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Semifinal

En Ceuta y Melilla... y tú, ¿con quién vas?

En las dos ciudades autónomas, la semifinal ante Francia ha despertado una expectación enorme. “La gente se ha vuelto loca con el equipo de Marruecos aquí en Melilla”, asegura un taxista

Aficionadas de la selección de Marruecos celebran en Melilla la victoria ante Portugal
Aficionadas de la selección de Marruecos celebran en Melilla la victoria ante PortugalILIES AMAREuropa Press

“La gente se ha vuelto loca con el equipo de Marruecos aquí en Melilla, yo no me lo esperaba así”, admite a LA RAZÓN Fouad Mohammedi, taxista, 37 años, vecino de la ciudad autónoma aún ofuscado por la eliminación de España en el Mundial. Lo cierto es que la alegría por el buen hacer de los “Leones del Atlas” ha embargado a una parte importante de la población de las dos ciudades autónomas, y la expectación ante el partido contra Francia en las semifinales es enorme.

No faltan los análisis sociológicos sobre la especificidad multinacional de los jugadores del equipo marroquí, sobre la lealtad a una patria de origen en la que ni han nacido ni viven o sobre la reivindicación de la causa palestina que han hecho los futbolistas magrebíes. Tampoco escasean las reflexiones, no siempre públicas, sobre la aparente contradicción entre el profundo patriotismo español de ceutíes y melillenses y la explosión de júbilo de estas últimas jornadas. La alegría es libre y espontánea, y quizás sea inútil buscar lógicas profundas y extraer conclusiones políticas apresuradas. Al fin y al cabo decenas de miles de españoles con raíces en el norte de África se han echado a la calle con cada triunfo de la selección magrebí, y no pocos, como ha ocurrido en las vías y plazas del centro de Ceuta y Melilla, lo han hecho pertrechados de banderas marroquíes y españolas, como reivindicando una doble y orgullosa identidad.

El historiador marroquí Mimoun Aziza, uno de los mayores conocedores de la historia del Protectorado español en Marruecos, subraya, en relación a las celebraciones de los melillenses por el éxito de la selección norteafricana, que “aunque los melillenses rifeños no son emigrantes, pues están en su país, son españoles desde hace bastante tiempo, en la vida cotidiana hay muchas cosas que les unen, la lengua, los lazos familiares, a los rifeños que viven al otro lado de la frontera”, asegura.

No han faltado tampoco quienes han querido aprovechar el momento de euforia para hacer algo de política. Alguien preguntó al tercer portero de la selección marroquí, el melillense Munir El Kajoui, que juega en el saudí Al-Wehda, por la soberanía de las dos ciudades autónomas españolas. Lo hizo, según la grabación que se ha difundido en redes y medios, en el vestuario del equipo tras el partido contra Portugal. En plena euforia del momento, el futbolista, que tiene ambas nacionalidades, la española y la marroquí, respondió que las ciudades son marroquíes. La polémica estaba servida. Con trato e intención diametralmente opuestos, la noticia de la proclama patriótica de Munir sobre la ciudad que le vio nacer ha sido protagonista de la prensa al norte y al sur de Tarifa (donde Ceuta y Melilla son calificados de “presidios ocupados” de manera habitual). Sus familiares admitían a los medios tener el “corazón partido” en la víspera del choque contra la Roja. Igualmente la prensa marroquí ha difundido la noticia de la supuesta agresión, con porras, de varios agentes de la Policía Local ceutí a un grupo de mujeres –a las que los medios del país norteafricano califican, sin demasiadas pruebas, de “marroquíes”- registrada tras el Marruecos-Portugal. De la mayoría de las noticias al respecto se desprende que unos agentes indignados por la victoria del combinado marroquí la habrían tomado con aficionadas que pacíficamente festejaban el pase a la semifinal de los magrebíes. El área de Gobernación del Gobierno de Ceuta abrirá un expediente informativo con objeto de conocer qué pasó.

Las celebraciones por el buen hacer de la selección marroquí llegaron hasta la misma frontera de Beni Ensar, que separa Melilla de Marruecos. Las autoridades del país magrebí llegaron a cerrar el paso durante unos minutos. Medios locales apuntan a que, en su euforia, la intención de los concentrados era cruzar la valla y festejar en suelo español la victoria contra la Roja. “Que cada uno lo celebre a su manera, pero que sea pacífica y con respeto. Suerte para todo el mundo, también para Marruecos”, desea Fouad, el taxista patriota de Melilla.