Grupo E
Japón confunde a Alemania (1-2) en el Mundial de Qatar 2022
El equipo nipón remontó en la segunda parte la superioridad y el tanto que había marcado antes Gundogan. Alemania se quedó sin argumentos al final del partido
Las selecciones pequeñas ya no son tan pequeñas repiten los entrenadores y los aficionados no terminan de creérselo. Y puede que los futbolistas tampoco, al menos hasta que se llevan un sopapo. Como le pasó a Argentina y como le ha sucedido a Alemania contra Japón. La que se supone que tiene que ser la gran rival de España en el grupo se fue al descanso con el marcador a favor, con el partido dominado y acabó perdiendo en una segunda parte casi inimaginable tras como había ido la primera.
No lo esperaban los alemanes ni casi nadie, porque su dominio en la primera parte llegó hasta un aplastante 70% de posesión, jugando casi siempre cerca del área rival y dando una sensanción de superioridad inalcanzable. Rawn rompía por la izquierda y Gundogan jugaba por el centro con facilidad, aunque es verdad que sin grandes ocasiones. Japón había amenazado con alguna contra al principio, pero después se fue desinflando hasta desaparecer y esconderse en su área. El objetivo era llegar al descanso y tomar aire.
Estuvo cerca de conseguirlo, pero su portero Gonda estuvo temblando, tan distinto a lo que pasaría después. En una salida atropellada, sin saber muy bien hacia dónde o qué, atropelló al rival e hizo un penalti escandaloso. Gundogan no falló.
El encuentro era de Alemania, por marcador, por dominio, por jerarquía, por futbolistas. Pero no lo cerró y se vio tan superior que casi le dio pereza seguir jugando. Son esos días en los que lo vas dejando para otra ocasión, para resolver después o mañana o guardar fuerzas porque luego viene España y de repente.
Japón parecía rendida, pero estaba sólo maquinando el plan. Su entrenador empezó a dar vueltas al partido, a sacar delanteros, cambiar la defensa a tres, a buscarle la vueltas al rival. Y así, Japón empezó a respirar y Alemania vio que tenía enfrente un rival. Antes jugaba sola.
En realidad, Alemania pudo resolver antes porque Musiala empezó a jugar en el área rival, a dejar las huellas del futbolista que está anunciado que puede ser. Se mueve con habilidad y rapidez con la pelota y arma rápido el remate. Alemania estaba más cansada para crear y permitía atrás más llegadas, aunque Rüdiger iba sofocando fuegos como podía.
Si no ganó Alemania fue porque Gonda, el portero que tembló antes del descanso se puso el traje de súperheroe y evitó el tanto definitivo con más de tres parada seguidas en una jugada en la que Alemania fue como una tormenta de verano: rápida y fuerte. Pero sin gol. Y al no marcar, al secarse, no lo sabía, pero empezó a morir.
Japón siguió haciendo cambios, salieron al campo Osano y Doan y el partido se volcó hacia la portería rival. De repente, Alemania pareció el viejo continente cansado y Japón la juventud con ganas. Rüdiger ya no llegaba como antes y Neuer, que salió con el brazalete obligatorio de la FIFA, pero escondido tampoco.
Japón había despertado. Fue muy rápido y quirúrgico. Marcó los dos tantos y aunque hubo tiempo para más, Alemania ya estaba como el boxeador desorientado.
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