Luis Enrique
Dani Olmo, con el espíritu de Luis Enrique
El jugador del Leipzig jugó como interior contra Suiza, una posición extraña, pero el seleccionador confía en él en cualquier lugar y destaca su versatilidad
Luis Enrique confía en Dani Olmo. Le da igual la posición y el rival, pero sabe que del jugador del Leipzig siempre puede esperar lo mejor. Por eso no resulta tan extraño que lo hiciera jugar como interior contra Suiza, formando el centro del campo junto a Busquets y Mikel Merino.
Era una posición desacostumbrada para él, muy exigente física y mentalmente. Luis Enrique le reclamaba constantemente atención para que acudiera a la presión. Lo felicitaba después de provocar una pérdida de balón de Suiza y le gritaba “eso es” cuando se colocaba en el lugar adecuado para interrumpir la salida de balón del equipo suizo.
«Es la posición en la que más cosas tienen que hacer en ataque y en defensa, la más difícil. En defensa, los jugadores interiores son los que se encargan de presionar a los centrocampistas rivales, tienen que estar atentos a la presión, atentos a los jugadores que dejan los delanteros. A partir de ahí intentamos recuperar el balón en campo contrario y una vez que recuperamos tienen que tener capacidad de dar pases, de conducción, para llegar al área», explica el seleccionador.
Al seleccionador le costaba valorar la actuación individual de su jugador después del encuentro. “Es un partido en el que no se puede enjuiciar a ninguno de los jugadores. La actitud ha sido impresionante, tanto defensiva como ofensiva. Era un partido muy exigente, así lo habíamos planteado. Ya nos esperábamos este tipo de partido y Dani creo que ha estado en la misma línea de sus compañeros, muy bien”, asegura.
Pero son muchas las cualidades que Luis Enrique valora de Dani Olmo. “Es un jugador muy versátil, puede jugar de falso nueve, puede jugar en cualquiera de las dos bandas , puede jugar de interior... Es un jugador de alto nivel técnico, que no pierde el balón, que suele escoger bien las acciones, que tiene gol, que tiene calidad y que tiene muy buen trabajo defensivo. Es un jugador muy completo”, reconoce.
Dani Olmo ya ha demostrado que no se conforma con elegir el camino fácil para triunfar. Dejó la cantera del Barcelona para marcharse a Croacia siendo un adolescente y a estas alturas no le va a asustar un cambio de posición. Como mediapunta o segundo delantero brilló en la Eurocopa sub21 que ganó con España y para hacerlo jugar en esos puestos de ataque lo siguieron varios de los grandes de Europa. Con la selección, en Portugal jugó como extremo izquierdo y ante Suiza, como interior.
Cualquier lugar es bueno para Dani Olmo. La llegada a Leipzig le hizo adaptarse a jugar como lateral en una defensa de cinco. Un puesto con mucha exigencia física en el constante juego de ida y vuelta de Nagelsmann al que no estaba acostumbrado. Pero Dani se adapta a los continuos cambios de posición y sigue creciendo.
“Al principio sí que era un poco extraño. Llegas allí y ves tantos movimientos cuando estás más acostumbrado al juego de posición, pero ahora lo veo ya con más normalidad y me siento bien dentro del equipo y no tengo ningún problema”, explicaba a este periódico hace unas semanas de su adaptación al juego del Leipzig.
En la selección parecía todo más definido. “Yo me siento bien en cualquier posición de ataque, tanto en la mediapunta como en banda o en una posición más central, de nueve. El míster lo sabe y así me lo ha transmitido, que cuenta conmigo en todas esas posiciones y yo dispuesto a darlo todo en todas estas posiciones”, reconocía.
Pero Luis Enrique ha ampliado ahora su perspectiva de juego. Y aún no lo ha utilizado como “falso nueve”, pero Mikel Oyarzabal, que jugó en esa posición ante Suiza, le advierte de lo que le espera si tiene que jugar en esa posición. “Luis Enrique nos pide a todos lo mismo, que sigamos la línea de lo que estamos haciendo, de apretar sin balón, de no dar tiempo y en ataque de fijar a los centrales e intentar sacarlos de zona muchas veces que es cuando menos cómodos están”, afirma.
Dani Olmo, por si acaso, está preparado para todo. Como Luis Enrique cuando era futbolista.
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