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LaLiga

El Barcelona de la agonía gana al Valencia con uno menos (0-1)

Ferran Torres falló un penalti y Araujo fue expulsado. El equipo de Baraja pidió pena máxima en una acción al final

BARCELONA VALENCIA Alejandro GarciaEFE

Descubre el Barcelona jornada a jornada que si quiere ganar esta Liga el verbo que va a tener que conjugar es sufrir. Para derrotar al Valencia llegó incluso a la agonía después de un comienzo de la segunda parte en la que se fueron desencadenando los acontecimientos. Primero, De Jong, uno de los futbolistas azulgrana más en forma, se quedó en el banquillo por unas molestias; segundo, tuvo un penalti a favor que Ferran Torres lanzó fuera después de que él y Ansu Fati protagonizaran una pequeña y fea discusión por ver quién lo lanzaba; tercero, Ansu la tuvo en la siguiente acción y lanzó al palo y por último Koundé metió en un lío a Araujo con un cabezazo hacia atrás que obligó al uruguayo a derribar a Hugo Duro cuando se dirigía a la portería, lo que le costó una tarjera roja que ni siquiera protestó. Sólo habían pasado quince minutos desde el parón. Por delante quedaba media hora en la que el conjunto barcelonista se dedicó a hacer lo que tan bien se le ha dado este curso: defender su área y dejar la portería a cero. Por momentos, se veía una línea hasta de siete futbolistas justo delante de Ter Stegen que, eso sí, no tuvo que hacer ningún paradón, sólo una vez ante un tiro de Kluivert que el público celebró como un gol. El portero sacaba en largo, los jugadores del Barça despejaban a la nada, donde no había compañeros, sólo era una manera de alejar el balón para colocarse otra vez y esperar el siguiente ataque del Valencia. Le faltó claridad al equipo de Baraja, que protestó una acción de penalti por una entrada de Kessié a Fran Pérez. La última acción fue un reflejo de todo ese tramo: el balón todo el rato por el aire, un despeje, otro, otro, después por abajo, al límite, y así hasta el pitido final, mientras Xavi, que estaba en la grada cumpliendo sanción, miraba el reloj y resoplaba.

El Barcelona no tiene un día fácil en esta Liga, ya sea contra un equipo de la parte de arriba, de la parte de abajo, en casa o fuera, pero se las está apañando para resistir y ganar. Contra el Valencia comenzó un poco desorientado, pero encontró un gol en una acción maravillosa de Busquets. La sincronización con Raphinha fue milimétrica, para que el brasileño se colara, rompiera el fuera de juego y llevara a la red con la cabeza el preciso centro del veterano centrocampista. El gol dio paso a unos buenos minutos de los azulgrana, liderados por el criterio del capitán y por las ganas del extremo, que parecía disfrutar en el césped. Pero poco a poco se fue encendiendo de nuevo el Valencia, que ya había amenazado por su lado izquierdo con Lino y que antes del descanso ya pudo empatar, especialmente en un cabezazo de Thierry.

Estaba en el partido el equipo de Baraja, que sí fue perdonada en el arranque de la segunda parte con esa acción de penalti y el lanzamiento al poste posterior de Ansu Fati, que fue el primer sacrificado. Pese a su flojo partido, el Camp Nou le volvió a aplaudir. No tenía muchas alternativas Xavi en el banquillo entre lesionados y sancionados y fue metiendo cada vez a más jugadores defensivos: Marcos Alonso, Eric García... Mientras Baraja apostaba por hombres hábiles como Kluivert y Castillejo, para abrir el campo y que pudieran meter balones en el área. El Valencia se hizo con la pelota y el dominio, pero le faltó contundencia ante un líder al que ahora le llegan dos semanas muy complicadas: primero la visita a San Mamés, en la que faltará su mejor defensa, Araujo, que tendrá que cumplir sanción por la expulsión; y después recibe en el Camp Nou al Real Madrid en una Clásico que sí puede ser decisivo para el futuro de la Liga.

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