Vigo

Fortasec y aspirinas

Ángel Vicioso y Marcos Serrano aseguran que sólo tuvieron relación profesional con Eufemiano Fuentes cuando trabajaba en el Kelme

Ángel Vicioso, en la pantalla, declara desde los juzgados de Lérida
Ángel Vicioso, en la pantalla, declara desde los juzgados de Léridalarazon

«Hombre, en la época del Kelme si me hacía falta un fortasec o una aspirina, me lo daría», cuenta Ángel Vicioso en videoconferencia. Ninguna sustancia extraña, nada de extracciones y autotransfusiones, los únicos medicamentos que Eufemiano Fuentes le facilitaba eran los de uso habitual en cualquier excursión. Vicioso, el ciclista desaparecido al que la jueza estaba dispuesta a buscar con la colaboración de la Policía o la Guardia Civil, sólo reconoce a Eufemiano Fuentes como un amigo, una buena persona a la que pedía consejo después de abandonar el equipo Kelme para correr con la Once.

El nombre de Ángel Vicioso está recogido en el sumario de la «operación Puerto» como uno de los clientes habituales de Eufemiano. La Guardia Civil lo asocia con las iniciales Vcs y con varias bolsas de sangre incautadas al doctor Fuentes. Incluso Manolo Saiz, su director entre 2003 y 2006 en la Once y el Liberty, aseguró que el corredor le había pedido permiso para seguir trabajando con Eufemiano, aunque no fuera el médico del equipo. Pero Vicioso asegura que su relación profesional empieza y acaba en el Kelme, cuatro años entre 1999 y 2002 que dejaron entre ellos una relación de amistad. Nada más. «A Manolo Saiz sólo le pedí permiso para llamarle alguna vez, para consultarle algún problema». Los cuatro años de convivencia en el Kelme dejaron entre Vicioso y Fuentes una relación de confianza que se extendió en el tiempo. «Si tenía algún problema o alguna consulta que hacerle iba a Madrid. No sé si tenía consulta allí o no. Yo le llamaba y le decía ''tengo este problema''. Nos veíamos en un hotel o en un bar y él me aconsejaba. Me decía, por ejemplo, ''hazte una resonancia''. Pero nada más», cuenta. «Nunca me cobró», asegura.

Tampoco Marcos Serrano reconoce una relación profesional con Eufemiano después de su salida del Kelme. El ciclista gallego sufrió una indisposición en el Giro de 2006. «Un ''shock'' anafiláctico», según el informe médico del hospital de Tortona donde fue ingresado. «Una infección vírica», dice Serrano, que estuvo tres días ingresado en Italia antes de ser trasladado a Vigo para permanecer una semana más en el hospital. El sumario recoge un mensaje de texto de su esposa al doctor Fuentes, cuando Serrano estaba ingresado en Italia. «Buscábamos algún médico de confianza y sabía que Eufemiano habla italiano. Estaba allí y no me entendía con los médicos», cuenta el ex ciclista. «Me querían hacer pruebas, pero me tenían que trasladar a otro centro. Pedí el alta para que me las pudieran hacer en Vigo», añade.

Eufemiano, Hannibal Lecter para algunos, era sólo un hombre de bondad infinita, que pasaba consulta sin cobrar y hacía de traductor para amigos con problemas.

Tres delitos esperan

El Comité Olímpico Italiano (CONI), pase lo que pase en el juicio por la «operación Puerto», recurrirá ante el Tribunal Constitucional para que juzgue a Eufemiano Fuentes y sus «socios» por los tres delitos que la jueza Santamaría desestimó en las cuestiones previas: asociación ilícita, estafa y delito fiscal. La jueza desestimó incluirlos en el caso porque la instrucción no se había practicado sobre esos delitos y habría que haberla repetido.