Historias del balón
El país más pequeño del mundo que tiene Liga propia y selección nacional
Actualmente 8 clubes integran el campeonato liguero e incluso cuenta con un “Mundial” anual: la Clericus Cup
LaCiudad del Vaticano tiene una extensión de 0,44 km² y una población de poco más de 800 habitantes, por lo que resulta un híbrido de ciudad elevada al rango de Estado independiente, siendo además el Estado más pequeño del mundo. Es tan pequeño que solo la basílica de San Pedro es un 7 % de su superficie; la basílica y la plaza de San Pedro ocupan un 20 % del territorio, lo que lo convierte en el territorio independiente más urbanizado del mundo.
Es uno de los seis microestados europeos, y también es el estado soberano más pequeño del mundo en extensión y población. Sin embargo esto no ha impedido tener su propio estatus en el fútbol mundial.
Y es que no todo es religión en el estado que tiene como máxima autoridad al Papa Francisco. Aunque el Vaticano sea uno de los pocos estados soberanos que no formen parte de la FIFA, el fútbol también tiene su espacio Cuenta con ocho clubes amateurs, una selección masculina, una femenina, 3 competiciones anuales de clubes y hasta un Mundial que se celebra cada año.
Goles desde el siglo XVI
Ya en el SXVI se celebraban goles en el Vaticano. El 7 de enero de 1521, los entonces Estados Pontificios acogieron la celebración de un partido de calcio fiorentino –deporte primitivo que todavía se juega hoy en Italia y del que provienen el fútbol y el rugby actuales– bajo la atenta mirada del Papa León X.
Poco después de la II Guerra Mundial el fútbol moderno llegaría al pequeño país, y en el año 47 se disputó un primer torneo: un cuadrangular entre equipos de trabajadores de la Santa Sede que quedó sin campeón al suspenderse por una riña entre jugadores y público.
A mediados de los años 60 se fundó el primer club, formado por los trabajadores de los Museos Vaticanos, y en 1972 se celebró la primera liga, en la que participaron 7 equipos.
Actualmente 8 clubes formados por trabajadores de la Santa Sede integran el campeonato liguero: Museos Vaticanos, Guardia Suiza, DirTel Team (Telecomunicaciones Vaticanas), Universidad Pontificia Lateranense, Archivo Secreto, Dirseco, Fortitudo 2007 y Rappresentativa OPBG (del Hospital Pediátrico Bambino Gesú). Además de disputarse la liga juegan un torneo de Copa y, desde 2007, los ganadores de ambos pugnan por la Supercopa.
La selección “divina”
En 1972 Sergio Valci, funcionario del Fondo de Asistencia Sanitaria de la Santa Sede, creó la Attività Calcistica Dipendenti Vaticani (ACDV, la “federación”) y en ese mismo año se disputó el primer campeonato, entre doce equipos. La ACDV cuenta con unos 250 afiliados, entre jugadores y dirigentes.
En la actualidad cuenta con selecciones tanto masculinacomo femenina, esta última desde 2019 e impulsada por el Papa Francisco, gran aficionado al fútbol. Ambas comparten entrenador, Gianfranco Guadagnoli, y lucen los colores característicos del Vaticano, amarillo y blanco, en el uniforme.
La masculina, que llegó a tener como entrenador al italiano Giovanni Trapattoni. El equipo está compuesto por voluntarios de la Guardia Suiza, miembros del Consejo Papal y por guardias de los museos. El debut internacional se produjo en 22 de noviembre de 1994, con un insulso 0-0 frente a San Marino, en la capital italiana. Su mayor victoria llegó el 3 de febrero de 2006, también “en casa”, con un 5-1 sobre el modesto y amateur Sportverein Vollmond, de Suiza. Los partidos más serios, que ya son casi un clásico, los disputa ante el combinado de Mónaco.
La selección juega en el Estadio Pío XII, que se encuentra a las afueras de la Ciudad del Vaticano y puede a coger a 2000 aficionados.
Clerical Cup
El Vaticano ni siquiera necesita que su selección sea reconocida por la FIFA para tener su propio Mundial. Cada año desde 2007 el Vaticano celebra la Clericus Cup que en la última edición contó con 16 equipos, 330 jugadores, 70 nacionalidades diferentes.
El balón rueda cada año bendecido por el Papa y en ellos tampoco faltan los golazos, las entradas, la pasión y las polémicas arbitrales. En 2008, por ejemplo, un sacerdote futbolista fue expulsado por arrojar su camiseta al árbitro. Y es que el fútbol está por encima de lo humano... y lo divino.
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