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Fútbol

La ministra del Gobierno en el palco del partido de la selección del País Vasco contra Palestina

En un encuentro de revindicación de la causa palestina, San Mamés se llenó. En el palco Sira Rego, titular de Juventud e Infancia

La afición en el Euskadi - Palestina Luis TejidoEFE

Varios contenedores fueron quemados este sábado por la tarde en Bilbao al paso de la segunda de las manifestaciones que recorrió la Gran Vía antes del partido amistoso entre las selecciones de Euskadi y Palestina, disputado en el estadio de San Mamés. Según fuentes del Departamento vasco de Seguridad, durante la marcha se produjeron también lanzamientos de bengalas, petardos y alguna botella contra agentes de la Ertzaintza. Los contenedores ardieron en distintos puntos de la Gran Vía a partir de las 19:10 horas y hasta el lugar acudieron efectivos del cuerpo de Bomberos para sofocar las llamas.

Tensión en la calle, calma en el estadio

A esa hora aún continuaba avanzando la segunda movilización de la tarde por la principal arteria de la ciudad, la convocada por la organización Palestinarekin Elkartasuna junto a aficionados de las gradas de animación de varios equipos vascos. Según la Policía Municipal de Bilbao, alrededor de 20.000 personas participaron en esta marcha que estuvo precedida por la polémica. Los organizadores denunciaron un “intento de criminalización” de su iniciativa después de que el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, reclamara en los días previos que no se produjeran altercados alrededor del encuentro entre Euskal Selekzioa y Palestina.

En paralelo a la tensión generada por ese cruce de declaraciones y advertencias, el lehendakari, Imanol Pradales, situó el partido en un contexto político y simbólico mucho más amplio. En declaraciones a Euskal Telebista, afirmó que el amistoso permitía “decirle al mundo” varias cosas. Entre ellas, que Euskadi “es una nación” y que aspira a la oficialidad deportiva “en todos los órdenes”. Subrayó que el encuentro servía para reivindicar “lo que somos, lo que es el pueblo vasco, nuestra propia identidad y nuestro propio idioma”. Además, Pradales destacó la voluntad de trasladar solidaridad al pueblo palestino “en estos momentos tan duros”, recordando que Euskadi “siempre ha estado al lado de los que sufren”, del mismo modo que en otros momentos de la historia “otros pueblos estuvieron con nosotros”. Según afirmó, “a través del deporte podemos reivindicar y podemos disfrutar”.

San Mamés, lleno

El clima en Bilbao a lo largo de la jornada estuvo marcado precisamente por esa mezcla de reivindicación política, activismo social y ambiente festivo que culminó con el partido en San Mamés. Más de 50.000 personas, según los organizadores, llenaron el estadio para un encuentro que buscaba ser también un gesto de solidaridad con Palestina. Desde un par de horas antes del inicio del partido, un público de todas las edades se concentró en la explanada de San Mamés, muchos de ellos procedentes de los actos previos celebrados en distintos puntos de la capital vizcaína.

Ikurriñas y banderas palestinas se mezclaban entre los aficionados, especialmente entre los que lucían camisetas verdes de la selección vasca en apoyo a la reivindicación de su oficialidad. El círculo central del terreno de juego apareció cubierto por un fragmento del Guernica de Pablo Picasso. Los primeros aficionados que accedieron al estadio recibieron con una ovación a los jugadores dirigidos por Ehab Abu Jazar, que agradecieron el gesto con una vuelta al estadio antes de tomarse la primera fotografía sobre el césped.

La delegación palestina sostuvo que esperaba convertir ese día en “un mensaje para el mundo entero” sobre la realidad “de un pueblo que está luchando por su libertad”. Diez minutos antes del inicio del partido actuaron Izaro, Eñaut Elorrieta y Sol Band, en unos prolegómenos que reforzaron la dimensión cultural del evento. Posteriormente, antes de la salida de los equipos, los aficionados de la Tribuna Este formaron un mosaico con la ikurriña y la bandera palestina.

Tras escuchar por megafonía los himnos de Palestina y de la Comunidad Autónoma Vasca, los jugadores de ambos combinados posaron por separado para las fotografías oficiales: la selección de Euskadi tras un cartel con el lema “Ofizialtasuna”, mientras que Palestina lo hizo con una pancarta en la que se leía “Stop Genozide”. Luego todos juntos compartieron una última instantánea tras un cartel con el lema “Bakea-Peace”, seguida de un minuto de silencio en memoria de las víctimas del genocidio de Gaza.

Sira Rigo, la ministra en el palco

El encuentro fue descrito por los organizadores y participantes como “histórico” por la carga simbólica acumulada durante toda la jornada. Ya durante la noche, Sira Rigo, ministra del Gobierno de España, titular de Juventud e Infancia, expresó en la red social Bluesky su valoración tras asistir al partido desde el palco. “Ha sido un partido histórico, en el que reivindicamos el derecho del pueblo palestino a ser y existir”, escribió. En el mismo estadio también estuvo presente el ministro palestino de Juventud y Deportes, Jibril Rajoub, que acompañó a la delegación de su país en esta cita concebida igualmente como un acto político y de visibilidad internacional.