Fútbol
El vértigo del Barça sí tiene límites
Tras caer ante el PSG, el líder visita al Sevilla y Flick admite que hay situaciones en las que su defensa no tiene que jugar tan adelantada
El Barcelona vuelve al césped, a la Liga contra el Sevilla, después de la decepción del pasado miércoles en la Champions. El partido más esperado, contra el campeón de Europa, el PSG, se convirtió en un ejercicio de frustración. El propio Hansi Flick reconoció que habían sido superados con claridad por los pupilos de Luis Enrique durante prácticamente una hora. Pese a ello, el duelo bien pudo acabar en empate, pues el 1-2 de Gonçalo Ramos fue cuando apenas quedaban segundos para el final de los 90 minutos. Ese gol ha dado mucho que hablar. En una situación de pura desesperación, porque el Barça era incapaz de conectar líneas, de sumar pases y de tener la posesión en campo contrario, fue cazado en una especie de contragolpe después de un error en cadena. El estilo del técnico alemán se ha vuelto a poner en entredicho, como siempre que le han venido malas. Es ley del fútbol, seguramente injusta, ya que se analiza con el marcador ya conocido, y si en muchas ocasiones (cuando ganan, cuando insisten en la idea vaya como vaya el resultado) se ensalza la valentía del estilo de juego de Flick, cuando pierde se duda de ella. «No se puede jugar en Champions con esa línea defensiva alta. Lo siento. Cuando juegas contra buenos equipos, quedarás expuesto», criticó con dureza el exatacante azulgrana Thierry Henry.
«La idea de presionar a los rivales para nosotros es crucial, porque además es la mentalidad del Barça», asegura Flick, que no esquiva el análisis interno y admite que su equipo no lo hizo bien en esa última jugada, que les falta ser más «listos e inteligentes». Vitinha, el primer pasador de los franceses, estaba liberado, y abrió el juego a la banda sin agobios, donde Hakimi pudo avanzar libre y centrar al área. El delantero, por cierto, estaba más adelantado que la defensa cuando el balón fue a la banda, y después aprovecha esos metros para llegar en ventaja al remate. Al ser una acción distinta, ya no es fuera de juego. Lo mismo le hizo el Rayo Vallecano, en el otro partido en el que el conjunto azulgrana no fue superior a su rival.
«Cuando estamos bien colocados para presionar, somos muy buenos. Pero si no presionamos al que tiene la pelota, no podemos tener la última línea tan adelantada», analiza el preparador barcelonista. La línea adelantada es innegociable como punto de partida, pero hay ocasiones en las que tiene que estar más atrás. «Lo hemos entrenado y lo hemos hecho mucho mejor en los últimos cinco o seis partidos, pero tenemos que seguir mejorando, es normal, es un proceso», continúa Flick.
El Sevilla, un equipo históricamente duro en casa, busca romper dos rachas negativas: lleva diez años sin vencer en Liga al Barcelona en el Sánchez-Pizjuán, donde además este curso tampoco ha conseguido ganar todavía.