado en un equipo que confía en él, con dos españoles más, Pello Bilbao y Rafa Valls, y con Wout Poels, el mejor gregario de Froome en los mejores años del africano.

Quintana, López y Landa tienen terreno favorable. Sólo hay una contrarreloj y, además, es una cronoescalada. Recorrido favorable también para Enric Mas, que se estrena como líder de Movistar, aunque no estará solo. A su lado los otros dos «jefes» del equipo, Alejandro Valverde, con los 40 ya cumplidos, y Marc Soler, que ha cambiado de planes. Su idea original era correr el Giro, pero la mayoría de los equipos, entre ellos Movistar, ha decidido asegurar el Tour. Es la primera carrera, la más grande y la que está más a mano. Nadie sabe lo que pasará después.