Lutsenko aprovecha la parálisis de los mejores

Cuesta que los favoritos arriesguen en los primeros días del Tour. Se miran, se vigilan y se preocupan más de no ganar que de perder. Más en un año como éste, en el que de repente la temporada ha quedado reducida al Tour y lo que surja.

Ni siquiera un final en alto, aunque los últimos kilómetros fueran más relajados hizo aparecer la ambición de los destinados a pelear por la victoria. Y mientras los mejores guardan por la gloria eterna, aprovechan corredores como Alexei Lutsenko para llevarse la gloria del día a día. El kazajo de Astana resultó el más vivo de una fuga en la que había nombres interesantes. Como el español Jesús Herrada, segundo en la meta, como Fabio Aru, Greg Van Avermaet o Nicolas Roche. Pero ninguno tan fuerte como Lutsenko, ganador ya de una etapa de montaña en la Vuelta, en Alcocebre, en la Ermita de Santa Lucía.

Herrada persiguió al ganador a su ritmo, pero Lutsenko era inalcanzable.”En el puerto, de primeras, iba un poco justo no he saltado a los ataques y he tratado de ir remontado poco a poco. Me ha faltado un poco de suerte” explicaba el ciclista de Cofidis.

Por detrás, sólo Alaphilippe se movió un poco para intentar recuperar alguno de los segundos que perdió en la etapa del miércoles por un avituallamiento irregular. Sin demasiada suerte. Un acelerón para recuperar algo de tiempo, sin ánimo de desgastar a los rivales y sin más intención que la de acercarse a la posibilidad de recuperar el amarillo a corto plazo.

“Queda mucho Tour y el final es muy exigente. Cuanto menos se gaste en estos días mucho mejor”, reconoce Alejandro Valverde. Su compañero Enric Mas tiene otra forma de verlo. “Si los que nos critican estuvieran encima de la bici y vieran la velocidad a la que rodamos se les quitarían las ganas de criticar”, decía el balear tras la etapa. Mas se cayó, aunque sin consecuencias.

Todo sigue igual. Para todos menos para Lutsenko, que ya presume de una victoria de etapa en el Tour.