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Amenaza al fútbol

Asesinatos, escándalos sexuales...: el lado oscuro del jeque del Newcastle que ahora apunta al Inter

Sobre sus espaldas pesa el plan para asesinar y descuartizar al periodista Jamal khashoggi y las escandalosas fiestas sexuales con modelos pero, además, supone una amenaza real para el fútbol europeo: tras el club inglés, ahora apunta a Italia...

Mohammed Bin Salman
Mohammed Bin SalmanArchivoLa Razon

Amnistía Internacional (AI) ha pedido una reunión con la Premier League para hablar sobre las políticas de aceptación de dueños en la competición después de la compraventa del Newcastle United. El club inglés ha sido adquirido por un fondo saudí ligado al gobierno del país, puesto en duda por sus crímenes contra los derechos humanos como el descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Estambul.

La presidenta de Amnistía Internacional en el Reino Unido, Sacha Deshmukh, ha escrito al presidente ejecutivo de la Premier, Richard Masters, pidiendo una reunión para tratar cambios en las políticas de dueños y presidentes de la competición. “La forma en la que la Premier League ha permitido este acuerdo abre muchas preguntas sobre lavado de imagen en el deporte, derechos humanos e integridad en el fútbol inglés”, dijo Deshmukh.

“¿Cómo puede estar bien que las políticas actuales de la Premier League no digan nada sobre los derechos humanos? El fútbol es un deporte global que necesita actualizar sus reglas para evitar que aquellos implicados en violaciones de los derechos humanos puedan comprar su entrada en el fútbol inglés”, añadió.

Según explicó la Premier League, recibió “garantías judiciales” de que Arabia Saudí no controlará el club, por lo que pudo dar luz verde a la operación. Sin embargo, las sombras sobre el nuevo dueño del Newcastle son demasiado alargadas.

El lado oscuro del nuevo dueño del Newcastle

El fondo de inversión PIF de Arabia Saudí ha adquirido el 80% del club inglés y aunque aseguran que con totalmente independientes el Reino de Arabia Saudí lo que cierto que tras él, asoma la controvertida figura de Mohammed bin Salman. Tiene el dinero por castigo y una escandalosa vida pero, sobre todo, un crimen que arrastra sobre sus espaldas desde 2018. Y es que los informes de la inteligencia estadounidense le apuntan directamente de ser el cerebro del plan que acabó con el asesinato a sangre fría al periodista Jamal Khassoggi, a manos de agentes saudíes, antes de despedazarle durante una visita a la embajada del país en Estambul.

Desde que se convirtió en el líder de facto de Arabia Saudí en 2015, el joven de 33 años fue alabado por los medios internacionales, con multitud de informes y reportajes centrados en sus reformas económicas y sociales. Cambiar la imagen del ultraconsevador reino fue desde un principio el objetivo del príncipe saudí y en marzo realizó una gira por los Estados Unidos adornada y publicitada con portadas de la revista Time Magazine y con entrevistas en CBS y Bloomberg. Pero solo tres años más tarde, el caso Khashoggi cambiaba el enfoque hacia su lado más oscuro. El que incluye el encarcelamiento de críticos y activistas de derechos humanos, miles de muertes de civiles en Yemen y un rápido aumento en el número de ejecuciones desde su llegada al poder.

De la guerra de Yemen a las mujeres al volante

Cuando el rey Salman llegó al trono en enero del 2015, nombró al príncipe Mohammed bin Salman como ministro de Defensa, toda una sorpresa dada la edad del príncipe, 29 años. Tan sólo un mes después, impulsó una guerra contra rebeldes chiítas en Yemen, que sigue a día de hoy. Las organizaciones de derechos humanos siguen acusando a Salman de ordenar el bombardeo indiscriminado de hospitales y escuelas causando la muerte de civiles, muchos de ellos niños.

En el año 2017, Mohammed bin Salman pasó a ser el príncipe heredero. Con todo el poder en sus manos y desde esta tribuna impulsó medidas populistas para atraerse la simpatía internacional y el apoyo de la población más joven. Entre ellas destacóel levantamiento de la prohibición de conducir impuesta a las mujeres del ultraconservador reino. Fotos de mujeres con abayas negras detrás del volante corrieron como la pólvora en las redes sociales arrancando simpatías en el exterior. Sin embargo, mientras con una mano difundía imágenes de mujeres viendo partidos de fútbol o yendo al cine por primera vez en décadas, con la otra ordenaba el encarcelamiento de activistas que peleaban por los derechos de la mujer.

