Automovilismo

Un coche subdesarrollado

El F-138 y la pérdida de influencia de Ferrari marcan el Mundial de Alonso

Fernando Alonso rueda con el F-138 en el pasado Gran Premio de Alemania
Fernando Alonso rueda con el F-138 en el pasado Gran Premio de Alemanialarazon

MADRID- El F-138 no funciona. En Alemania ratificó su debilidad en la sesión de clasificación y eso deriva en una estrategia que limita la progresión de Alonso. El piloto español está harto de sacar el 120 por ciento a coches que no dan más de sí. Y lo más grave es que desde Ferrari no se apuntan soluciones. Una escudería como la de Maranello no se puede permitir tener un túnel de viento a cientos de kilómetros de su sede –usan el de Toyota en Colonia– porque el suyo sigue en obras y no tener a los mejores ingenieros trabajando para recuperar la sofisticación que siempre caracterizó a esta fábrica. El F-138, en palabras de su máximo responsable, Stéfano Domenicalli, ha dado un paso atrás y eso, en otras épocas, le hubiera supuesto un despido fulminante.

A pesar de todo, Alonso se mantiene como máximo rival de Vettel en la general del Mundial y eso con unas condiciones impropias de un piloto de una gran escudería. En Alemania la estrategia sólo dio resultado gracias a una neutralización de la carrera en el momento oportuno. Sin embargo, cuando Alonso cruzó la línea de meta se vio obligado a parar el motor porque se estaba quedando sin gasolina en un nuevo fallo de cálculo. Y eso que hay que dejar un mínimo de un litro para que sea analizado por la Federación Internacional y así evitar una posterior exclusión.

En Italia se preguntan si Ferrari está invirtiendo lo necesario para mantenerse en la F-1 como una escudería puntera, y si el monoplaza y el equipo en general cometen demasiados errores, algo similar pasa en cuestiones de política, algo fundamental en el Campeonato del Mundo. Ferrari ha perdido el poder que siempre tuvo y no consigue llevar a su terreno decisiones importantes como el cambio en la estructura de los neumáticos a partir de la próxima carrera, en la que todos coinciden que puede ser uno de los equipos más perjudicados.

En medio de todo este caos, el presidente de la escudería, Luca di Montezemolo, apostó por el optimismo: «Tengo mucha fe en el equipo y de todos espero una respuesta concreta porque únicamente con gran voluntad y mucho trabajo será posible alcanzar los resultados que todos queremos obtener y que todavía están a nuestro alcance».