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Sao Paulo

Neymar, la nueva guerra Madrid-Barça

Los dos clubes se pelean por el brasileño y ambos ya han negociado con el Santos. Rosell adelantó diez millones al padre del jugador

El fichaje del brasileño abre una nueva vía de desencuentro entre los dos clubes más poderosos de España.
El fichaje del brasileño abre una nueva vía de desencuentro entre los dos clubes más poderosos de España.larazon

Madrid- La guerra Madrid-Barcelona no es, simplemente, la pelea semanal entre Cristiano Ronaldo y Messi. Va más allá. La contienda no deportiva, aunque incide profundamente en lo futbolístico, se traslada a los despachos y tiene un nombre propio: Neymar. El fichaje del brasileño abre una nueva vía de desencuentro entre los dos clubes más poderosos de España. Los dos lo quieren para la próxima temporada y los dos están moviendo los hilos –entorno del jugador, padre y el Santos– para que se pronuncie de forma definitiva sobre su futuro.

Y es que Neymar un día dice que quiere jugar en el Barcelona junto a Messi; otro, que su deseo es vestir de blanco como Cristiano Ronaldo, y cuando se muestra melancólico, asegura que su intención es quedarse en Brasil, cumplir el año que le queda de contrato, disputar el Mundial con la «canarinha» (2014) y después firmar por el club español que más le interese.

La historia de Neymar (21-5-92), padre de un hijo, amante de la samba y del balón, es compleja. Sus derechos federativos son del Santos, pero su propiedad pertenece a una sociedad y al club. Para ficharlo hay que negociar a tres bandas porque su padre, que ejerce de representante, también tiene parte del negocio.

Y en esa encrucijada de factores se han movido el Madrid y el Barcelona. El primero en firmarle un contrato o precontrato fue el Real Madrid, que, además, mandó a Brasil a un abogado, Julio Senn, –antes había sido ejecutivo del club– y un médico. Neymar pasó un reconocimiento médico y Florentino pensó que el fichaje, para 2014, estaba prácticamente hecho. Sin embargo, el Barcelona entró en la lucha. Su presidente, Sandro Rosell, un enamorado del fútbol brasileño y con muchos contactos allí, jugó sus bazas y hace unos meses adelantó diez millones de euros al padre del futbolista como anticipo de lo que tendría que pagar –alrededor de 40 millones– al Santos.

En el Barcelona estaban tranquilos. Pensaban que tenían atado al futbolista, pero Florentino nunca le ha dado por perdido y en las últimas semanas ha vuelto a la carga. Un contrato de diez millones, lo mismo que gana Ronaldo, tiene Neymar sobre la mesa, al margen que desde el Madrid se negocia con el Santos. ¿Encarecer el producto? Quizá. La realidad es que el Real Madrid lo quiere, Ronaldo –el ex delantero– ha hecho de intermediario y se espera la respuesta del jugador.

Ante la amenaza madridista –la guerra de los fichajes dura ya más de 110 años–, el presidente del Barcelona no viajó a la «Final Four» de Londres con el equipo de baloncesto. Cogió el puente aéreo, se trasladó a Madrid y el viernes negoció con el vicepresidente del Santos, Odilio Rodríguez, que también habló con el Madrid sobre Neymar.

Mientras, Nasser al-Khelaïfi, propietario del Paris Saint Germain, pidió respeto al Madrid, que quiere fichar a su técnico, Carlo Ancelotti. «Hace días, su director general, José Ángel Sánchez, me llamó para preguntarme por él», desveló el jeque.

Los precedentes

Di Stéfano, un asunto de Estado

Firmó en 1953

Los dos clubes querían vestir a la estrella de Millonarios y River Plate con sus colores. La Federación llegó a intervenir para que jugase un año con cada equipo. Di Stéfano ya había llegado a la Ciudad Condal cuando el Barcelona se lo pensó mejor y no aceptó el trato. Santiago Bernabéu consiguió el fichaje exclusivo por el Real Madrid.

Figo reavivó las hostilidades

En el año 2000, por 60 millones

Llevaba cinco temporadas en el Barça y era uno de los capitanes del equipo. Pero un día, Florentino Pérez, entonces candidato a la presidencia del club blanco, llevaba a Luis Figo como emblema de su nuevo proyecto. El portugués no lo dudó y se colgó el «10» del Real Madrid a la espalda.

Beckham, una promesa electoral

Llegó en 2003, por 35 millones

Aterrizó en Madrid procedente del United, su equipo de toda la vida, pero pudo jugar en el Barça si la promesa electoral de Joan Laporta hubiera llegado a buen puerto. Cuando el inglés firmó por el equipo blanco, Laporta llamó a Florentino para suplicarle que no anunciara el fichaje hasta que él ganara las elecciones.