
Titan Desert 20 aniversario
"No he visto una duna en mi vida". La aventura de un ciclista de carretera en la Titan Desert
Ex profesionales como Andrey Amador y Luis Ángel Maté se enfrentan a su primera experiencia en el desierto de Marruecos

Cuando la Titan Desert disputó su primera edición en 2006, aún quedaban dos años para que Luis Ángel Maté pasara al ciclismo profesional con el equipo Andalucía. A Andrey Amador le quedaba un año para llegar a España y cambiar la mountain bike por la carretera. Ahora comparten su primera experiencia en el desierto marroquí como compañeros del equipo KH7. Una excusa para recuperar la sonrisa y regresar a los orígenes del ciclismo para ellos, cuando todo era nuevo, distinto y feliz.
"Todos somos unos apasionados de la bicicleta. Por circunstancias de la vida el ciclismo se va profesionalizando. En la pandemia llegó ese punto en que no podíamos tocar a la gente, no podíamos acercarnos a los aficionados. Sentía que no lo disfrutaba y era como una máquina todo el día lo mismo. No era como ese ciclismo pasional y hasta un preparador te podía cuestionar porque te parabas a tomar café [cuando entrenabas]. Tenía 36 o 37 años y no lo estaba disfrutando. Me tenía que hacer a un lado", cuenta Andrey Amador. "Este año podía estar corriendo, pero no me veía con las condiciones físicas ni mentales, volví a la mountain bike y recuperé lo que era el comienzo, ir en un bus, comer todos juntos y no estar en el camión cocina que ni entras en el hotel y no ves a la gente. Eso es lo que nos gusta y es una pasión y también podemos disfrutar con la familia, que ya también les tocaba", añade.
"Es una diferencia abismal [con el ciclismo de carretera]. Todos estamos viendo la profesionalización del deporte, todo está medido, vemos a Pogacar, a Evenepoel, chicos jóvenes que hacen números impresionantes, pero aleja al ciclismo de lo que ha sido siempre el deporte del pueblo, de Coppi, de Bahamontes, que íbamos a ver desde pequeños que no cobraban entrada e íbamos a ver a nuestros ídolos. Tanta tecnificación nos lo ha arrancado y es un error muy grande. No podemos olvidar nuestros orígenes y lo que nos apetece tanto a Andrey como a mí, es enrollarte con la gente, poder estar sentados con los periodistas, compartir equipo con 50 personas, cada uno de su padre y de su madre, uno que está de vacaciones, otro que trabaja para poder venir aquí y descubrir que hay otro ciclismo, que hay un gran componente social", asegura Maté. "Lo que el cuerpo me pide es recuperar el origen del ciclismo y ese amor con gente que tiene la misma pasión. Siempre digo que las bicicletas cambiarán el mundo y poder estar en un evento como este es extraordinario", agrega.
Ellos dos y Luis León Sánchez son los dos grandes favoritos, aunque asumen que la Titan es diferente a todo lo que han vivido antes. "Son dos mundos muy distintos [la carretera y la bici de montaña], casi antagónicos. Me considero un corredor hábil en bici de carretera, pero en montaña tengo mucho margen de mejora y es un rego buscar esa mejora. Y más en la Titan, porque hay mucho tipo de terreno, dunas, terreno pedregoso, baches, tienes que cuidar el material, es un reto muy bonito y que hace la carrera imprevisible. Estoy harto de correr con Pogacar y que siempre gane el mismo. Tiene un componente azaroso", afirma.
"En carretera ya lo tenía todo muy calculado y ahora en mountain bike es como cuando era cadete, como un chiquillo y ya tengo 40 años", asume Andrey Amador.
La Titan Desert en su vigésimo aniversario ha sido distinguida con el Haute Patronage du Roi de Marruecos, un reconocimiento que sólo tienen el Maratón des Sables y el Rally de Marruecos. Un premio que pretende fomentar también la participación de corredores locales para que puedan mezclarse con ciclistas como Andrey Amador y Luis Ángel Maté. La esencia de la Titan.
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