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El calvario de la presunta víctima de Dani Alves: ¿Qué es el síndrome RTS?

"Su sintomatología ya no es de una mujer que ha sufrido una agresión sexual sino que aquí se suma una presión mediática, es decir, es un plus en esta sintomatología traumática" alertó su abogada

Nuevos datos sobre los temores y la angustia de la víctima
Nuevos datos sobre los temores y la angustia de la víctimaArchivo/InstagramLa razon

El pasado mes de mayo se cumplieron cuatro meses desde que Dani Alves ingresara en prisión acusado de abusar de una joven en la Discoteca Sutton de Barcelona. Desde entonces, han salido a la luz las declaraciones contradictorias de la joven y del futbolista, así como de sus allegados y equipos legales. Si hace semanas el testimonio de Alves aferrándose a las "ganas de sexo" de la joven ocuparon horas de debate, en los últimos días el protagonismo absoluto ha sido para el desgarrador relato de la denunciante y de su prima.

Unos testimonios que sacan a la luz sus temores y su miedos. Los recuerdos son cada vez más dolorosos: "Recuerdo que me levantó el vestido y me hizo sentarme encima de él. Recuerdo decirle 'no puedo, no puedo, me tengo que ir, no quiero', y él me empezó a decir muchísimas cosas. Cuando posteriormente me puso en el suelo yo recuerdo quedarme en shock, no sabía qué hacer allí", dice acerca del momento más duro.

"Sé que no solo me cogió del pelo y me hizo como ponerme de rodillas delante de él. En ese momento vi un tatuaje. Como de arco. Dije: 'Este tío me va a hacer mucho daño'. Entré en ese momento. Tuve mucho miedo. La cara, el tatuaje... y hasta día de hoy son escenas que me vienen mucho", cuenta de los recuerdos que no puede evitar.

Unas imágenes que suelen ser recurrentes en este tipo de abusos. Y es que la joven vive un calvario desde la misma moche que se produjeron los hechos. "Su sintomatología ya no es de una mujer que ha sufrido una agresión sexual sino que aquí se suma una presión mediática, es decir, es un plus en esta sintomatología traumática" alertó su abogada ante los continuos intentos del brasileño por desmontar su relato y minar su credibilidad -el mayor temor de la joven-.

La joven de 23 años, está bajo tratamiento psiquiátrico desde el episodio y evita seguir las noticias. “Está recibiendo apoyo psicológico a través de una entidad pública especializada en el tratamiento de víctimas de violencia”. El hospital le recetó todo un tratamiento encaminado a evitar cualquier tipo de enfermedad infecciosa, porque el futbolista no usó preservativo. Además, tiene un tratamiento farmacológico con ansiolíticos para poder dormir, pero me dijo que no ha podido desde que prestó declaración” desvelaba en su día la letrada.

En un informe presentado en el Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona, se relatan las serias secuelas que sufre la joven desde que pasaron los hechos como miedo, asco o "angustia". Se trata de afectaciones "graves", según fuentes judiciales, que un perito designado por el juzgado debe objetivar.

"Llanto, asco y ataques de pánico"

La joven que denunció al futbolista por una supuesta violación, continúa de baja laboral y acude dos veces al mes a una asociación especializada en atender a víctimas de de violencias sexuales y machistas. En su visita al médico forense, a la que acudió con su madre, aseguró sentir “rabia”, “tristeza” y “asco” al recordar lo que ocurrió. Además, mencionó la angustia que siente porque a menudo se cuestionan sus palabras y su miedo a salir a la calle por si algún detective contratado por Alves o su equipo legal la estuviera siguiendo, lo que podría terminar dando a conocer su identidad. Asimismo, según el citado informe, rememorar los hechos le provoca un “llanto incontrolable” y ataques de pánico.

La joven, según su abogada, está aterrada y sus dos grandes temores son que se descubra su identidad y que se intente menoscabar su credibilidad.

