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El esprint de oro de Cristiano

El portugués acelera hacia su quinto título de mejor jugador del año gracias a un final de curso brutal, en el que ha marcado dieciséis goles en los últimos nueve partidos del curso

Cristiano celebra su segundo gol
Cristiano celebra su segundo gollarazon

El portugués acelera hacia su quinto título de mejor jugador del año gracias a un final de curso brutal, en el que ha marcado dieciséis goles en los últimos nueve partidos del curso.

No está muy claro cuántas charlas necesitó Zidane para convencer a Cristiano de que no podía jugarlo todo, pero lo que sí es seguro es que el resultado del plan es inmejorable. «He descansado para llegar a tope al final», reconocía el portugués, que ha completado un último mes y medio absolutamente brutal, especialmente en la Liga de Campeones. Había vivido aletargado durante la fase de grupos, con un tanto al Sporting de Portugal y otro al Dortmund. En la eliminatoria de octavos de final ante el Nápoles interpretó más el papel de pasador, dejando toda la dinamita para las rondas decisivas. En el horizonte aparecieron el Bayern y el Atlético, dos rivales gigantes ante los que explotó toda la dinamita de Ronaldo.

Para eso le había pedido paciencia su técnico, porque lo quería sano y fresco para el momento en el que se deciden los títulos. En otras temporadas se había quemado jugándolo todo y las molestias musculares y en las rodillas le obligaron a parar o jugar alguna final a medio gas. Todo lo contrario que este curso, en el que se despidió pronto de la lucha por el pichichi en LaLiga, mientras la versión B del Madrid iba sacando los partidos adelante. «Ellos lo hicieron muy bien y los demás pudimos descansar», elogiaba CR el trabajo de sus compañeros.

Él quedaba para ponerle el lazo a la temporada y vaya si lo ha hecho. Dieciséis goles ha firmado desde el 12 de abril, el día de la ida de cuartos en el Allianz Arena. Allí hizo un doblete Cristiano, al que sumó un «hat trick» en el partido de vuelta. Cinco goles para dejar fuera al «coco» alemán y a esperar al Atlético, que también acusó el buen momento de forma del delantero. Otros tres tantos en la ida de semifinales para encarrilar el pase, para tomarse un respiro en el Calderón, donde fue Isco el que puso la tranquilidad. En mitad de esto, dobletes frente al Sevilla, el Celta y el Málaga para amarrar el título de Liga a la espera del viaje a Cardiff... Y allí, otra vez Ronaldo, otra vez Cristiano, en su versión más letal, en ese nuevo papel de delantero centro que le sienta como un esmoquin.

Siempre vivió en la banda izquierda en la mayor parte de su carrera, o al menos, partió desde allí para hacer cientos de goles. Ahora también visita los costados, pero se ha especializado en el remate a un toque. Un toque, tac, como los mejores «killers» clásicos, se siente cómodo dentro del área, tirando desmarques y buscando resquicios a la espalda de los defensores. Justo ahí apareció ayer para derribar el mito de Buffon, que ya ha siete goles en cinco partidos del portugués. A pase de Carvajal, primero, y de Modric después, «CR» sacó su fusil para llegar hasta los 12 goles en esta edición de la Champions y volver a superar a Messi en la carrera por ser el máximo anotador de las competiciones europeas. También, de paso, esprinta hacia el Balón de Oro, otro de los premios en los que lleva años compitiendo con el argentino.

«He terminado muy bien, finalizo bien el año, contento por ser el primer equipo que gana dos veces consecutivas la Champions y marcar en esta final», reconocía Cristiano en las cámaras de televisión, que se remitió a sus actuaciones esta temporada para responder a la pregunta de su está mucho más cerca de ganar en diciembre una nueva pelota dorada. «Yo respondo siempre en el campo, la gente que me criticaba va a tener que meter la guitarra en el saco otra vez», lanzaba Cristiano antes de ponerse un nuevo reto: «El objetivo ahora es ganar la próxima Champions. Estoy muy contento a nivel personal, pero esto es posible por los compañeros», recordaba el Ronaldo más maduro, que ahora además de goleador es líder en el vestuario.