Asimismo, Mohammed alentó inversiones internacionales, se reunió con personalidades del mundo empresarial en Estados Unidos y organizó una conferencia de negocios en el Ritz Carlton de Riad. El mismo hotel que se convertiría semanas después en una prisión de lujo. El Gobierno saudí arrestó en noviembre de 2017 a 11 príncipes y 38 políticos, entre ellos 4 ministros, enuna purga que, según las autoridades del reino, estaba motivada por la corrupción. Tras ser liberados, los detenidos tuvieron en traspasar al Estado parte de sus bienes. Con esta operación el príncipe heredero desterraba a sus posibles adversarios y tomaba el mando del aparato de seguridad.

Todos estos hechos, sumados a la desaparición del periodista, sacaron a la luz sus sombras.

Una lujosa vida y caprichos inconfesables

El príncipe heredero de Arabia Saudí, de 36 años, y su familia cuentan con una fortuna de 320.000 millones de euros, once veces superior a la de Sheikh Mansour. El dueño del City podía presumir, hasta ahora, de ser el propietario más rico del fútbol mundial.

‘MBS’ tiene una interminable lista de ceros en su cuenta bancaria y no duda en gastar su dinero. En 2015 compró y convirtió el Chateau Louis XIV, a las afueras de París, en la vivienda más cara (230 millones) de la historia. El castillo cuenta con tres piscinas, 30 habitaciones, tres piscinas, ‘spa’, cine, discoteca, dos viñedos... y el único acuario subterráneo privado de Europa.

No es, ni mucho menos, el único lujo que atesora Mohammed bin Salman. También le pertenece el cuarto yate más caro del planeta. ‘Serene’, como le rebautizó, está valorado en 485 millones de euros y cuenta con 133 metros de eslora. Dispone de piscina, teatro, rocódromo, helipuerto y hasta un garage donde guardar... ¡un submarino!

La mayor ostentación, sin embargo, cuelga de una de sus paredes. El príncipe heredero de Arabia Saudí también es propietario del cuadro más caro de la historia. En 2017 adquirió el ‘Salvatore Mundi’, de Leonardo da Vinci, por 389 millones de euros y lo trasladó al yate.

Además se le atribuye, entre sus muchos excesos, una ‘fiesta sin límite’ en una isla privada de Las Maldivas en 2015. ‘MBS’ habría trasladado a 150 mujeres procedentes de Rusia y Brasil -previamente las sometió a un examen médico para descartar enfermedades de transmisión sexual- y contrató a artistas como el rapero Pitbull, el DJ Afrojacko o al famoso Psy (Gangnam Style). Pagó 5.000 dólares extras a los 300 empleados del ‘Velaa Private Island’ para sellar su silencio... pero fracasó.

Pero lo que se le cuestiona de Mohammed bin Salman no es su opulencia, sino sus actuaciones desde que en 2015 comenzara su carrera política como Ministro de Defensa y el peligro que supone para el futbol Europeo.

Del United al Inter

No es la primera vez que Mohammed bin Salman intenta entrar en el multimillonario negocio del Fútbol. En 2018 inició conversaciones con el Manchester United con el fin de invertir una enorme cantidad de dinero en uno de los buques insignia de la Premier League. El país ya había realizado inversiones en el deporte a través de acuerdos con la F1 y la WWE, empresa propietaria de derechos multimedia relacionados con la promoción de lucha libre profesional.

Pero el objetivo de Salman era competir con sus rivales de Oriente Medio en el reinado del fútbol. Uno de ellos, Sheikh Mansour, de la familia de Abu Dhabi, ya controla el Manchester City, el Melbourne City y el New York City, así como otros equipos internacionales.

Tras la compra del Newcastle ahora busca posicionarse en Italia. El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita que dirige el príncipe heredero del reino, Mohammed bin Salman busca seguir expandiéndose y tras haber comprado el Newcastle días atrás, ahora van por más. Según informó la revista Libero, el nuevo objetivo de los inversores es el Inter de Milán que atraviesa un complejo momento económico. Teniendo en cuenta que las deudas de la institución que conduce el joven Steven Zhang han complicado al rendimiento del equipo, el FIP ve una oportunidad.

¿Acabarán los jeques por cargarse el fútbol europeo tal y como lo conocemos?