Fútbol
El gol de Nayim cumple 30 años
Dio la Recopa al Real Zaragoza, que comenzó esta temporada con el mismo entrenador de entonces y que ahora pelea por no descender a la Primera RFEF. José Ángel de la Casa se dejó llevar por la emoción aquel 10 de mayo de 1995. No fue el gol de Señor, pero se le acercó
«Pero chico, no te vayas, que vas a marcar un gol», gritaba el escritor Javier Tomeo a la pantalla mientras veía en diferido un día de 1998 aquella final de la Recopa que el Zaragoza ganó al Arsenal con un gol de Nayim. Tomeo había pedido a su amigo Luis Alegre que le pusiera la repetición de aquel partido para animarse, pero el temor se apoderó de él cuando José Ángel de la Casa, el narrador anunciaba que Nayim iba a ser sustituido. Quedaban unos minutos para el final de la prórroga y, por supuesto, la repetición no cambió lo que había sucedido tres años antes. Nayim continuó sobre el césped y marcó su gol para seguir animando a Javier Tomeo, que nunca dejó de creer que aquel 10 de mayo de 1995 el Zaragoza fue campeón de la Recopa porque él se metió en un cine para no ver la final.
El de Nayim es un gol lleno de simbolismos y efemérides. Es un gol de esos que anulan todos los demás, como si el centrocampista no hubiera marcado otro en su vida. Como el gol de Marcelino, como el gol de Torres, como el gol de Iniesta. Pero fue, además, uno de esos escasos momentos en los que José Ángel de la Casa se dejó llevar por la emoción. «Gol de Nayim», grita tres veces con un desgarro de voz que no alcanza el gallo del gol de Señor, pero lo acerca, antes de recuperar la compostura para recordar que el tanto había llegado en el minuto 14:50 de la prórroga.
Nayim marcó y señaló al lugar de la grada donde estaba su padre. «Me dijo que ya se podía morir tranquilo», confesó años después a Efe. Pero el gol también tenía otra dedicatoria, para Terry Venables. «Me dio la oportunidad de jugar en el Barcelona y luego en el Tottenham», añadía. Nayim, canterano del Barça, fue el primer español en jugar en la Liga inglesa, que entonces aún no se llamaba Premier. Lo fichó el Tottenham de Venables, pero no le resultó fácil debutar en la máxima categoría. Las normas eran muy restrictivas para los extranjeros, que tenían que ser internacionales por su país para poder trabajar en Inglaterra. Nayim nunca jugó con la absoluta, pero sí con las inferiores, y tardó cuatro meses en recibir el permiso de trabajo. Allí conoció la rivalidad entre el Tottenham y el Arsenal, el derbi londinense clásico. Pasó cinco años en Inglaterra y volvió a encontrarse con jugadores como Tony Adams o David Seaman, el portero que encajó aquel gol.
Aquel gol cambió la vida de Nayim, pero también marcó la de Teresa Perales, la deportista española con más medallas olímpicas. Como tantos zaragozanos, la joven Teresa, que entonces tenía 19 años, salió a festejar el título. Aquella fue la última noche que camino con normalidad. Cuando regresó a casa comenzó a notar los síntomas de la enfermedad que la llevó a vivir en una silla de ruedas. Aquel día la vida de Teresa Perales volvió a empezar.
Han pasado 30 años y el Zaragoza, que entonces ganaba en Europa, lucha ahora por no descender a la Primera RFEF. Y el entrenador que ganó aquel título, Víctor Fernández, fue el primero de los despedidos esta temporada por el club aragonés. Quién sabe que hubiera pasado si aquel 10 de mayo de 1995, Javier Tomeo hubiera decidido ver el partido en directo en lugar de haberse metido en el cine. O si en esa repetición que vio tres años después hubieran cambiado a Nayim sin marcar el gol, como anunció José Ángel de la Casa. Ya no está uno para narrarlo ni el otro para verlo, pero el gol de Nayim seguirá en la memoria de todos.