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El árbitro del Nàstic-Málaga, ante la jueza: "Sentí miedo"
Eder Mallo, que arbitró el encuentro que dio el ascenso a los malaguistas en el último minuto, tuvo que salir escoltado por la Policía entre amenazas de la afición tarraconense
El árbitro Eder Mallo Fernández ha declarado este lunes ante el juzgado de instrucción número de 4 de Tarragona que sintió miedo y temió por su integridad física al término del partido de vuelta de la final del 'play-off' de ascenso a Segunda entre el Nàstic y el Málaga, en el Nou Estadi de la ciudad catalana el pasado 22 de junio.
El colegiado bilbaíno ha reconocido, en una declaración por videoconferencia, que cometió errores que afectaron a ambos equipos, aunque ha manifestado que su arbitraje fue imparcial y no benefició al Málaga, según aseguran a EFE fuentes cercanas al caso.
Mallo Fernández ha declarado ante la jueza por la querella presentada por el Nàstic de Tarragona contra él por falsedad documental y corrupción en el deporte. El club catalán decidió acudir a la vía penal después de que una investigación que encargó a la agencia de detectives Método 3 concluyera que el árbitro actuó de "forma premeditada" para perjudicar al equipo tarraconense. Es el primer club que se querella contra un colegiado.
Durante la sesión de este lunes, el árbitro solo ha contestado a las preguntas de su abogado y de la magistrada y se ha negado a responder a las de la acusación.
Mallo Fernández debía haber declarado el pasado 4 de marzo, pero la vista se aplazó por un error en la notificación al 30 de abril, cuando tampoco se pudo llevar a cabo debido al apagón eléctrico que afectó a España dos días antes. El polémico partido entre el Nàstic y el Málaga terminó con empate (2-2), tras un gol del equipo andaluz en el último minuto de la prórroga que le dio el ascenso a Segunda División.
Mallo Fernández tuvo que abandonar el estadio escoltado por la policía, y en el acta recogió que había recibido amenazas de muerte por parte de directivos del Nàstic y que temió por su integridad física cuando se retiró al vestuario. Según la investigación encargada por el Nàstic, "en una cena previa a la celebración del partido en Tarragona, varias autoridades andaluzas y de la ciudad de Málaga manifestaron a la dueña del establecimiento que tenían el partido controlado y que lo único que les preocupaba era la reacción del público".
El informe de Método 3 también incluye supuestas conversaciones privadas del árbitro en las que calificaba Tarragona como "una ciudad de mierda" y a los Mossos d'Esquadra como "unos hijos de la grandísima puta".