Rally Dakar

Carlos Sainz da una lección en el desierto

El madrileño tira de experiencia y velocidad para alejar a sus rivales en la primera mitad de la etapa de 48 horas de este Dakar 2024

El Dakar 2024 entró este jueves en la primera parte de la novedosa etapa de 48 horas que los organizadores han ideado para ponerle más emoción a la prueba. Una larga etapa sin asistencia dividida en dos días en pleno «Empty Quarter», el desierto de Arabia Saudí en el que, de momento, Carlos Sainz tiró de maestría y navegación para situarse al frente de la categoría de coches, tras el casi seguro abandono del hasta ahora líder Yazeed Al Rajhi (Toyota).

Los pilotos no saben qué tiempos hicieron ayer y no conocerán las clasificaciones hasta que lleguen de nuevo a Shubaytah, lugar de salida y llegada de esta «Crono 48H». Así que, en los diferentes vivacs (hasta siete) repartidos por esta larga etapa doble, dormirán pilotos de motos y coches, que fueron por distintos recorridos. A las 16:00 del jueves sonaba el gong y tenían que hacer noche en el siguiente campamento que encontrasen en el camino. Allí, un sueño ligero en tienda de campaña, con una ración de comida, sin casi asistencia e incomunicados. Al amanecer, otra vez a ponerse el mono y a completar esta maratón nunca vista antes en el Dakar.

Carlos Sainz optó el miércoles por perder algo de tiempo de manera deliberada para no abrir pista y parece que la estrategia está dando buen resultado, quien con su Audi tiró de velocidad y veteranía para llegar más lejos que el resto y con ventaja. Tanta que, de cumplirse esta misma tónica en la parte final de esta etapa doble, sería el nuevo líder de la prueba y se acercaría algo más a su cuarto Dakar. Tras salir en 17ª posición, el español pudo demostrar su pericia al volante en pleno desierto, en medio de la nada, para superar las dunas sin percances destacados. Sainz paró con una ventaja de 4:31 minutos respecto a su compañero de equipo Mattias Ekström y de 5:19 con Sébastien Loeb (BRX), lo que le abre las puertas de su 43ª victoria de etapa en el Dakar.

La especial, finalmente, tuvo ayer 547 kilómetros para los coches y 625 kilómetros para los pilotos de moto, así que todavía les quedaban por recorrer 112 y 149 kilómetros respectivamente para terminar la etapa, que fue recortada para mejorar el acceso a los dos puntos de repostaje por el alto consumo de combustible demostrado hasta el momento.

Sainz podría salir muy reforzado del «Empty Quarter», aunque él es el primero que sabe lo traicionero que es el Dakar, donde el desastre acecha a la vuelta de cada duna. Y si no, que se lo digan al saudí Al Rajhi, que iba líder y pagó caro el ir demasiado rápido en una mala zona. Tuvo un accidente que destrozó su Toyota y le envió de nuevo al punto de partida a intentar poder seguir en carrera, ya sin opciones de triunfo.

«Después del kilómetro 51, todo iba bien en un chott totalmente llano, íbamos a toda velocidad y choqué con algo, dimos varias vueltas de campana y el coche quedó dañado».

En motos, no fue la mejor etapa ni para Joan Barreda, al que le tocó abrir pista y terminó a 28 minutos del ganador, ni para el chileno Pablo Quintanilla, sin opciones tras quedarse sin gasolina.