En las declaraciones de los testigos se desveló la llamada telefónica que una de las amigas realizó a su jefe, abogado de profesión, la misma madrugada. Este letrado explicó que en la llamada se explicaba punto por punto la versión que la víctima ha defendido en todo el proceso. También cómo el miedo se apoderó de ella a medida que se recuperaba del shock, mientras la atendía el personal de la discoteca y la joven no paraba de repetir: “No me van a creer. No me van a creer”. Ese era su mayor miedo, según el testigo.

Pero hay una cuestión que aún le aterroriza más. “Tiene pánico a que la identifiquen los medios de comunicación aunque el hecho de que el brasileño siga en prisión la mantiene más tranquila”, asegura su abogada.

Un temor que aumentó hace unos días tras difundirse un vídeo con su imagen. Para Ester García -abogada la chica- las imágenes tienen un "más que dudoso pixelado". Además, matiza que es reprobable ética y moralmente su filtración, emisión y publicación", por lo que valora emprender acciones legales por constituir infracciones penales y cívicas. Ahora, la abogada quiere luchar hasta el final y medita tomar accionar legales contra aquellas personas que difundieron su rostro.

No en vano, tanto la joven como su abogada temen que pueda producirse algo similar a lo que ocurrió con la víctima de “La Manada” cuando se publicó su imagen y sus datos en redes sociales. El 6 de diciembre de 2017 se publicó en Twitter una fotografía en la que aparecía el rostro de una mujer manteniendo relaciones sexuales con un hombre acompañada de un texto en el que indicaba: «La chica supuestamente violada por la Manada ha pedido que no se difunda esta imagen porque quizá pensemos que solo era una golfa borracha». El autor de este “tuit” fue condenado a dos años de cárcel pero las consecuencias para la joven fueron irreparables.

Un cúmulo de circunstancias que hacen aún más dura la sintomatología traumática a la que refieren tanto su abogada como los informes forenses y que los expertos definen como el síndrome de trauma por violación o RTS.

¿Pero que es el RTS?

Se trata de trauma psicológico experimentado por una víctima de violación que incluye interrupciones en el comportamiento físico, emocional, cognitivo e interpersonal normal. La teoría fue descrita por primera vez por la enfermera Ann Wolbert Burgess y la socióloga Lynda Lytle Holmstrom en 1974.

El RTS es un conjunto de signos, síntomas y reacciones psicológicos y físicos comunes a la mayoría de las víctimas de violación inmediatamente después de una violación, pero que pueden prolongarse durante meses o años después con altos niveles de angustia..

La Red Nacional de Incesto y Abuso de Violación de Estados Unidos afirma que, en la mayoría de los casos, la etapa aguda de una víctima de violación puede clasificarse en una de estas tres respuestas: expresada ("Puede parecer agitado o histérico, y] puede sufrir episodios de llanto o ataques de ansiedad "); controlado ("el sobreviviente parece no tener emociones y actúa como si 'no hubiera pasado nada' y 'todo está bien'"); o conmoción / incredulidad ("el superviviente reacciona con una fuerte sensación de desorientación. Puede tener dificultades para concentrarse, tomar decisiones o realizar tareas cotidianas).

El síndrome de trauma por violación puede causar angustia severa a las víctimas. Pueden tener sueños recurrentes sobre el incidente y tener flashbacks (como ha admitido la víctima en sus propias declaraciones ante los mossos y ante la juez). Puede que no dejen de recordar el incidente, y quedará grabado en su memoria para siempre. Los episodios frecuentes provocan una incapacidad para concentrarse y recordar otras cosas. Las víctimas también pueden enfrentarse al retiro y al aislamiento.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Entumecimiento.
  • Funciones sensoriales, afectivas y de memoria atenuadas.
  • Contenido de pensamiento desorganizado.
  • Vómitos
  • Náuseas.
  • Ansiedad paralizante
  • Temblor interno pronunciado.
  • Obsesión por lavarse o limpiarse.
  • Histeria , confusión y llanto.
  • Desconcierto.
  • Sensibilidad aguda a la reacción de otras personas.

La consistencia de la declaración de la víctima, sin titubeos o cambio de versiones como sí hizo Alves ha frenado - por ahora- cualquier posible opción de libertad provisional pero el camino hasta la fecha de juicio no será fácil.