Grupo E
Euro 2021 | Zielinski, el talento como castigo
El habilidoso jugador del Nápoles, con una bonita historia de niño, es mirado con recelo en Polonia, que le pide más y que se juega ante Suecia su pase a octavos de la Eurocopa
Piotr Zielinski es de esos jugadores que tiene el talento por castigo. Viendo la calidad que hay en sus botas y en su cabeza, lo que es capaz de hacer sobre el césped, suele dar la sensación de que todavía puede dar más. El clásico: ¿por qué no lo hace más veces? Le sucedía, por ejemplo, a Guti, del que siempre se dijo que llegó menos lejos de lo que podía haber llegado. El centrocampista español tampoco es que se quedara en nada, hizo una buena carrera. Y una buena carrera tiene también el polaco de 27 años, que con 16 se fue a Italia para pasar por las categorías inferiores del Udinese, después por el primer equipo, por el Empoli, donde fue cedido; para ser vendido al Nápoles en 2015 a cambio de 16 millones de euros. Su nombre frecuentemente se ha asociado a equipos mayores, aunque todo se queda ahí. En 2016 se habló del Liverpool, destino que vuelve a sonar ahora como su futuro, aunque ha renovado con el Nápoles hasta 2024; en 2018 apuntaba al Barcelona.
Jerzy Brzeczek, el antiguo seleccionador de Polonia, dijo en una ocasión: «Si Zielinski se levanta un día y algo cambia en su cabeza, Polonia tendrá un jugador al que todo el mundo envidiará». Eso no sentó bien a Boguslaw, el padre de Piotr, que también era futbolista, como sus hermanos, y que incluso lo llegó a entrenar de niño. El caso es que ésa misma sensación es la que tienen muchos aficionados de su país, que le piden que en su selección tenga el mismo papel que en la Serie A, donde este año, sin ir más lejos, ha marcado ocho goles y repartido ocho asistencias. Brzeczek fue destituido por sorpresa el pasado enero, a menos de seis meses de la Eurocopa, y lo sustituyó Paulo Sousa, que señaló a Lewandowski como su mejor futbolista, claro, pero también habló de Zielinski: «Hace poco escuché a Guardiola hablar de Foden [la joven promesa de Inglaterra]. Dijo que era un genio, pero necesita saber cuándo cambiar el ritmo del juego. Zielinski lo sabe. Lo ve todo. Puede ralentizar o acelerar el juego con un solo pase. Es un futbolista hermoso. A veces, sólo necesita un poco más de adrenalina». Parece que siempre hay un pero con él.
El padre de Zielinski, por cierto, y su madre, Beata, abrieron un hogar de acogida en 2003, en una bonita historia que desveló «The Guardian». Junto a los hermanos Piotr, Pawel y Tomek había en casa otros cuatro niños. La estrella polaca tenía ocho años y al principio no lo aceptó muy bien e intentó hacerse fuerte: «Ésta es la cama de Piotr», «Este es el armario de Piotr», dejaba en notas. ¿Qué niño no ha tenido celos? Fue sólo un tiempo. Después sus nuevos amigos se convirtieron también en compañeros de partidos de fútbol en el jardín. Le hicieron crecer con un balón y como persona, pues cuando ya fue famoso compró edificios en Zabkowice y Targowica que sus padres convirtieron en orfanatos, y que él visita cuando puede para jugar con ellos o hacerles regalos.
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