Real Madrid

Girona F.C.

El Real Madrid se estrella en Gerona

Es la primera vez que Zidane se enfrenta a un crisis seria y grave. Desde que llegó, ha sabido manejar las situaciones buenas y las adversas. Ahora sí que está en medio de la tormenta.

Los jugadores del Girona celebran su segundo gol. AP
Los jugadores del Girona celebran su segundo gol. APlarazon

No hubo más problemas en Gerona que el fútbol del Real Madrid, sin nada que ofrecer más que velocidad en algunas contras en la primera parte y mucha confusión durante el primer tiempo y prisa sin ideas después, con el marcador en contra, sin laterales y con Asensio y Lucas Vázquez ocupando las bandas. Un Madrid a la carga, pero desangelado, sólo con Isco intentando remar y tirar de un grupo al que le pesan las piernas y al que le faltó corazón. El Girona estuvo ordenado y supo remontar un partido que frente a otro Madrid debería haber perdido. Se adelantó el equipo de Zidane después de que el equipo local mandase un balón al palo y antes de que llegase el descanso, volvió a rematar al otro palo. Y aún así, cuando se podía pensar que tenía todo en contra, el Girona siguió creyendo y se llevó un partido con el que no contaba, un partido del que apenas se había hablado por toda la situación de Cataluña y que ahora va a pesar para el futuro blanco.

Porque en la jornada diez de Liga, el Madrid está a ocho puntos del Barcelona y la sensación de que si quiere ganar esta Liga va a necesitar una heroicidad. Es pronto, sí es verdad que es pronto, pero el Madrid no está dando sus mejores versiones. Empezó muy bien la temporada, quizá porque la preparación física estaba programada para ganar las dos Supercopas de agosto y ahora, recién empezado el otoño, se ha venido abajo, con jugadores fuera de forma, pese a las rotaciones.

Al Madrid le duele y le penaliza que Marcelo esté muy lejos del futbolista decisivo y sus problemas defensivos sean mucho más evidentes que en otros días. Se notan más porque el brasileño no compensa sus errores con sus aciertos en ataque. Tiene el equipo de Zidane un problema de fluidez en el juego porque ahora casi nadie acompaña a Isco a la hora de elaborar. Modric está desaparecido hace tiempo y Kroos ha perdido la efectividad en el pase. A veces ayudaba Benzema, pero tampoco el francés tuvo el día en Girona. Ni Ronaldo. Es uno de esos días en los que nada funciona y al equipo se le ven las grietas. Y sufre mucho en defensa, porque sólo Varane aguantó el tipo cuando el Girona miró hacia delante. Los equipos le llegan con demasiada facilidad al Madrid. Y por si faltaba algo, el francés sufrió su lesión acostumbrada.

El Girona se ordenó bien y supo encontrar las debilidades del Madrid. Stuani se aprovechó del desconcierto defensivo para empatar y Portu, en posible fuera de juego, hizo el segundo. A partir de ahí, el orden y la ilusión de los locales fue más resistente que la desorientación de los visitantes. Zidane movió el banquillo para acumular hombres de ataque, pero la cantidad no significa más calidad. No supo qué hacer el Madrid, colgando balones y sin nadie que rompiera por dentro o por fuera. Asensio es en quien más se nota el bajón físico del equipo, mientras que en la derecha, Lucas Vázquez es un leve recuerdo del futbolista que abría el campo, desbordaba y centraba con criterio.

Es la primera vez que Zidane se enfrenta a un crisis seria y grave. Desde que llegó, ha sabido manejar las situaciones buenas y las adversas. Ahora sí que está en medio de la tormenta.