El entrenador español que tiene que ser escoltado tras su respuesta a los periodistas en Irak

La selección de fútbol de Jordania igualó su mejor resultado histórico en la Copa de Asia (los cuartos de final) tras ganar 2-3 a Irak, que cedió dos goles en el tiempo añadido que cerraron la aventura en la competición del equipo dirigido por el español Jesús Casas, que tuvo un problema grave con la prensa. ""Nunca me había pasado y no sé si volverá a pasar. Es un poco alucinante. Aquí hay medios no acreditados como conocemos en España. Aquí, el que tiene una cuenta de Instagram con 100.000 seguidores o un canal de Youtube, ya está", explicaba en la Copa acerca de lo que le había pasado.

El que fuera segundo entrenador de Luis Enrique Martínez en la selección española terminó su participación en la Copa Asia de forma cruel. Llegó a la cita con la Copa de Naciones del Golfo (2023) bajo el brazo y cuando acariciaba los cuartos de final de la Copa de Asia se hundió con un par de tantos de Yazab Al Arab y de Nizar Al Rashdan en los minutos 95 y 97, respectivamente, que dieron al traste con la clasificación iraquí. Había conseguido remontar un 0-1, ponerse 2-1 y finalmente perdió. Encima, su goleador vio su segunda cartulina y fue expulsado por una celebración extraña: se sentó en el césped con las piernas cruzadas y simuló con sus manos comer algo ficticio del suelo. El árbitro no lo dudó ni un instante y sacó del terreno de juego al jugador iraquí. "En cualquier gran torneo los jugadores siempre celebran un gol. El árbitro no puede sacar una tarjeta roja por eso. Todos vimos a Jordania celebrarlo de la misma manera y no vieron tarjeta. La expulsión nos impidió hacer sustituciones defensivas porque ya habíamos hecho cambios", dijo el español.

El verdadero roblema para Jesús Casas llegó después, en la conferencia de Prensa, cuando un periodista iraquí le hizo una larga pregunta y su respuesta fue un seco: "Sí", eso indignó al periodista, que se levantó y se fue. Con él se levantaron y se marcharon el resto, muy enfadados. Uno se acercó a Casas, pero la policía le cubrió. Al entrenador español se leo oyó decir en medio del follón: "Así es como apoyan a su país y a su selección".

"Durante el partido, me expulsaron a un jugador por hacer demasiada larga la celebración. En cualquier otro país te habrían preguntado por el árbitro o por la expulsión", explicaba en la entrevista que le hicieron en la Cope. "Me preguntaron por un jugador que abandonó la concentración por cuestiones psicológicas y que si el hotel de concentración no era el adecuado. Y hace tres días concedí una entrevista en un medio catarí, y me preguntaron por ello. Después, la segunda pregunta vuelven a vueltas con la entrevista; y la tercera, después de soltarme una parrafada, me preguntan "¿crees que es normal que eres el único de todos los seleccionadores que no ha concedido una entrevista?" Ya estaba cansado y le contesté con un monosílabo".

Contestó: "Sí", seco, muy serio, sin esconder que estaba harto.

Entonces empezaron los problemas: "Se forma un lío y entra la policía. "Había uno, el típico de 'aguántame, que le doy', que estaba un poco agresivo pero no creo que llegara a mucho. Pero viendo las imágenes, entiendo que mi familia se preocupase", decía. "Pero es una sociedad súper hospitalaria. Una pena que se ensucie el nombre de este país por unos pocos que han querido montar este circo", insistía. Y para explicar el periodismo decía: "Tomás Roncero sería aquí Iñaki Gabilondo".