Entrenador de «La Roja»... y blanca

Seis jugadores del once titular eran del Real Madrid. «Ni lo sabía, ni me interesa. Son la base y me parece bien. Sólo veo la camiseta de la Selección», dice Luis Enrique.

Luis Enrique nunca ha sido el hombre más querido ni él se ha dejado querer en exceso. En el Real Madrid siempre recuerdan sus desplantes en cuanto se fue hacia Barcelona cuando era futbolista y el poco peso que tiene en su memoria su pasado blanco. En Barcelona vivió, como entrenador, una temporada tumultuosa, pero de éxito y otra mucho más gris y con el mismo tono agrio en muchas de sus conferencias de Prensa. Dejó un tono agridulce su paso por el banquillo. Sin embargo, el Luis Enrique que está en la Selección sorprende a todos y no es fácil formarse una opinión maniquea sobre él, con lo que ayuda eso a los análisis de barra de bar. Ayer, en la victoria de España frente a Croacia, la Selección saltó al campo con seis madridistas (Carvajal, Nacho, Ramos, Ceballos, Isco y Asensio) y sólo un futbolista del Barcelona, Busquets: «Ni lo sabía ni me interesa, son de la selección española. Nada más. No son de un equipo u otro. La base es el Real Madrid y me parece bien. ¿Ninguno del Barcelona? Sólo veo una camiseta, la de la selección», aseguró el seleccionador después, en la conferencia de Prensa.

Han sido dos partidos de estreno que han salido tan bien, que no hay por donde hacer daño al entrenador asturiano. Llegó para cambiar el espíritu, el juego y el ánimo de España. Y lo ha conseguido. «Tenemos nuestra idea de jugar al fútbol y ha salido todo maravilloso. Hemos empezado dubitativos, pero luego hemos estado brillantes y con goles increíbles. Muy efectivos. Queremos recuperar el nivel que tenemos y que nos corresponde», continuaba el entrenador. ¿Cómo es esa idea de juego?: «Fútbol rápido, vertical, bien entre líneas, contundentes... Ramos con los cambios de orientación, las llegadas de los laterales». Una forma de jugar que ha superado a Inglaterra en Wembley y que ha arrasado a la subcampeona del mundo. «Lo que más me ha gustado de estos diez días ha sido la actitud de los jugadores, dentro y fuera del campo. Los jugadores son muy buenos, y con esa calidad y esa definición es muy difícil parar a España,», continuaba el técnico.

Estaba feliz y no lo escondía. Como Asensio, uno de los grandes protagonistas, que marcó su primer gol con España, un tanto muy suyo: «Luis Enrique nos pide que seamos muy agresivos arriba, presionar arriba, tratar de dominar todo el partido y no dejar respirar al rival. En estos dos partidos lo hemos hecho muy bien. En estos diez días nos ha inculcado su manera de pensar y lo hemos asimilado», decía el madridista. Está como nunca: «En esta temporada parece que tengo continuidad y se está viendo el rendimiento».