La imagen
Messi acabó tiritando de frío
El argentino se quedó sin marcar por séptimo Clásico consecutivo
«Vamos, vamos», gritaba Leo Messi después de que Mingueza marcara el 2-1. Pero el equipo no fue: esta vez el tiro en el último segundo, de Ilaix, se fue al larguero y el Barça no logró remontar. Se marchó el argentino del Alfredo di Stéfano empapado por la lluvia, pero «seco» de nuevo, sin marcar ni asistir. Es el séptimo Clásico consecutivo en el que eso sucede y quizá sea la última vez que se enfrente al Real Madrid como azulgrana, si decide marcharse en verano. Rozó el gol con un tiro a la madera en un córner, uno de las dianas que le falta, el gol olímpico que ha buscado varias veces este curso. Superó a Courtois, pero el palo escupió la pelota. Estuvo rodeado Leo en la primera parte, con pocos espacios y con participación sólo esporádica. Era Pedri el que más aparecía, el que lograba recibir y girarse y buscar el pase. El «10» no lo conseguía y perdió varios balones. En uno llegó el primer gol del Real Madrid, aunque el fallo fue de Jordi Alba, que salió a cortar a Valverde, no lo logró y dejó el carril para que entrara Lucas Vázquez. Después, Benzema hizo magia.
Se quejó amargamente Messi de que en el arranque de esa jugada le habían hecho falta, pero la repetición le quita la razón. Lucas no le toca y el argentino se va al suelo.
Un centro, después de un eslalon, que Dembélé no logró rematar con peligro, fue la otra gran acción de Leo antes del descanso. Demasiado poco. Koeman pedía la mejor versión del capitán, el hombre que más goles ha marcado en este tipo de partidos (26 en 45 encuentros), pero no se vio.
Con los problemas que tuvo para recibir balones, en la segunda mitad se fue unos metros más atrás para hacer de organizador y de distribuidor de juego, pero no consiguió ser decisivo. En un momento del encuentro pidió cambiarse la camiseta, porque estaba empapado. Fue la imagen de la jornada, porque justo antes estaba tiritando de frío por el temporada. Se cambio la de juego y la interior para el apretón de los últimos diez minutos. Tuvo tres faltas claras que también desaprovechó. Una era muy lejana y las que eran perfectas las remató contra la barrera o floja, para que parara Courtois fácil. Sin su pólvora, el Barça perdió el Clásico y ya no depende de sí mismo para ser campeón.
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